BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 50: No more hunting

Abrió los ojos asustado y miro a su alrededor. Emma no parecía haberse despertado a pesar de su pesadilla. Estaba tumbada a su lado, bocabajo y tapada con la sábana, aunque sabía que bajo esta, la pelirroja estaba completamente desnuda. Cuando la noche anterior habían salido entre besos del baño, su hermano y Castiel aún no habían llegado. Se imaginó que habrían supuesto que querrían hablar a solas.

Flashback

Emma estaba tumbada con la cabeza sobra su pecho, acaban de llegar al éxtasis por segunda vez aquella noche, y ella perfilaba el tatuaje del pecho de Dean mientras este enredaba con su pelo, medio dormido.

-Dean.- Lo llamó, haciéndole responder con un pequeño gruñido.- Necesito que me prometas algo.- El rubio abrió rápidamente los ojos, girando la cabeza para mirarla.

-No.- Dijo casi cabreado. Emma se incorporó ligeramente apoyándose en el pecho del cazador, confusa.

-Ni si quiera sabes lo que te voy a pedir.

-Sé lo que se me pasó a mí por la cabeza en momentos como estos. E hice prometer a Cas lo mismo que tú me quieres hacer prometer a mí. Así que antes de que digas nada: No, Emma.

-Entonces sabes que se lo pediré yo también a Castiel, o a tu hermano.- El cazador se removió incomodó en la cama pasándose la mano por la cara con frustración y mordiéndose el labio.

-No les dejaré que lo hagan.

-No pienso convertirme en un monstruo, y si lo hago necesito que hagáis todo lo posible por acabar conmigo.

-Emma, no puedes pedirme eso.- No podía ni si quiera plantearse aquello. Sólo de pensar en perderla se quedaba sin respiración.

Fin del flashback

Emma comenzaba a removerse. Se tumbó de lado pasando el brazo por encima de la cintura de ella mientras se desperezaba como un gato. La pelirroja giró la cabeza mirándolo con los ojos entrecerrados para después acurrucarse contra él, escondiendo la cara en el hueco que él dejaba entre su cuello y la cama.

-¿Cómo estas?- Preguntó Dean, comenzando a acariciar su espalda. Aquello se había convertido en una costumbre desde que habían empezado a dormir juntos. Estaba entre sus cosas favoritas cuando se despertaba cada mañana. Nunca había soñado con una situación como aquella, al menos no hasta que se había dado cuenta de lo que sentía por Emma. Ahora estaba seguro que si no estaba a su lado cuando se despertase se sentiría raro, e incluso vacío, y eso que aún no había tenido la oportunidad de comprobarlo.

Emma cogió aire, aspirando el aroma del cazador y dándole un pequeño beso en la clavícula.

-¿Quieres que sea sincera?- Preguntó seria. Una de las cosas que habían acordado la noche anterior mientras habían estado hablando en la cama era que siempre que Emma sintiese la sed de sangre, no debía ocultarlo. En caso de que aquello volviese a repetirse podrían hacer algo al respecto. Dean hizo un ruido de confirmación, instando a la de los ojos azules a contestarle.- Desde ayer es como si... hubiese dado más cuerda a la marca. Como si al haber sucumbido a los efectos le hubiese dado rienda suelta. Estoy ansiosa por tener algo a lo que golpear. – Oyó a Dean suspirar pero no se atrevió a mirarle a la cara.

-Vale, hagamos esto. Entrenaremos, todos los días, para que tengas algo con lo que desahogarte.- Eso la sorprendió y en este caso salió de su escondite balo el cuello del cazador y se le quedó mirando.

-¿Por entrenar te refieres a...?

-Pelear.- Anunció Dean con los ojos desafiantes.

-¿Qué? No, nunca me perdonaría hacerte daño.- Dijo dirigiendo sus ojos a la pequeña herida que había en la mejilla del de ojos verdes.

-Vamos Gin, esto es lo máximo que me puedes hacer.- Dijo con un deje burlón y señalándose el corte. Emma entrecerró los ojos.

-Te voy a patear el culo y lo sabes.

-Me gustaría verlo.- Emma le atizó un pequeño palmetazo en el pecho y el fingió una mueca de dolor agarrando la mano de la chica y poniéndosela sobre el corazón.

-¡Me ha matado! ¡Me ha matado!- Unos pasos corriendo se oyeron por la sala en dirección a la habitación y Emma con un gestó rápido se ocultó bajo la sábana cuando oyó la puerta abrirse.- ¡Buenos días, Sammy!- Saludó a su hermano con una sonrisa poniendo sus brazos detrás de la cabeza. El menor de los Winchester había recorrido la habitación asustado hasta llegar a Dean abriendo los ojos como platos.- ¿Podías traernos la ropa que hay en el baño?-Castiel apareció detrás de Sam cuando este fue a por la ropa al baño. Dean le hizo un pequeño gesto con la mano al ángel a modo de saludo y este le respondió de la misma manera. Rápidamente Sam apareció tirando la ropa dentro del cuarto y cerrando la puerta, poniendo otra vez la barrera entre ellos y Emma y Dean. Este último notó otro golpe por debajo de las sábanas y después volvió a ver el rostro de Emma emerger entre estas.

-¡Eres idiota!- Se quejó la chica lo más rápido que pudo intentando ocultar la sonrisa. Dean se encogió de hombros levantándose de la cama. Al menos había conseguido hacerla olvidarse de lo de la noche anterior.

Diez minutos después ambos estaban vestidos y fuera de la habitación.

-Buenos días.- Saludó Emma cortada cuando aparecieron en la sala de estar de la cabaña. Las imágenes de la noche anterior no la abandonaban por muchos intentos que Dean hiciese de bromear ni por mejor que ella se sintiese.

-Buenos días.- Saludó Castiel mientras que Sam le contestaba con un gesto de la cabeza mientras leía una periódico.

-¿A qué hora habéis vuelto?- Preguntó el ojiverde como si nada, sonriendo al encontrarse algo más de comida en la nevera junto a otras tantas cervezas.

-Sobre las cuatro de la mañana. El ángel aquí presente quería volver antes pero...- Emma miró el reloj de la pared, dándose cuenta de que apenas eran las nueve de la mañana.

-No habéis dormido ni cinco horas.

-Sabes que estamos acostumbrados a dormir mucho menos. Además Dean se ha levantado afirmando a gritos que le habías matado.- La pelirroja hizo un gesto con la cabeza indicando que estaba de acuerdo mientras el aludido dejaba con una media sonrisa un cuenco de cereales y leche delante de ella.

-Así que ¿qué vamos a hacer ahora?- Preguntó Emma metiéndose una cucharada en la boca.

-Lo que mejor se nos da- contestó Sam aún con el periódico- Cazar. La de los ojos azules medio sonrió mientras Dean se ponía tenso.

-Wo wo wo. Ella no va a salir a cazar. – Afirmó.

-Dean...- Comenzó a quejarse ella.

-Escúchame, no vas a salir de caza hasta que controles el Bruce Banner que llevas dentro.- Emma le observó con el ceño fruncido y después miró a Sam.

-¿Alguno os habéis molestado en decirle que tiene la sensibilidad de un ladrillo?- Sam asintió y alzó una ceja como diciendo "No hay nada que hacer".

-De todas formas, Em, tiene razón. No quiero meter el dedo en la llaga- comenzó a sincerarse el menor de los hermanos.- Pero lo de anoche es sólo la punta del iceberg.

-Nos quedaremos aquí y entrenaremos, pero no puedo permitir que salgas afuera en pleno ataque de ira y acabes herida.

Emmaasintió sabiendo que tenían razón. Una parte de sí misma tenía miedo de que volviesea ocurrir lo de la noche anterior, pero otra no podía aceptar el quedarse allídurante casi un mes y enfrentarse a Lucifer. Confió en que le concediesen eltercer grado por buen comportamiento, de momento acataría las normas sin ningúnreproche.