CAPÍTULO 15: Second part of the plan

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¿A qué esperáis? ¡Corred!- Gritó Crowley echando a andar delante de ellos.

Error, fue el primero en encontrárselo de frente.

Era tal y como Sam le recordaba, y dio un paso atrás por instinto al acordarse de lo ocurrido con el cuando estaba en la jaula. Permanecía cruzado de brazos, con la cabeza apoyada en una de sus manos con gesto de aburrimiento y una ceja alzada, mientras tenía el abdomen echado hacia delante, casi sirviéndole de apoyo para el peso de sus propios brazos. Ladeó la cabeza y medio sonrío, demacrado como volvía a estar por la ineficacia de su recipiente.

-¡Sam!- Saludó al verle ahí parado y obviando al resto.- Mi querido compañero de habitación. Veo que la vida te ha tratado bien.

El chico se mantuvo estático tratando de no entrar en pánico. Valoró la posibilidad de salir corriendo en dirección contraria aunque sabía que aquel movimiento sería una estupidez. Estaban en su terreno, con todas las posibilidades en su contra. Ahora sabía la locura que habían cometido, y sabía que si pudiese dar marcha atrás, tomaría la misma decisión.

-¿Qué os trae por aquí?- Continuó dando un paso hacia ellos. Crowley y Sam cedieron su espacio mientras Castiel se mantuvo en el mismo sitio. Lucifer entrecerró los ojos sopesando el gesto del ángel y sin hacer comentarios al respecto.- He de admitir que esta visita me ha pillado por sorpresa.

Ninguno sabía qué decir o hacer, lo único que les pasaba por la cabeza era que tenían que desaparecer de allí, a sabiendas de que iba a resultarles imposible.

La mirada de Lucifer se posó sobre el hombro de Sam, justo donde el chico notaba el alma de su hermano latiendo.

-Oh, ya veo.- Dijo cambiando de postura y apoyándose con una mano en una de las paredes mientras se cruzaba de piernas.- Confieso que no pensé que fuerais tan estúpidos.

Sam se sintió como una presa acorralada delante de un león. No sabía cuándo iba a saltar sobre ellos, pero casi podía verle preparándose agazapado para coger impulso.

Castiel hizo amago de iniciar el ataque, sabiendo que no les quedaba otra salida y que el monólogo no duraría mucho más. Pero se quedó parado con la mano en alto, empuñando su espada angelical, con un grave gesto de esfuerzo en su cara. Lucifer no había hecho ningún movimiento salvo posar sus ojos sobre el ángel.

-Castiel, llevo un tiempo preguntándome qué vio papá en ti. Me habían dicho lo de tu resurrección pero... Mírate, el nuevo mesías, el salvador. Ya sabes cómo acabó "Yeshúa", creo que aún están de psicólogos ahí arriba.

-Déjale.- Soltó Sam por primera vez desde que se lo habían encontrado. Pensaba que se arrepentiría según dijese la primera palabra, pero su pensamiento fue un "A la mierda, no hay salida".

-Ya decía yo que estabas muy callado.- Dijo dejándose caer de espaldas contra la pared y apoyando la cabeza en la misma.- Cuando estábamos en la jaula no parabas de hablar. Bueno...- comentó riéndose- o algo parecido. Desde que te fuiste todo se volvió muy aburrido ahí dentro.

El menor de los Winchester sintió a Crowley removiéndose a su lado. El demonio parecía estar esperando a que Lucifer reparase en él, mientras una voz en su cabeza le instaba a salir de allí mientras aquello siguiese allí.

-Ni lo pienses.- Comentó Lucifer posando su vista sobre él.- Para ti tengo algo mucho mejor preparado.

Ahí estaba, la cara amenazadora. Lucifer era como un gato al que le gustaba jugar con la comida antes de metérsela a la boca. Sabían que aquello sólo eran los preliminares y Sam no estaba seguro de si quería seguir respirando durante un poco más de tiempo o, por el contrario, que todo acabase cuanto antes. Cuando no obtuvo respuesta de ninguno de ellos suspiró echando la cabeza hacia atrás y tomo la decisión de liberar al ángel de su parálisis, pensando que obtendría algo más de diversión pero sin esperar lo que ocurriría a continuación.

Contra todo pronóstico, cuando Castiel notó que la presión de su cuerpo que le había mantenido paralizado desaparecía, no dejó caer su brazo a un lado, resignado. Siguió con el impulso tratando de cambiar la trayectoria en instantes, atravesando el hombro de Lucifer con la espada, dejándole clavado a la pared. Aquello pilló desprevenido al ángel caído que emitió un siseo mientras los otros dos observaban la situación con los ojos completamente abiertos.

-¡Corred!- Gritó repitiendo las mismas palabras que hacía minutos había soltado Crowley. Cogió a Sam de la manga de la camisa, empujándole delante de él mientras Crowley seguía su consejo sin decir nada. No pensaban quedarse ahí parados para ver la reacción del ángel caído.

-¡No has podido ser tan estúpido!- Gritó Crowley en el recorrido a la salida.

-¡Si no lo hubiese hecho aún seguiríamos allí parados!- Contestó el de la gabardina. Sabía que aquel no había sido el mejor movimiento, pero al menos les serviría para obtener algo de ventaja, aunque ahora Lucifer fuese tras ellos más cabreado que antes.

Confiaba en el orgullo y la prepotencia que habían caracterizado a su hermano mayor en aquella ventaja. Lucifer no era de los que mataban a distancia, si mataba a su enemigo, y si este además le había "humillado", procuraba hacerlo estando de frente a él, para que el que había sido tan estúpido para retarlo, pudiese verle mientras moría.

-¡Por aquí!- Reclamó Crowley mientras Sam seguía detrás de ellos sin decir ni una palabra.

-¡Eh!- Oyeron la voz de Lucifer detrás de ellos llamándolos. Sam rogó por que siguiese igual que en la jaula.

Generalmente le gustaba jugar al ratón y el gato. Le metía en una simulación y le hacía huir de él por los rincones de su propia mente, sabiendo que cuando le encontrase, cosa que siempre hacía, le esperaría una tortura. Pero nunca hacía trampas, disfrutaba al verlo sufrir corriendo.

Tropezó en su camino ante el recuerdo y trato de recuperarse rápidamente, esperando no haber acortado demasiado espacio. Podían ver la puerta de hierro que les había permitido la entrada unos pasos más adelante.

Pero si había algo que le gustaba a Lucifer eran los juegos psicológicos.

-¡Vamos Sam!- Gritó detrás de él.- ¡Sigo necesitando un nuevo traje!- Castiel y Crowley ya estaban atravesando el portal cuando volvió a tropezar cayendo esta vez al suelo. Realmente sabía cómo desestabilizarle.

Se dio la vuelta quedando bocarriba y rápidamente incorporó su abdomen, viendo como delante de él, Lucifer frenaba su carrera con una sonrisa en la boca.

-Aún se cómo manejarte, Sam.- Dijo a un par de pasos de él. El chico cerró los ojos, notando como le agarraban de la pechera de la camisa, tirando de él.

"Que sea lo que Dios quiera." Pensó antes de notar la sensación de vértigo en su estómago.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora