BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

Capítulo 62: Finale

-¡Dean!- Oyó la profunda voz del ángel llamarlo mientras pintaba la trampa para demonios. Se incorporó rápidamente ante la señal. Castiel llevaba diez minutos alrededor de él, cargándose a todos los demonios que habían quedado por allí pero parecía que uno había conseguido atravesar la barrera del ángel y llegado hasta él.

Según se puso en pie se tuvo que volver a agachar y hacerse un lado. El demonio trajeado tropezó al pasar por su lado y no encontrar el obstáculo al que se dirigía. Dean aprovechó aquello para colocarse en frente del tipo mientras él se giraba en su dirección. Oyó golpes detrás de él y supuso que el ángel tenía a su propio oponente.

El demonio se lanzó hacia delante con una espada angelical, desde la caída de los ángeles tres años antes, gran número de demonios se había hecho con aquellas armas y ahora las usaban como si fueran las suyas propias.

Se volvió a echar a un lado agarrando el brazo del tío y tirando de él hacia abajo. Dejo libre el espacio de su estómago y dirigió un rodillazo hasta este. Hizo fuerza sobre un lateral del cuerpo del demonio y lo tiró al suelo para después ponerse a horcajadas sobre él. Le pegó un puñetazo sin darle tiempo a que respondiese y estrelló la mano del demonio con fuerza contra el suelo en un movimiento que lo obligaba a soltar la espada angelical. Asestó otro golpe a su cara, cogió la espada y la clavó en el pecho de aquel hombre mientras ramalazos de luz salían de sus ojos y boca.

Sin pausa, se levantó y volvió a coger la pala con la que estaba trazando las trampas en el suelo. Había tapado el resto con hierba y hojas que tenían a su alrededor. Todas estaban situadas en torno al mismo lugar en el que Sam había abierto la jaula años atrás. Cuando aquello había ocurrido, no había dejado ningún tipo de señal en el suelo que indicase que allí había pasado algo. Pero ahora había un círculo casi perfecto en el que lo único que había era tierra. Las plantas y el césped que lo rodeaba estaba más marchito de lo que se podía esperar en aquella época del año.

El ángel se acercó a él en el único momento de descanso que habían tenido desde que llegaron.

-¿Cuánto te queda?- Preguntó antes de fijar su mirada en un punto por encima de él. Con un giro de muñeca, la espada angelical volvió a aparecer en su mano y al momento estaba volando por el aire. Dean no se molestó en levantar la cabeza cuando oyó un cuerpo desplomarse a su lado. El ángel se acercó al cadáver y al momento este último había desaparecido. Estaba haciendo aquello con todos los cuerpos que quedaban atrás. No tenía muy claro si iban a levantar más sospechas cuando el resto vieran que no había nadie de los suyos por la zona.

-Esta era la última.- Anunció cuando Castiel volvió a su lado. Cogió otro puñado de hojas y palos arrancados y la esparció por allí tratando de ocultar el sigilo lo mejor posible. Se puso en tensión cuando oyó pisadas correr tras él y se dio la vuelta rápidamente.- Joder, Sammy casi os lanzo el cuchillo.- Exclamó bajando la mano con el puñal de los Kurdos.

-Ya esta toda la gente fuera. Deberíamos ocultarnos, es casi la hora.

-¿Cuánto creéis que tardara en llegar la policía?- Preguntó Liz.

-Estando aquí el FBI no creo que nadie vaya a llamar a los policías.- Afirmó Dean.- ¿Quién se esconde detrás de una lápida?

-¿En serio? ¿Ahora vas a bromear? Apenas has dicho una palabra en toda la semana y te pones a bromear ahora.

-Estoy nervioso. – Comentó el mayor de los Winchester metiéndose detrás de los árboles mientras se encogía de hombros. Tanteó la primera espada en el bolsillo de su chaqueta y suspiró. Ahora tocaba esperar.