Alianza Equivocada | yoonmin

definitivamente

—¿Cómo vas, corazón?

Jimin se sobresaltó al oír la voz de Hyejin detrás suyo, cerrando automáticamente su casillero que había abierto para sacar el libro que necesitaba para su última clase del día.

—Sobreviviendo —le respondió en un tono que buscaba ser divertido, pero que terminó sonando seco y sin gracia—. ¿Dónde está Yongsun noona?

Aunque parecía que se lo había preguntado para cambiar de tema, realmente quería saberlo porque ellas siempre estaban juntas, y ahora que lo pensaba, no había visto a Yongsun desde que llegó esa mañana y tuvo que fingir que no escuchaba los cuchicheos que se formaban en torno a él.

Desearía que Yoongi estuviera a su lado en esos momentos.

—En Dirección.

Jimin arrugó su rostro, sintiéndose un poco confuso al prestarle atención de nuevo.

—¿En Dirección? —repitió sus palabras con lentitud—. ¿Qué hace en Dirección?

Hyejin suspiró, no estaba segura de cómo se tomaría lo que estaba a punto de decirle.

—Descubrimos quién fue el que les tomó la fotografía y la puso en los casilleros —soltó sin rodeos—. An Kyusong.

El cuerpo de Jimin se tensa al instante, no sorprendiéndose mucho por esa clase de revelación. Fue toda una noticia que, tras la pelea en la losa deportiva, Kyusong perdió su puesto de capitán del equipo de Basketball y por ende, su oportunidad de lucirse en el último juego de la temporada.

Quería venganza.

—Tiene sentido...

Aunque realmente siente que hay algo más.

—Eso fue lo que pensamos —coincidió Hyejin porque ambas estaban al tanto de lo que había pasado entre ellos—. Por eso pusimos en marcha un plan inflable.

Jimin la miró de forma vacilante porque Hyejin es impulsiva y él no hubiese querido que cometiera una locura con tal de ayudarlo.

—Tengo miedo de preguntar, pero... —Avanzó hacia ella, asegurándose que no hubiera nadie cerca—. ¿De qué trataba ese plan?

—No fue nada, no te preocupes. —Hyejin movió una de sus manos para restarle importancia—. Aquí lo relevante es que Yongsun seguramente ya le mostró las pruebas al director, así que el idiota de Kyusong debe estar siendo suspendido, o mejor, expulsado en este preciso instante.

Jimin presiona su libro contra su pecho. Debería estar feliz, pero...

—Noona... —comienza a decirle.

—En serio, Jimin-ah, no hay nada que temer —lo interrumpe Hyejin al poner una de sus manos en su hombro—. Él recibirá su merecido.

Porque para ella había valido totalmente acorralar a Kyusong a las afueras de su casa —resulta que eran vecinos—, y no soltarlo hasta que él solito empezara a hablar sobre cómo los había visto besándose en el baño de hombres y se había servido de sus influencias para mandar a poner todas esas fotografías en plena madrugada.

El encanto natural de Yongsun también había sido de mucha ayuda porque aparentemente los bastardos como Kyusong no se pueden resistir a una cara bonita y angelical.

—Voy a hablar con él.

Todas las alarmas de Hyejin se encienden cuando lo escucha, impidiendo que avance al retenerlo por el hombro.

—No, no dejaré que te enfrentes solo a él.

—Entiendo tu preocupación, noona —se lo concede Jimin—, pero de verdad... necesito hablar con él.