BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 1: Scurry

Oyó el primer trueno y alzó su cabeza para mirar al cielo. Siempre que intentaban salvarse el uno al otro, la liaban aún más, incluso pareciendo imposible.

—¿Qué?— escuchó a Sam susurrar a su lado.

De las nubes que comenzaban a amontonarse encima de ellos empezaron a surgir rayos, de un color casi morado. En apenas mili-segundos llegaban al suelo, y hacían saltar pequeñas partes de la tierra, creando agujeros del diámetro de una cabeza.

—¿Cómo había llamado la muerte a esto?— preguntó después de unos segundos, mientras ambos observaban a su alrededor esperando que algo, o alguien, surgiese de la nada.

—La oscuridad—  apenas le había contestado y el suelo había empezado a temblar como si estuvieran en el epicentro de un terremoto.

Al momento, de uno de los agujeros, salió una enorme masa de humo. Demonios. ¿Eso era lo que les traía "la Oscuridad"? ¿Más demonios? "¡Oh, venga!" Pensó el rubio.

Lo mismo ocurrió con el resto de los agujeros. Según iba saliendo del suelo, más tierra iba levantando, mientras que todo el humo se acumulaba en un campo de cultivo que había a un par de kilómetros de donde se encontraban, empezando a avanzar hacia ellos.

—Entra en el coche— ordenó Dean mientras echaba a correr.

—Sí.

—¡Vamos, vamos!

En menos de 5 segundos, Dean ya estaba metiendo la llave en el contacto para salir de allí a toda prisa. Puso la marcha atrás y recorrieron un par de metros antes de que el Impala bacheara. El mayor de los hermanos miró por la ventana hacia la parte de atrás sólo para descubrir que había metido la rueda en un charco. Encajó la primera marcha y aceleró, pero el coche no se movía. Abrió la puerta mientras pisaba a fondo el pedal del acelerador a la vez que examinaba la rueda en busca de alguna solución.

—¡Dean!— Sam a su lado le cogió del brazo, obligándole a mirarlo, primero a él, y luego al horizonte, por donde la masa de humo se acercaba a toda velocidad. Cerró la puerta estupefacto. Trozos de paja y césped volaban por encima del coche, mientras ambos se agarraban al salpicadero. Después de toda la mierda que habían pasado,iban a ser engullidos por una aún más grande salida del tubo de escape del infierno—¡DEAN!

—¡Tapa las entradas de aire!— el aludido se quitó rápidamente la chaqueta y la extendió por encima del salpicadero a la vez que Sam le imitaba. Con un poco de suerte, el humo no entraría dentro de su pequeña. En cuanto lo tuvieron encima, todo se volvió negro. No podían ver nada, y el coche empezó a sacudirse, haciéndoles pegar saltos en los asientos— ¡Sam!¡Intenta sujetar mi chaqueta contra la rejilla!— gritó por encima del ruido.

—¿Qué vas a hacer?— le escuchó moverse a su lado y al momento una de sus manos palpaba la zona en la que Dean tenía puesta la chaqueta contra el salpicadero.

No le respondió, volvió  a meter primera y comenzó a acelerar, consiguiendo que en uno de los bandazos el coche se moviese lo suficiente como para salir del charco. Giró  el volante todo lo que pudo, rezando por ir en la dirección correcta y poder huir del humo.

—¡Vamos pequeña!— sintió, más que vio, como se llevaban algo por delante, y unos momentos más tarde todo empezó a clarear, haciéndoles dejar a la Oscuridad atrás.