BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 22: King of hell

"¿Qué cojones?"

Aquello fue lo único que se le pasó por la cabeza mientras seguía parado, con la boca abierta, mirando la puerta del baño. Se pasó la mano por el pelo, viéndose reflejado en el espejo con una sonrisa de idiota. Rápidamente cambió el gesto y se puso unos vaqueros y una camiseta. ¿Dónde estaba Sam?

Se sentó a los pies de la cama y se quedó mirando a la televisión. Apenas hablaba con su hermano. Lo justo cuando resolvían los casos. Seguía cabreado con él. Lo ocurrido con el demonio que había atacado a Emma era por culpa de lo de la marca. De hecho después de hablar con la chica Davidson, cuando volvían en el coche, habían empezado a discutir por eso mismo. Él había notado su cara larga y habían vuelto a empezar la discusión que tenían casi cada vez que se quedaban solos.

Notó algo caliente por su brazo, y vio que la herida seguía sangrando. Se levantó buscando un trapo o algo para poder contener la sangre hasta que Emma saliese del baño.

-¡Gin, me estoy desangrando!- a los pocos segundos salió secándose el pelo con una toalla. La tiró al suelo del baño y se acercó a él cogiéndole del brazo y examinando la herida de cerca.

-Pues sí que tenía hambre- comento -. Siéntate, voy a coger un par de cosas - Dean se volvió a sentar a los pies de la cama, mientras ella rebuscaba entre sus cosas.

Se aproximó a él con un bote de alcohol, vendas, hilo y una aguja. Se puso de rodillas a su lado encima del colchón y le levantó la manga de la camiseta -. Espero que no seas una niña llorona - el rubio la miró con una ceja levantada.

Mojó una venda con alcohol y empezó a limpiarle la herida. Escocía pero el cazador se negó a hacer ningún ruido ni poner caras. Después de limpiarlo empezó con la aguja. Había podido evitar quejarse, pero las caras no.

- Nenaza - canturreó Emma en su oído cuando terminó de ponerle la venda.

Dean giró la cabeza rápidamente con intención de echarle una mirada de odio, sintiéndose ofendido, pero se la encontró a menos de un centímetro. Se quedaron así un par de segundos, hasta que él notó la respiración de Emma en su boca y se acercó a ella.

Apoyó sus labios sobre los de la pelirroja y, para su sorpresa, le correspondió. Abrió su boca ligeramente, encajándola con la de él y se separó justo en el momento que se escuchó la puerta de un coche cerrarse.

Ambos se separaron, observándose durante un par de segundos antes de superar el shock del momento. Fue Emma la primera en moverse, nerviosa. Bajó de la cama, cogió las vendas y fue a la papelera que había al otro lado del cuarto.

La puerta de la habitación se abrió, entrando Sam con un par de bolsas. Ninguno de los dos le miró. De hecho, el rubio seguía mirando la zona en la que ella había estado en la cama.

"¿En qué cojones me he metido?"

-¿Qué has traído? - preguntó Dean, levantándose y yendo hacia Sam.

-Emma quería comida italiana- contestó su hermano cortante. Pasó por su lado y se sentó en la mesa.

El plan que tenía ahora con los dos era divertido. Sacó uno de los envases que parecía tener espaguetis con tomate y se puso a comerlos con Sam en frente. Emma se acercó y no le quedó otra que sentarse entre los dos.

Apenas intercambiaron palabras mientras cenaban, y no tardaron en irse a la cama.

Al día siguiente la situación no había mejorado. Dean y Sam iban en el Impala, mientras Emma iba en su coche nuevo detrás de ellos. Llevaban una hora de viaje de vuelta al refugio de los hombres de letras y no habían cruzado palabra.