—Es la segunda vez que nos dejamos atrapar por Vetalas—comentó Sam.
—No es mi culpa que tomen la apariencia que toman— se defendió el rubio, escuchando como su hermano bufaba a su lado.
—Tenemos un montón de llamadas de Cass— dejó caer el otro al encender el teléfono.
—Teniendo en cuenta que hemos estado cinco días fuera y no han recibido noticias me parece lógico— antes de decir la última palabra Sam ya tenía el teléfono pegado a la oreja.
—Cas. Sí, sí estamos bien— informó tras una pausa—. Estamos de camino, en un par de horas llegamos. ¿Qué?—el mayor desvió la mirada un momento de la carretera para mirarlo.
—¿Qué ocurre?— preguntó Dean, haciendo que el castaño se pusiera un dedo en la boca para indicarle al otro que se callase.
—Vale, estamos yendo lo más rápido que podemos—colgó el teléfono y se lo guardo en la chaqueta.
—¿Qué?
—Es Emma.
—¿Le ha pasado algo? ¿Está bien?
—Cas dice que conocía a Nick.
—¿Nick? ¿Qué Nick?
—Nick el recipiente de lucifer.
—Conocerle hasta qué punto.
—No lo sabe, no ha conseguido hablar con ella, le ha echado de la habitación.
—¿Qué hacía Cas en su habitación?—soltó con la voz más alta de lo que pretendía. Sam se encogió de hombros a su lado, sorprendido por su tono —. ¿Crees que...? Es decir...— se calló sin atreverse a continuar.
—¿Qué?—inquirió Sam mirándole y abriendo los ojos al comprender lo que sugería — ¿Cas? ¿Castiel? — espetó con una carcajada—. Joder Dean...
—Es un hombre, tiene sus necesidades. Y ella es una chiquilla que esta bastante...—dejó la frase sin terminar, avergonzado.
—Es un ángel. ¡Es Cas de quién estamos hablando!—ambos se quedaron callados durante unos segundos—. Además, no es tan chiquilla, tiene 27 años.
.............
—Sam, Dean— les saludó el ángel según entraron por la puerta.
—¿Qué ocurre?— preguntó el rubió bajando las escaleras con Sam detrás y dejando las cosas sobre la mesa mapeada —. ¿Dónde está?
—Sigue encerrada en la habitación. He llamado pero no me contesta. Y no he visto correcto romper la puerta-—Dean puso los ojos en blanco y miró a Sam.
Ambos dieron tres golpes con uno de sus puños sobre la palma de la otra mano. Sam tenía piedra; Dean, tijera.
—Al mejor de tres.
—Ni de coña.
Dean frunció el ceño, protestando.
—¡A ti se te dsn mejor estas cosas!
—Entonces, dejade sacar tijeras.
Dean empezó a andar en dirección a las habitaciones, protestando. Se plantó delante de su puerta y le hizo gracia darse cuenta que había cogido la habitación consecutiva a las suyas. De hecho de Emma era la siguiente a la de él. Puso la mano encima del pomo, y al intentar abrirla, se dio cuenta de que estaba bloqueada.
Dio un par de golpes en la puerta, pero no escuchó movimiento al otro lado. Sacó su cartera, y de ella una tarjeta, intentando pasarla entre el hueco que había entre la puerta y el marco. Al momentó oyó un click y la puerta cedió delante de él.
Alcé la cabeza y se encontró con sus ojos, rojos, echándome una mirada escrutadora. Al momento sus brazos le rodearon el cuello.
—Eh, eh...— murmuró respondiéndole el abrazo y pasando una mano por su pelo. Un olor fresco y dulce llegó hasta sus fosas nasales—. ¿Estas bien?
—¿Por qué no habéis llamado?— preguntó en su oído—. Estábamos preocupados, pensábamos que os había pasado algo.
—Nos cruzamos con un par de vetalas — se apartó de él, confundida— Da igual ya te lo explicaremos. ¿Qué te ocurre?— tenía la cara enrojecida y llena de marcas de lágrimas secas.
Se dejó caer al final de la cama, con los pies cruzados. Cogió una foto que había sobre la cama a su lado y se la tendió mientras él rubio se sentaba junto a ella. La observó.
Ella aparecía en la foto, junto a un hombre alto, rubio, y de ojos claros, este tenía ambos brazos pasados uno por encima de los hombros de Emma y otro por encima de los hombros de otra mujer que sujetaba a un bebé.
—Tú hermano— Emma no le contestó y aquello sólo le sirvió para confirmar lo que acababa de suponer—. ¿Cas te ha dicho...?
—¿Qué fue el recipiente de lucifer? — asintió—. Pensaba que todavía podía estar vivo— Dean notó cómo se le rompía la voz al final. Pasó una mano por su hombro y la acercó a él, haciendo que se apoyase en su hombro—. ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo pudo aceptarlo?
— Créeme, puede prometer cosas y ser muy persuasivo— durante unos momentos, se quedó callada.
— Perdió a su mujer y a su hijo. Y nuestros padres murieron cuando éramos pequeños, tuvimos que ir a vivir con mi tia— no supo por qué le estaba contando aquello, pero si era lo que en ese momento necesitaba, no se iba a quejar—. ¿Crees que le pudo prometer que podría volver a verlos? — preguntó girando la cabeza para mirarle. No contestó, tenía claro que había sido eso lo que le había ofrecido.
Si Sam estuviese muerto, y le hubiese prometido que le devolvía a la vida, probablemente lo habría aceptado. No era la primera vez que hacía un trato por motivos de ese tipo.
Notó como sus manos pasaban por su cuello, por la marca que había dejado la mordedura de uno de los vetalas. Aquello le dio un escalofrío, la observó tragando saliva. Después de unos segundos ella se incorporó y Dean se quedó sentado en la cama, carraspeando.
—Deberíamos... Tengo que hablar contigo y con Sam.
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BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO
Fanfiction❝Saving people, hunting things. The family business.❞ ( temporada diez en adelante ) cover by winchesterxflares