Aún quiero serlo.

339 74 20
                                    

Jimin no sabe cómo fue capaz de pedirle el enorme favor a Taehyung de que le prestara un auto con uno de sus choferes y esquivar sus miles de preguntas.

Porque lo único que se le ocurrió responder para que su interrogatorio terminara y accediera a ello sin tanto problema, fue decirle que lo necesitaba para irse de viaje con Yoongi.

Y no mentía, de verdad lo va a acompañar.

Jimin no quiso darle demasiadas vueltas a su apresurada decisión porque era lo más obvio, ¿no? Si ya lo había ayudado en conseguir transporte, porque comprar boletos de tren resultaría muy sospechoso para Heesoo, lo mínimo que podía hacer era asegurarse de que en serio era para ver a su abuela.

No había nada más.

Entonces… ¿por qué se sentía tan incómodo estar sentado a su lado otra vez? Más cuando se fijaba sutilmente en su rostro lleno de preocupación por la única persona que considera su familia.

Sí, Yoongi no le había contado mucho sobre ella, pero no tenía que pensar demasiado para concluir que su abuela es su todo. Tanto así que no hizo ninguna queja ante la condición que le puso de viajar con él.

Por lo que no puede evitar sonreír a sus espaldas al ver que prácticamente salta del auto cuando llegan a su destino.

—¡Oh! ¡¿Yoongi?! —Un hombre que debía rondar los 50 años, luce bastante sorprendido al abrirles la puerta—. ¿Qué haces aquí?

—¡Señor Jung! —Yoongi inclina la cabeza hacia él, con una evidente desesperación en su mirada—. ¿Qué tal? ¿Mi abuela ya se encuentra despierta?

Hoseok parpadea varias veces, mientras lo hace pasar. Ese muchacho nunca deja de asombrarlo.

—Sí, justo acaba de levanta- —Pero se queda en silencio al notar que no venía solo—. Eh… 

Jimin hace una reverencia apropiada para él, incorporándose en su lugar para saludarlo aún estando en la puerta. Porque hasta ese punto, Yoongi ya estaba de camino a la habitación de su abuela, sin tomarse la molestia de presentarlo antes. 

Aunque realmente no lo necesitaba, Hoseok se hacía una idea de quién podría ser el jovencito frente a él tras detallarlo mejor, lo que lo hace sorprenderse aún más de toda esta situación.

Jimin, por su parte, no dejaba de maravillarse en secreto por la actitud de Yoongi. Porque jamás lo había visto de esa forma, siendo tan atento y sonriente con alguna persona en especial. 

Algo más pareció florecer dentro de su pecho por ese instante.

—Oh... Tú debes ser Park Jimin, ¿cierto?

Se sobresalta ante esas palabras, dándose cuenta que se había quedado mirando en la puerta entreabierta después de que el señor Jung lo dirigiera a esa misma habitación. 

Jimin suspiró, tratando de quitar sutilmente las lágrimas de las que no era consciente hasta ese momento.

—Bu-buenos días. —Volvió a hacer otra reverencia, esta vez una más formal, sintiéndose completamente sonrojado por su tartamudeo. 

El cual hizo girar de golpe la cabeza de Yoongi a su dirección. 

Había olvidado todo lo que no fuera su abuela desde que llegó a esa casa, pero al instante se extrañó de escuchar a Jimin de esa forma. Él siempre se mostraba seguro de sí mismo, siempre queriendo dar una buena impresión.

Pero ahora… ¿estaba nervioso? ¿Por su abuela?

—Buenos días. —Ella le correspondió su saludo con una sonrisa, tratando de sentarse adecuadamente en la cama con la inmediata ayuda de su nieto —. Pero ven pasa, no te puedo ver bien de tan lejos.

Jimin estaba inseguro de hacerlo, esperando alguna señal de disgusto por parte de Yoongi, pero este solo volvió a centrarse en su abuela. Suspira otra vez, lo más ligero que pudo, para entrar con paso lento a la habitación. 

—Oh, pero si eres idéntico a tu mamá.

Aunque esa repentina declaración lo hace detenerse de pronto, alzando su desencajada mirada hacia ella, mientras que los ojos de Yoongi se agrandaron a la vez. 

Porque definitivamente no se estaba refiriendo a Heesoo.

—¿U-usted conoció a mi… a mi mamá? —Jimin apenas se lo pudo preguntar.

La abuela Min le sonrió con dulzura, desconociendo todo lo que había causado con unas cuántas palabras. 

—Elizabeth Baker fue una de las sopranos más reconocidas de Europa —le dijo como si fuera una información básica cuando para Jimin era oro puro—. Pero, claro, si fuera por mí, jamás hubiera escuchado de ella. —Miró a su nieto por unos segundos—. Mi hijo, el padre de Yoongi, era un gran fan de su voz. 

Y fue en ese momento que Jimin no pudo ocultar las ganas que tenía de llorar.

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora