Tengo miedo,

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Esa escuela cuenta principalmente con dos campos deportivos en sus alrededores. Uno se encontraba al aire libre, situado entre el comedor y los jardines, mientras que el otro estaba cerca al auditorio, ya que se trataba de un pabellón que suelen usar en época de invierno.

En especial el equipo de basquetbol escolar.

Pronto tendrían el último juego de la temporada, así que aprovechaban al máximo cada pequeña oportunidad para entrenar. Yoongi lo sabía a la perfección, por eso estaba sentado en las gradas, resguardado debajo de su capucha a la espera del momento preciso para mostrarse ante ellos.

El cual se le presentó tras escuchar que alguien parecía llamarlo desde la losa deportiva.

—¡Oye, tú! —Sí, efectivamente se estaba dirigiendo a él—. ¿Quieres unirte? Solo nos falta uno para completar esta jugada.

Y lo que también logra reconocer es a quien le está hablando: An Kyusong. Yoongi sonríe para sí mismo.

—Claro. —Se pone de pie, quitándose a la vez la capucha de la chaqueta que lo cubría—. Con gusto me uniré a ustedes.

Sin embargo, la expresión de Kyusong se endurece ni bien lo ve. Yoongi no es el único que puede reconocer al otro.

—No —se niega con firmeza—, no jugamos con perdedores.

Todos los que están en la losa se miran intrigados entre sí. No tienen idea acerca del extraño chico en las gradas, pero debe ser alguien importante para que su capitán se ponga de ese modo.

Yoongi continúa con su sonrisa de costado, bajando lentamente hacia ellos.

—También pienso lo mismo. —Se detiene cuando llega frente a Kyusong—. Pero estoy haciendo una excepción contigo.

Ahora los jugadores empiezan a murmurar y a lucir asombrados. Sin embargo, el que está al fondo de todos ellos corre en defensa de su amigo.

—¿Qué? —Este se impone ante Yoongi—. ¿Estás haciendo todo este show por tu noviecito?

Ahí es cuando el resto del equipo recuerda al intruso. Ese chico es uno de los que siempre estaba cerca de Park Jimin, y sabiendo de la fama que cargan él y su mejor amigo millonario, no debe ser una sorpresa descubrir que todo lo que les rodea es igual de raro que ellos.

—¿Noviecito? —Yoongi extiende su sonrisa.

—Todos te hemos visto, Min. —Kyusong vuelve a intervenir—. No paras de perseguirlo como un imbécil. —Chasquea varias veces, mientras mueve la cabeza—. Eres tan patético.

Algo mortal brilla en los ojos negros de Yoongi. No había ido más que a ponerlo en su sitio, pero ese idiota estaba agotando su limitada paciencia.

—Lo dices por experiencia propia, ¿eh?

Y pese a que estuvo satisfecho de lo que le dijo, no esperó que la siguiente contestación de Kyusong fuera con un puño directo en su cara.

Bien, ahora entendía por qué Jimin se había burlado de él cuando presumió que iría a golpearlo. No saldría vivo de esta, pero aún así no se arrepentía de haberlo hecho en primer lugar.

•••

—Sunbae, ¿sabes dónde está Yoongi hyung?

Jimin se tardó en asegurar su casillero ante la repentina aparición de Jungkook a su derecha.

—¿Por qué me lo preguntas? —Aunque de todas formas hizo el intento de sonar casual—. Es tu mejor amigo, no el mío. Tú deberías de saber dónde está.

Jungkook reprime una sonrisa.

—Lo sé, pero últimamente pasa más tiempo contigo que conmigo. —Se encoge de hombros.

Jimin finge que ese detalle no lo complace de ninguna manera cuando es todo lo contrario.

—Eso es porque te la pasas pegado a mi TaeTae. —Hay cierta picardía en su mirada—. Dale un respiro.

Jungkook se sonrojó de golpe, pero no se dejó caer en la trampa de cambiar el foco de la conversación.

—En realidad es porque Yoongi hyung prefiere pasar tiempo contigo.

Toda diversión se borra en el rostro de Jimin.

—Eso es mentira —dice tajantemente—. No digas tonterías.

Sin embargo, Jungkook frunce el ceño en confusión. ¿Acaso todavía no lo notaba?

—Hablo en serio, Sunbae —le aseguró enseguida. Su hyung lo mataría si se enterara de lo que está a punto de hacer, pero sentía que Jimin merecía saberlo—. Tú le gus-

—¡Pelea, pelea!

Los gritos a su alrededor cortaron su discurso.

—¡En la losa deportiva! —exclamó otra de las estudiantes—. ¡El capitán, nuestro capitán no está teniendo contemplaciones con ese chico!

—¿Cuál chico? —preguntó la que está a su costado.

—¡No sé, pero es lindo!

—Creo que es el del taller de música —añade un chico que estaba junto a ellas—. Toca el piano si no me equivoco.

—¡Oh, sí! ¡El del evento de Navidad!

—¡Ese mismo!

—Sí, es lindo...

Y los murmullos continuaron, pero para Jimin fue suficiente escuchar solo esa parte, tensándose de pies a cabeza. No, Yoongi no podía haber hecho algo así, ¿verdad?

—Yoongi hyung, están hablando de Yoongi hyung. —Jungkook parecía estar en una especie de trance. —Por eso vino con el uniforme de deporte hoy, ¡debí sospecharlo!

Jimin suspiró con pesadez. Entonces no había dudas. Él es quien estaba siendo golpeado por el imbécil de Kyusong. Lo va a matar, los va a matar a los dos, pero antes debía asegurarse de que Yoongi estuviera bien. 

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora