CAPÍTULO 6: Sleeping beauty

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—Eh, ¿estás bien?—le preguntó Sam, mientras la chica seguía en los brazos del mayor.

No llegó a contestarles, sus ojos se abrieron con pánico y un gemido salió de su garganta. Dean comenzó a notar cómo se le humedecían las manos con un líquido caliente.

—¿Qué cojones?— soltó retirando una de las manos de la cintura, por donde la mantenía agarrada.

Sangre.

Observó el resto del cuerpo de la pelirroja, la ropa que llevaba estaba comenzando a llenarse de manchas de un color rojo intenso.

—Mierda, Sam— exclamó, viendo que su hermano también estaba al tanto de lo que ocurría

—Hay que llevarla a un hospital— musitó el castaño, incorpotándose con rapidez.

—No llegará viva — respondió el otro desde el sjelo, aún con la chica entre sus brazos. Trató de buscar la solución más rápido y abrió los ojos al caer en la cuenta — ¡Cas, te necesitamos!— exclamó, esperando que aquel ruego llamase la atención de su amigo.

A los pocos segundos escucharon su voz, llamándolos desde la otra habitación—¡Cas, estamos en la habitación de al lado!—oyeron un paso y al momento le tenían en la puerta del cuarto de la chica.

—¿Por qué os habéis cambiado de cuarto en...?—su vista se posó a toda velocidad sobre Dean y después sobre la pelirroja que este tenía en los brazos —. ¿Qué ha ocurrido?

—Hemos oído gritos y hemos venido—contestó Sam.

Los ojos de la chica pasaban rápidamente del hombre que la tenía en brazos al ángel y después a Sam. Apretó los párpados con fuerza y Dean sintió como se tensaba en sus brazos.

— Eh, eh, eh, vamos aguanta chica. Cas tienes que hacer algo—no había terminado de hablar y él ya estaba imponiendo las manos encima del abdomen de ella.

Una luz brillante comenzó a salir de las mismas y el rubio notó cómo se relajaba en sus brazos. Una de sus manos que cogía con fuerza la camisa por su espalda aflojó su agarre, sonando contra la moqueta con un golpe seco

—¿Qué la está ocurriendo?

—Estoy curándola todo, probablemente solo necesite descansar. Es raro que no haya perdido la consciencia antes. Tenía varios órganos vitales dañados — después de unos segundos se apartó— .¿Qué ha ocurrido?— preguntó, sin apartar la mirada de ella. Sam suspiró antes de contestar.

— Estábamos en la habitación, y de repente hemos oído a alguien gritar— comenzó a explicar el castaño —. Hemos venido corriendo para acá, y la chica estaba poseída— añadió mientras el rubio se incorporaba con la chica en brazos y la tumbaba en la cama.

—Deberíamls irnos antes de que despierte.

—Dean, acaba de ser poseída por un demonio ¿y quieres que la dejemos sola?

—No es la ni la primera ni la última persona a la que posee un demonio. No es nuestro problema—tanto el ángel como Sam se le quedaron mirando impresionados. Cas con el ceño fruncido, sin comprenderlo entendiese— . ¿Qué?

—¿La marca te ha dejado secuelas?— preguntó el otro cazador con seriedad. El rubio suspiró y los miró a ambos.

—¿Es en serio?— dijo observándolos confuso—. Joder. Bien, vale.

— Voy a por el portátil — anunció Sam saliendo por la puerta.

Dean chascó la lengua y se dejó caer en una de las sillas, iguales a las del otro cuarto.

—¿Has conseguido averiguar algo?— le preguntó a Castiel, pasándose las manos por la cara, el moreno aún continuaba con los ojos puestos por donde Sam había desaparecido.

—He estado huyendo de los ángeles hasta ahora, no he podido encontrar a Hannah.

—Estupendo— respondió el otro con ironía.

Sam volvió, dejando el ordenador y un par de libros encima de la mesa, delante de su hermano —. ¿Tú descubierto algo?— el aludido cogió aire y comenzó a hablar con cansancio.

—En todos los registros, páginas y libros...— comentó cogiendo con la mano uno de los libros y agitándolo en el aire—... sólo habla de una caja. Contenía todas las enfermedades,...

—Y todos los males del mundo, ya.

—Eso no es así. Dios le dio a Pandora la custodia de seis sellos.

—¿Sellos? ¿Cómo los que iniciaron en Apocalipsis?—preguntó Dean.

—Los sellos que se abrieron con el Apocalipsis no son los mismos que estos.

—Cas, me estoy perdiendo, ¿podrías empezar desde el principio?— Castiel suspiró.

—Pandora era un Ángel. Uno de los favoritos de Dios junto con Lucifer, Miguel y otros arcángeles.

—Parecd que le salieron todos rana— aquello hizo que Sam soltase una risa que cesó con la mirada amenazadora que el de la gabardina les echó a ambos.

—Mandó a Pandora a la Tierra a cuidar de los sellos. Todos contienen creaciones fallidas, por decirlo de alguna manera, que no estaba permitido que viéramos. En aquel momento Pandora estaba sola en la Tierra, la curiosidad pudo con ella y abrió uno de los sellos, el que contenía las enfermedades, pero no había personas a las que contagiar. Nadie sabía que había en las otras cinco. Hasta ahora.

—Hay algo que no cuadra— interrumpió Sam—. Fue Lucifer el que le dio la marca a Caín.

—Después de aquello, Dios desterró a Pandora a vivir aquí eternamente, cuidando del resto de los sellos. Pero le dio la custodia del más dañino a Lucifer, en el caso de que Pandora volviese a caer en la tentación.

—¿Pandora sigue en la Tierra?- preguntó el mayor de los hermanos.

—Se supone que sí, aunque nadie tiene noticias de ella desde hace siglos.

—Tenemls que encontrarla— resolvió  Sam—. Podría decirnos cómo acabar con "la Oscuridad".

—Si supiese algo habría erradicado las enfermedades.

—Igualmente, deberíamos intentarlo. En cuanto lleguemos al refugio de los hombres de letras nos pondremos a buscar entre los libros.

—¿Quedó alguno después de que los Frankenstein entrasen?

—La gran mayoría huele a gasolina, pero están casi todos salvados— le informó Sam cerrando la tapa del ordenador. Restregándose las manos por la cara con sueño.

—Vete a dormir.

—No, estoy bien.

—Sam, yo he dormido unas horas mientras tú te dedicabas a tus labores de nerd. Vete a dormir. Si ocurre algo te avisamos—. Asintió, cogiendo las cosas y volviendo en dirección a su habitación.

—Yo debería seguir buscando a Hannah — le informó el ángel.

—¿Qué? Cas no se te ocurra dejarme solo con...— escuchó el  aleteo que anunciaba las entradas y salidas de Castiel y se quedó totalmente solo con la bella durmiente.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora