CAPÍTULO 14: What King?

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-Mía.- Saludó Crowley. Aquel demonio que usaba el recipiente de una mujer era de los pocos que aún se mantenía fiel a él. Había demonios que, no sabía si por fidelidad, respeto o por cualquier otro motivo, aún permanecían con él. La mayor parte por el hecho de que sabían que en cuanto Lucifer volviese a tener todo su poder, acabaría con todos los demonios.

-Crowley

-¿Crowley? Sigo siendo "Tú Rey".

-Estamos en el mismo grupo, pero eso no significa que sigas estando por encima de nosotros.- Crowley torció el gesto, sintiéndose humillado delante del menor de los Winchester y el ángel. Chascó la lengua y volvió otra vez su vista hacia Mia.

-¿Has podido hacerlo?- La demonio miró a los dos invitados que iban con Crowley antes de asentir.

Estaban en un callejón al lado de un local que parecía haber estado abandonado durante años. Sam no entendía que estaban haciendo allí hasta que el demonio plantó una mano en la puerta y una especie de dibujo de un ojo brillo bajo su palma.

-Pégame.- Ordenó el demonio que se había hecho llamar Mia a Crowley.

-¿Qué?- Preguntó Sam.

-Si sospechan que te he ayudado, Lucifer en persona me matará y...- Crowley sacó una espada angelical de la chaqueta y con un gesto de aburrimiento le atravesó el pecho a la mujer. Esta comenzó a convulsionar sobre el arma mientras comenzaba a brillar.- Soy el maldito Rey, a mi nadie me da órdenes.- Susurró en el oído de la demonio momentos antes de que esta cayese muerta al suelo.

-¿Qué haces?- Volvió a preguntar Sam mirando a ambos lados de la calle, esperando que nadie les hubiese visto.- Se supone que tenemos que hacer el mínimo ruido posible.

-La iban a matar de todos modos.- Comento el demonio empujando la puerta sobre la que minutos antes la mujer había plantado su mano. Al abrirse apareció un pasillo con paredes de piedra que encajaban unas con otras como si fuesen ladrillos. A pocos pasos de ellos, parecía torcer a la izquierda y lo único que alcanzaban a ver desde la entrada era una antorcha que iluminaba aquella parte.

-La entrada al infierno está en un simple callejón.- Comentó Castiel observando el lugar con una ceja alzada.

-Lo dice el que tiene que pasar por un parque infantil cada vez que tiene que ir a casa.- El de la gabardina le miró sorprendido, habiendo supuesto que aquello era un secreto para los demonios.- No te hagas el sorprendido. Tenía que vigilarte para asegurarme de que no me estabas siendo infiel.- Se burló Crowley mientras el ángel miraba para otro lado.

Sam empujó a Crowley a través de aquella puerta en dirección a interior, metiéndole prisa.

-Quítame tus pezuñas de encima.- Ordenó Crowley mirándole. Sam estaba impaciente por sacar a su hermano de allí, y más cuando estaba tan cerca de conseguir su propósito después de casi nueve meses.

Según dieron un paso al interior de aquel lugar, la puerta se cerró tras ellos. Sam avanzó hasta situarse en la esquina, asomándose lo justo como para comprobar que no había nadie allí vigilando.

-No hay nadie.- Comentó confuso.

-No le subestimes.

-¿Por qué necesitabas a alguien para que nos colase? ¿No conoces todas las entradas al infierno?

-Sí que lo hago. Pero Lucifer tiene un demonio apostado en cada puerta y si me viesen, darían la voz de alarma.

-Pues aquí no parece tener mucha seguridad.- Soltó el ángel con el ceño fruncido.

Habría preferido quedarse con la pequeña. Percibía algo raro en ella, aunque aún no tenía muy claro que era. Siendo tan pequeña no podía deducir nada de ella. Aún así le preocupaba que pudiese correr algún peligro, pero sabía que ahora mismo era más necesario con ellos en busca de Dean que con la niña. Además era de su amigo de lo que se trataba todo aquello, por fin tenían una oportunidad para sacarlo de allí, y no iban a desperdiciarla. Su padre había dicho que necesitarían todo un ejército de ángeles para sacar a Dean de allí, en aquel momento esperaba que bastase con ellos tres.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora