CAPÍTULO 38: Kelpie

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Emma estaba tirada encima de la cama. En cuanto los chicos habían salido por la puerta, se había puesto una camiseta de manga corta lo suficientemente larga y ancha como para cubrirle parte de las piernas, y seguía tirada sobre la cama.

Se levantó para coger una cerveza del minibar que estaba debajo de la tele cuando dos simples toques sonaron contra la puerta de la habitación. La mirada de la pelirroja se dirigió a la pistola que estaba en la cama donde unos momentos antes ella había estado sentada. Se acercó a cogerla para después ir hacia la puerta a paso lento.

Si algo había aprendido de los hermanos era ser precavida, recordó a Dean apoyando la boca de la pistola en la puerta y mirando a través de la mirilla. Repitió sus gestos, viéndolo al otro lado de la puerta. La abrió sorprendida encontrándose con la mirada del de ojos verdes y sonriéndole.

—¿Qué haces aquí tan pronto? ¿Y Sam?— cuestionó dejándolo pasar y asomando la cabeza al parking del motel, sin ver ni al Impala ni al menor de los hermanos.

—Le he dejado, he pensado que podríamos salir a tomar algo— contestó el chico, dándose cuenta de lo que la pelirroja buscaba. Se sentó sobre las camas que habían juntado para dormir al llegar al motel y la observó, esperando una respuesta.

—¿Tú y yo? ¿En plan...? ¿Eh?— por lo que conocía del cazador, este no era de flores, cena y cine. Su tópico era el de pasar directamente a la acción. Y aunque no sabía muy bien qué era lo que había entre ellos durante esos últimos días, estaba a gusto con la situación.

—¿Salir a cenar?— inquirió como si fuese demasiado obvio—. ¿No te apetece?

—Sí, claroo—dijo replanteándose aquello—. Sólo dame un par de minutos para que me preparé. ¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa.

—Lo digo por saber que ponerme, aunque no me he traído más que vaqueros y camisetas— razonó la chica, cuya duda inicial se había transformado en entusiasmo. Si aquello iba bien, podría ser su primera cita.

—Cualquier cosa que te pongas servirá— comentó con algo de desdén y distraído observando toda la habitación.

Con un gesto Emma se agachó junto a su bolsa y comenzó a hurgar para sacar algo de ropa. Iba a comenzar a cambiarse delante de él cuando su móvil comenzó a vibrar encima de la mesita de noche.

Se había cambiado de número cuando había comenzado las cacerías con los hermanos, y ellos eran los únicos que lo tenían, por lo que se sorprendió al oírlo. Pasó sus ojos dubitativa entre el hombre que se encontraba frente a ella y la pantalla.

—Tengo que cogerlo, es mi hermano— anunció esperando la reacción por parte del rubio. Este asintió comprensivo—.¿Sí?— contestó.

Em, ya estamos volviendo, el chico tenía la noche libre y no estaba en la heladería— habló el menor de los hermanos al otro lado del teléfono. Dean debía ir conduciendo, y su hermano le había cogido el móvil para llamarla.

—Estoy bien, de hecho estaba a punto de salir para ir a cenar con Dean.

—¿De qué estas hablando?— preguntó ahora el rubio casi a gritos al teléfono.

Hay alguien con ella en la habitación— dedujo Sam con tono nervioso.

—Sí, claro— comentó Emma, fingiendo una sonrisa para el desconocido que estaba delante de ella. ¿Cómo no había podido darse cuenta desde el primer momento? Ni si quiera llevaba la ropa con la que había salido el mayor de los Winchester de la habitación.

Joder— exclamó el verdadero Dean.

La chica oyó el rugido del motor del Impala, y se imaginó al cazador pisando a fondo el acelerador. En ese momento se dio cuenta de que el Dean que estaba en la habitación tenía algo en el pelo. Se acercó a quitárselo con gesto cariñoso, sí quería que el individuo no se diese cuenta tenía que fingir lo mejor posible.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora