Cada 1000 años los dioses de todo el mundo votan por la extinción de la humanidad y cuando todo estaba perdido, los arcángeles y las valquirias unirán fuerzas para desafiar a sus creadores en el torneo Ragnarok, un combate uno contra uno entre los 2...
Mientras el cuerpo de Mulan se desvanecía, los dioses estaban teniendo otra discusión.
Atenea: ¿¡Cómo se atreven a abuchearnos!?
Marte: Simple, Fujin luchó a la segura y no mostró el 100% de su poder hasta el final de la pelea.
Odin: Eso no importa, ellos aún no se han dado cuenta de que esto es un torneo de supervivencia y vale todo.
Ra: Como alguien que ya participó y sobrevivió a este torneo, al principio yo iba a luchar como Fujin pero cuando vi la determinación de Balduino IV. Quería luchar con todo mi poder para corresponder esa determinación.
Yahvé: Es la magia de mi creación, siempre sacan lo mejor de alguien, hasta a los dioses. En fin voy a escoger ya al próximo luchador de los dioses, Metatrón anuncia el próximo día para la sexta ronda.
Metatrón: Entendido mi señor.
Así que el Supremo se marchó para escoger al próximo representante de los dioses. Mientras tanto alguien estaba observando muy atentamente las rondas del Ragnarok.
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Habitación privada de Beelzebub.
Beelzebub: Esto es decepcionante, cinco sujetos de prueba y sólo uno ha conseguido el objetivo del experimento, voy a hablar con Yahvé para ser el siguiente y así poder terminar con el sufrimiento.
Y así Beelzebub se marchó hacia el palacio del Supremo, mientras tanto en la habitación VIP de la humanidad reinaba el silencio, Miguel y lo demás hicieron el funeral de Mulan y Randgríðr. Pero Geir y Brunhilde no estaban junto a ellos. Ahora mismo la valquiria estaba llorando la muerte de su hermana encerrada en su habitación.
Brunhilde: Me prometí que esto no me iba a afectar, pero...
En ese momento Brunhilde se acordó del último abrazo que le dio Randgríðr y lo peor era saber que fue la última vez que Brunhilde la vio antes de morir, al principio la valquiria estaba tan consumida en su sed de venganza que no le importaba utilizar a sus propias hermanas en este torneo. Pero la participación de los arcángeles, la confianza que tiene ahora hacia sus hermanas y el otro tema. Eran cosas que no esperaba y ahora Brunhilde no estaba tan dispuesta a mandar a morir a su familia y amigos. De repente alguien tocó la puerta.
Miguel: ¿Puedo pasar?
Brunhilde: Sí.
Miguel: ¿Cómo va?
Brunhilde: Mal, ya no soy capaz de continuar, no puedo verlas a los ojos sabiendo que podría ser la última vez.
Miguel: Si te comprendo, yo también quise tirar la toalla después de la segunda ronda.
Brunhilde: ¿En serio, que te detuvo?
Miguel: Mis hermanos, decían que si abandonaba ahora sería hacer el sacrificio de Uriel inservible, odio cuando tienen razón y lo mismo va hacia tus hermanas, son más fuertes de lo que crees.
