BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 19: Doped demons

—¿En serio, Dean? A ver, sé que es lo único en lo que piensas. Pero deberías evitar a tu hermano el ridículo de ver cómo te rechazan— contestó Emma.

Una carcajada de Sam a la espalda del mayor de los Winchester le hizo poner un mohín bastante gracioso.

Dean alzó las cejas, miró a la pared, y de repente echó a andar al baño sin decir nada.

Madre mía. Ella ni siquiera sabía de dónde sacaba tanto valor para darle aquellas contestaciones. Cada dos por tres soltaba comentarios de ese tipo, le vacilaba muy a menudo.

Y tenía que admitir que era algo que había descubierto que le gustaba de él. Aunque si había algo que le llamase más la atención era que, por muy mal que fuesen las cosas, Dean siempre tenía algún tipo de comentario gracioso y, aunque Sam no lo reconocía, muchas veces tenían un punto que hacía sonreír a los otros dos, como mínimo.

Sam sin embargo era mucho más prudente. Había una tensión entre ellos que se podía cortar con el filo de un cuchillo. Sam parecía sentirse culpable por lo de la marca de Caín y había que reconocer que Dean era demasiado capullo como para reforzar esa culpabilidad, y demasiado orgulloso como para agradecérselo.

Como habían llegado casi de noche, decidieron esperar al día siguiente para comenzar a investigar. Dean salió a por algo de comida, y después de cenar los tres se fueron a dormir.

...

—¿No vienes?— preguntó Sam a la pelirroja. Esta negó con la cabeza.

—Nop. Lo del FBI os lo dejo a vosotros, odio esa dichosa falda de tubo.

—Pues a mí no me disgusta—comentó Dean más para sí mismo que para el resto.

Emma cogió uno de los caramelos que les habían dejado en las almohadas y se lo tiró a la cabeza mientras recogía su ropa. Él lo cogió al vuelo, lo desenvolvió y se lo comió.

—Además, quiero ir a mirar un coche— se hizo el silencio en la habitación y la chica miró a ambos esperando que comenzasen a gritarle en cualquier momento. Le sorprendió que fuese Sam el que lo hiciera.

—¡¿Qué?!

—Ya tenemos un coche, ¿mi nena no te vale?

—Me encanta el Impala, de verdad, pero necesito un poco de independencia. Por Dios, dormimos hasta en la misma habitación de un motel.

—Es lo que sale más barato— le reprochó Dean.

—Lo sé, y lo entiendo. Pero concededme eso — ambos comenzaron a abrir la boca, pero no les dejó hablar, si comenzaban a darle razones acabaría cediendo, y necesitaba ese mínimo que le indicase que todavía podía valerse por si misma—. Seamos sinceros, vosotros tenéis experiencia en esto. Yo no podré ir a todos los casos que tengáis. Necesito poder salir y moverme cuando no estéis conmigo. No puedo estar siempre dependiendo de vosotros— Sam suspiró, mientras Dean sólo le miraba con arrugas marcando su frente.

.....

—De lo más barato que tengan—le dijo al hombre del concesionario.

Los hermanos se habían comportado como unos padres soltando un "haz lo que veas", que sonaba más como un "sí lo haces sabes lo que te espera". Pero no eran sus padres, y ella no era una cría.

El hombre le llevó a la zona de coches de segunda mano y, la verdad que no era que no se esperase aquello. Era cierto que tenía dinero ahorrado, pero si quería que le durase lo suficiente tenía que gastar lo mínimo posible, y bastante capricho se iba a conceder comprándose el coche.