tu música,

332 81 10
                                    

—¿Qué carajos haces aquí?

Sí, ese fue el gran recibimiento que Yoongi le dio.

Aunque para ser justos, parece que Jimin no ha llegado en un buen momento porque había un montón de papeles regados en el piso y él aún seguía con el uniforme de la escuela, pero sin la corbata hecha y con su cabello negro todo revuelto.

Era un completo desastre.

—Vengo a ofrecerte mi ayuda. —Jimin pasó de él, empujándolo levemente para poder entrar y así evitar mirarlo demasiado—. Créeme, la necesitas, y mucho.

Yoongi lamentó haberse tardado en reaccionar porque perdió la opción de cerrarle la puerta en la cara.

—No la necesito, fuera.

Sin embargo, el rubio lo ignoró al seguir avanzando y recoger algunos papeles en el camino. Muchos de estos estaban arrugados, así que los tuvo que estirar para después sentarse en la banqueta del piano.

Un tic pareció cruzarse en el ojo derecho de Yoongi.

—Veamos, qué tenemos por aquí. —Jimin también tomó su preciado cuaderno de anotaciones para empezar a revisarlo con detenimiento.

Bien, no importa qué tan aturdido se sienta su cerebro luego de haber pasado días en los que no hizo nada más que componer como un desquiciado, Yoongi no va a permitir que se ponga a jugar con el piano. Con lo mucho que le había costado arreglarlo cuando lo encontró por casualidad en el ático.

—Park-

—¡Oh! Esto no está tan mal, uhm.

Jimin observó por unos segundos las teclas que tenía frente a él para luego empezar a presionarlas sin un orden en específico, tal como lo hacía Yoongi.

—¡¿Qué haces?! —Este corrió enseguida hacia él para poder detenerlo.

—Pues tocando, ¿no es obvio?

—¡Así no es! —Yoongi quitó de golpe sus manos, sentándose también en la banqueta—. Esto no es un juguete, aunque no lo creas, lleva muchos años de estudio y práctica.

Pero Jimin en vez de prestarle atención, se puso a leer otra vez su cuaderno.

—Esta frase podría funcionar, pero sería con una melodía un poco más animada... como mágica, es sobre la Navidad después de todo.

Yoongi resopló tras unos segundos porque empezó a variar un poco las notas según lo que decía. Toda la culpa la tiene su cansancio mental como para estarle haciendo caso.

—¡Oh, oh! Eso me gusta. —Jimin delineó con su dedo las letras escritas en el papel, hasta que se detuvo, dando varios golpecitos sobre unas en particular—. Y en vez de que se repita a cada rato Christmas Love, podrías agregarle algo como Christmas I love you al inicio del coro, sí, sí.

Yoongi ahora lo miraba perplejo, sin terminar de procesar lo que estaba escuchando, pero igualmente volvió a tocar esa parte y Jimin lo acompañó al cantar ese pequeño arreglo que había hecho.

Y demonios, prácticamente fue cosa de nada, pero el cambio se notó de manera favorable para la canción.

—¿Cómo lo...

—¿Cómo lo supe? —Jimin terminó la pregunta por él—. Fácil, la música se inició de la mano con el lenguaje, así que nuestros ancestros usaron su propia voz para poder transmitirla principalmente. Claro, después se crearon instrumentos, unos muy rudimentarios, por cierto, pero, si te pones a pensar-

—Jimin —lo interrumpió Yoongi con la misma mirada de desconcierto.

Sucedieron varias cosas en ese instante.

Los costados del rostro de Jimin se sonrojaron violentamente después de que se callara de golpe. Yoongi lo había llamado por su nombre, y eso es algo que jamás hacía si estaban a solas, porque había comenzado a hablar sin parar de datos que no eran relevantes para la canción.

Y lo peor, lo había hecho con un tono de voz que no reflejaba su superioridad de siempre, no, había dicho todo eso con la sola intención de explicar y ser escuchado en verdad.

—Uh, bueno... —Jimin se aclaró de forma sutil la garganta—. Solo tarareé mentalmente mientras estabas tocando el piano.

Yoongi lo continuó mirando, pensando que Jimin luce totalmente diferente cuando no mide o planea lo que va a decir porque su rostro se relajaba y sus ojos caramelos se veían incluso más brillantes.

—Sí, creo que podría funcionar —dijo él de manera automática porque ni siquiera tenía algo más que ese detalle en su cabeza en ese momento.

—Bien, eh... —Jimin se comienza a levantar de la banqueta—. Justo acabo de recordar que tengo una tarea, así que mejor retiro mi ayuda por hoy.

El calor de sus mejillas va en aumento cuando sus ojos se cruzan. Por lo que tiene la absoluta convicción de salir por esa puerta y no volver a entrar en su vida.

—Jimin. —Era tan extraño escuchar su nombre de la boca de Yoongi en un espacio tan pequeño. Y dos veces seguidas—. Gracias.

Así que solo atinó a asentir para luego darle la espalda y escapar de allí lo más pronto posible.

¿Qué rayos había sido todo eso?

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora