BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

EPÍLOGO: Last Days of Hunters

-Cas, por Dios para de hacer eso. - Le pidió Emma al ángel mientras alternaba entre tomar profundas bocanadas de aire y bostezaba apoyada contra la carrocería del Impala mientras Dean sacaba las cosas. Todavía no se acostumbraba a ir en el asiento trasero del Impala, y que Castiel fuese todo el rato echado hacia adelante haciendo monerías a la niña acoplada con la cuna para el coche.

Se habían cogido unas vacaciones. "Somos autónomos, podemos dejar el trabajo cuando queramos y el señor y la señora... Fletcher nos mantendrán mientras tanto." Había dicho Dean con una nueva tarjeta de crédito falsa en sus manos.

Y aquellos eran sus planes para las vacaciones. Habían decidido ir a pasar el día al lago en modo picnic todos juntos.

-¿Estas bien?- Le preguntó Liz con una bolsa llena de comida al pasar por su lado después de bajarse del otro coche. Emma alzó el puño con el pulgar hacia arriba para indicarla que estaba perfectamente.

-Me he mareado un poco.- Se explicó mientras Sam pasaba sonriendo y negando con la cabeza en dirección a su hermano que estaba colocando las cosas cerca de la orilla del agua.- ¡Dean! -Gritó llamando la atención del rubio mientras veía a Castiel usando su "magia" para hacer juegos de luces y entretener a la niña.- ¡Dile algo!- Terminó señalando al ángel.

-La mantiene entretenida.- Contestó el rubio mirando a su amigo. En una de las manos de Dianna surgió una pequeña bola de luz plateada que estalló en pequeñas chispas en milésimas de segundo. La niña se quedó parada, asustada por lo que acababa de hacer. Castiel estalló en una carcajada y cogió a la niña antes de que empezase a llorar viendo que comenzaba a hacer pucheros.

-iCas, tío, qué coño haces!- le reclamó Dean.

-iYo no he sido ha sido ella!- Exclamó el ángel entusiasmado. Liz observó a Emma con los ojos abiertos de par en par mientras la pelirroja salía corriendo en dirección a ellos.

-¿Como que lo ha hecho ella?- Repitió Dean asombrado.

-Castiel te voy a matar.- Le dijo la chica llegando hasta ellos. Castiel estaba sentado en modo indio con la niña sobre sus brazos, y fue de ahí de donde Emma la iba a coger. Pero saltó sorprendida al ver otra vez aquella bola plateada formarse en la mano de la pequeña y volviendo a explotar. Después de aquello una carcajada salió de la boca de Dianna seguido de una pedorreta. Emma miró alternativamente al ángel y a la niña, para después mirar al padre.- Genial, Dean, a partir de ahora veras que bien vas a dormir con fuegos artificiales en la habitación.

SEIS AÑOS DESPUES

-Esa es mi pequeña.- Le dijo Dean a la niña sentada sobre la mesa de la biblioteca delante de él. Su pelo largo y rojizo le llegaba por debajo de los hombros y Emma se había encargado de hacerle una pequeña coleta para que no le molestase. El vestido verde cubría el cuerpo de la pequeña que movía sus piernas en el aire al no tocar el suelo.

-¡Dean!- Le reclamó Emma mientras la niña sonreía a su padre - Debería estar viendo kung fu panda y no empleando sus técnicas en clase.

-Lo siento- dijo el rubio mirando al suelo. -Tu madre tiene razón.- Había vuelto del colegio antes de tiempo, acompañada por su padre que parecía empeñado en vigilarla a todas horas cuando no estaban de caza, con un par de arañazos en la cara y la noticia de que se había peleado con un compañero de su clase.

-¡Pero se estaba metiendo con mi pelo!

-¿Cómo que se metía con tu pelo?-preguntó Emma sorprendida volviendo a mirar a la niña. Ella no le veía ningún problema al pelo de Dianna. Sus rizos estaban recogidos en una coleta alta.

-Me ha dicho pelo chorizo.

-i¿Pelochorizo?!- Exclamó Emma gritando. -Pero ese niño es tonto o que le...- Dean carraspeó a su lado con una ceja elevada y sonriendo mientras miraba a la niña.- Vale... pero eso no justifica que le pegases, De. Si papá no te llega a parar habrías usado tu don sobre él. Y primero, te tenemos dicho que NO lo uses delante de la gente- dijo haciendo hincapié en el no- y menos para hacerles daño.- Recalcó Emma. La niña miro al suelo, enfurruñada por la charla que le estaba llevando.