CAPÍTULO 28: Jealousy

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—¿Qué haces?— Emma estaba recostada en el uno de los sofás de la biblioteca con su portátil encima de las piernas mientras el rubio se acercaba hasta ella con una cerveza en la mano.

—Busco un caso.

—Nosotros dos buscando soluciones para lo de la marca y tú buscando casos— comentó Sam desde la mesa.

—Hemos buscado en mil sitios, sabéis que la única posibilidad es la bruja esa, Rowena. Así que para qué voy a perder más el tiempo— respondió ella resignada.

Dean cogió  el ordenador y se lo cerró, llevándoselo y poniéndolo encima de la mesa con gesto hosco.

— ¿Qué haces?— preguntó ella con las manos en alto, completamente ofendida.

—No entiendo por qué te gusta tanto formar parte de esto— le recriminó Dean, tanto o más enfadado que ella. Ninguno de los dos, ni él ni su hermano, se habían rendido en cuanto a intentar ayudarla, y la chica parecía empeñada en sufrir la marca, aún después de todo lo que él le había contado.

—"Esto" se ha convertido en parte de mi vida desde que empezaron a perseguirme los demonios.

—No implica que tengas que meterte de lleno en ello.

—No empecéis— comentó Sam, haciendo a Emma bufar y cruzarse de brazos en el sofá.

—Pues he encontrado uno.

—Joder, Emma— protestó.

—¿Qué has encontrado?

—¿En serio, Sam?— este se encogió de hombros. Era cierto que no habían encontrado nada que pudiera ayudarles con lo de Emma, así que el menor de los Winchester parecía conforme con tener algo que hacer aparte de seguir rebuscando en los libros respuestas que no aparecían.

— Es algo raro— comenzó Emma, ignorando al rubio—. Hay un montón de casos de gente que va a un parque en Sioux Falls, y acaban en el hospital en coma.

—¿En coma?— preguntó Sam con curiosidad.

—Ya van cinco personas en dos semanas.

—Podríamos ir a echar un vistazo— sugirió el castaño.

...

Entre los dos hermanos convencieron a Emma de que dejase el coche en el búnker y fuera con ellos en Impala. Ninguno de los dos quería que se alejase mucho de ellos en el caso de que empezase a notar los efectos de la marca. En menos de una hora desde que Emma les había comunicado el caso, ya estaban de camino. El parque de Sioux Falls se llamaba Falls Park y quedaba a cinco horas del búnker.

Según llegaron, se alojaron en el primer motel que encontraron al entrar en la ciudad, dejando un par de cosas en la habitación y poniéndose los trajes que usaban para camuflarse como federales.

—¿Qué cojones?— espetó Dean observando el parque—. Esto parece un sitio sacado de Disney.

—Es precioso— comentó Emma, haciéndole rodar los ojos. 

Todo era verde, allá donde mirasen no había más que hierba y árboles, además de una especie de río. Los tres se dirigieron a una torre que era el centro del parque y donde estaba la caseta turística y la tienda de souvenirs del lugar. Fueron hacia la oficina de turismo a preguntar por el encargado, apareciendo a los pocos minutos una mujer que Dean rápidamente describió como alta, rubia y con unas piernas de escándalo. 

—Siéntense— pidió la chica con amabilidad cuando entraron—. Discúlpenme, pero ¿qué hacen unos federales en Falls Park?

—Verá— comenzó a explicar el rubio antes de que alguno de los otros se le adelantase— , habiendo tantas desapariciones han decidido entregarnos el caso, por si acaso se tratase de envenenamientos o algo parecido— terminó poniendo la sonrisa más seductora que podía, según él, para los otros más bien parecía un bobalicón embobado.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora