CAPÍTULO 23: What happened?

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Seguía estático, parado en el mismo sitio sin entender nada.

-¿Estás bien?- Oyó a su hermano preguntar detrás de él a Liz. No escuchó ninguna respuesta vocal así que imaginó a la chica asintiendo a la pregunta de Sam.

-Dean...- el rubio se dio la vuelta sin entender qué ocurría. Se habían asegurado de pintar un sigilo en el exterior para que los demonios no fuesen capaces de salir de allí y Emma había desaparecido fácilmente.

-¿Cómo ha podido escapar?- Dijo mirando a su hermano enfadado.

-No lo sé.

-¿Dibujaste bien el sigilo?

-Sí.

-¿Seguro?

-Yo... no lo sé Dean. Creo que sí.

-¡¿CREES QUE SÍ?! ¡JODER, SAM!

-¡Eh, relájate!- Le reclamó Liz dando un paso hacia delante. El rubio se dio media vuelta, buscando la salida del almacén y plantándose delante de la pared en la que habían dibujado el sigilo. Se dio cuenta de que faltaba una línea justo cuando Sam apareció corriendo tras la puerta con Liz detrás.

-¡JODER, SAM!- Repitió al ver a su hermano. El aludido se plantó delante de la pared y abrió los ojos con comprensión cuando vio el fallo que había cometido en el sigilo que les había enseñado Castiel.- ¿En qué coño estabas pensando?

-Lo siento, Dean... yo- El rubio se adelantó en dirección a su hermano con intención de atizarle allí donde pudiese. Pero se sorprendió al recibir él mismo el golpe. Perdió la estabilidad provocando que se fuese un metro hacia atrás mientras trataba de sujetarse la mandíbula allí donde le comenzaba a arder. Se giró esperando encontrarse a su hermano con cara de cabreo, asombrándose al ver a Liz plantada delante de él, dispuesta a asestarle otro golpe.

-Liz, ya basta...- le dijo el castaño a la chica, cogiéndola del brazo y empujándola hasta situarla detrás de él.

-¡No, ya está bien! ¡Eres un capullo, lo sabías!- Exclamó la chica en dirección al mayor de los hermanos.

-Podrías controlarla.- Dijo Dean aún impresionado.

-¡Oh, claro! ¡Igual que te estabas controlando tú!

-¡Liz, para!

-¡No! ¡Tu hermano ha estado tratando de ayudarte durante todo este tiempo y es así como se lo agradeces!

-¿Y tú quién cojones te crees que eres?

-¡Tu familia, gilipollas! ¡Lo quieras o no! ¡¿Sabes cómo estuvo tu hermano los primeros meses?! Se sentía culpable por todo lo ocurrido. ¡Me costó hacer que saliese de la habitación porque se estaba hundiendo en la mierda que te rodeaba! ¡Te ha sacado del infierno, joder!- Exclamó sin obtener ningún tipo de respuesta, y maravillándose por haber dejado por primera vez a Dean sin palabras.- Dean, entiendo que lo de Emma es una putada. Lo es para todos. Pero estamos tratando de ayudarte y tú te comportas como un cromañón con tu hermano por un mínimo error que ha tenido. Hasta yo me he dejado partir la cara por ti. Lo mínimo que deberías hacer es darnos las gracias.- Terminó la chica dándose la vuelta y volviendo al interior de la fábrica.

-Debería... creo que debería ir con ella.- Le dijo Sam tras esperar por algunos segundos a que su hermano dijese algo.

...

Comenzaron a buscar por todo el lugar en busca de alguna pista sobre los planes de Emma. El sigilo que Dean había llevado en el pecho y que se había dibujado tal y como les había dicho Castiel con su propia sangre, sólo servía para hacer desaparecer de allí a los demonios pero no los mataba. No se les había ocurrido una mejor idea para deshacerse de tal cantidad de ellos de forma rápida. Por eso mismo habían necesitado a Emma en otra habitación distinta, para que el sigilo no le afectase.

Dean se movía avergonzado de un lado a otro del espacio, buscando cualquier cosa que le ayudase a distraerse y le diese una idea de dónde podía encontrar a la pelirroja. Observó a su hermano mirando las armas que había acumuladas sobre una mesa y se acercó a él.

-Tiene un buen derechazo.- Le dijo sin saber cómo comenzar aquella conversación.

-Y que lo digas.- Contestó el menor de los Winchester.

-Liz tiene razón, Sammy...

-Dean...

-No, es cierto que soy un capullo, hermano. Aún no te he dado las gracias por todo lo que has hecho por mí últimamente.

-Dean, eres mi hermano. No hay nada que no haría por ti.

-Lo sé. Sabes que yo también te cuido las espaldas.- Sam asintió con una media sonrisa.- Ven aquí, vamos.- Dijo atrayendo al castaño en un abrazo.

-¡Eh, pareja!- Gritó Liz desde una esquina del almacén.- Creo que he encontrado algo.- Ambos hermanos se separaron y comenzaron a andar en dirección a la rubia que estaba parada frente a un trozo de pared cubierto de recortes y fotografías.

-¿Qué coño?- Exclamó Sam sorprendido, hasta que descubrió la cara de Metatrón en todas y cada una de las fotos.- Un momento, este es... Es Metatrón.

-Mi novia tiene un crush con el escriba del señor.

-Va a por él.- Les afirmó Liz.

-En serio, Einstein.- Se burló Dean por la obviedad. La chica le echó una mirada de amenazadora y el rubio extendió las manos en son de paz delante de ella. Quería conservar la otra mejilla intacta, casi podía notar la que había sido golpeada por Liz hinchándose por momentos, y la verdad es que se lo tenía merecido. Sam se movió en dirección a un montón de papeles clavados sobre un mapa.

-Tennessee...- Murmuró.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora