Capítulo 1: Oh my... Chuck?

1.2K 67 0
                                    

-¡DEAN!- Gritó llamando a su hermano, palmeándole la cara, intentado hacer que le mirase. Aquello le recordó a cuando había vendido su alma al infierno. La imagen era la misma, lo que la hacía tan terrorífica era que, aunque Dean tuviese el abdomen destrozado, seguía con los ojos abiertos, parecía seguir despierto, con los ojos fijos en algún punto por encima de las cabezas de todos, como si estuviese distraído, sopesando alguna idea.

No pudo evitar volver a echarse a llorar, como dos años atrás. Otra vez había perdido a su hermano.

Liz estaba arrodillada junto a él, observando la escena que se extendía delante de ella, con una mano sobre la boca. No comprendía como habían llegado hasta esa situación. Era cierto que apenas conocía a Dean pero ver aquello destrozaba a cualquiera. Y más ver a Sam tal y como se encontraba en aquel momento.

El menor de los Winchester tenía a su hermano abrazado contra él, como si así pudiese mantenerlo durante más tiempo junto a ellos. Una idea se le vino a la cabeza, al fin y al cabo ahora contaba con algo que no habían tenido dos años atrás.

-¡Castiel!- Llamó al ángel. Dejo a su hermano apoyado contra la pared que tenía detrás y se giró para buscar el ángel. Lo que encontró le hizo quedarse con los ojos completamente abiertos. Un hombre con barba y más bajo que Castiel se encontraba delante de ellos, serio, observándolos de hito en hito. Tenía aquellas profundas ojeras que tanto recordaba Sam, resaltando sus ojos azules.

Pero el aspecto que presentaba en aquel momento no tenía que ver con el que tenía la última vez que le habían visto años atrás. Llevaba una camisa azul, ligeramente abierta y acompañada de unos vaqueros. Ambas manos descansaban a sus costados, cerradas en puños, sopesando la reacción de los que lo miraban.

-¿Chuck?- Preguntó Sam incorporándose y acercándose hacia ellos. No entendía que hacía el profeta allí con ellos. Y tampoco entendía lo que veía a su alrededor. Se encontraba en la entrada del búnker. Los nervios comenzaron a apremiar al de pelo largo que por un momento lo único que quiso fue coger a su hermano y salir corriendo de allí.-¿Qué...? No entiendo, nada. ¿Qué haces aquí? ¿Qué estamos haciendo nosotros aquí?- Preguntó acercándose al aludido.

-Sam, no te acerques.- Ordenó Castiel, poniendo su brazo en el pecho del chico cuando este parecía dispuesto a pasar por su lado en dirección al "hombre" que tenían delante.

-¿De qué estas hablando?- Preguntó Sam viendo la cara de terror que presentaba el de la gabardina a su lado. Ninguno de los dos parecía tener intenciones de explicarle lo que ocurría y aquello sólo lo hizo enfurecerse. - ¡Acabo de perder a mi hermano! ¡Qué alguien me explique qué cojones esta pasando!

-Sam, tranquilízate.- Pidió Chuck delante de ellos.

-¿Qué me tranquilice?- Repitió ofendido.- Pensábamos que estabas muerto, Chuck. Desapa...- Se paró en mitad de la oración, dándose cuenta de que algo no encajaba. Tiempo atrás Castiel les había dicho que Chuck era un profeta, y le habían dado por muerto oficialmente cuando apareció Kevin. Al fin y al cabo, no podía haber más de un profeta y el siguiente en la lista surgía cuando el anterior moría. Y ahora Chuck estaba ahí, delante de ellos, sin ningún arañazo y con cierto aire de grandeza.- ¿Qué eres?- Preguntó sacando una de las espadas angelicales y amenazándolo con ellas.

El hombre suspiró delante de ellos, mirando a Castiel. Sabía que este se había dado cuenta de lo que era, o al menos lo sospechaba.

-Me he encargado de arreglar este lugar, estáis seguros aquí.- Afirmó.

-¡¿QUÉ ERES?!- Volvió a exclamar Sam dando un paso hacia delante y viéndose retenido por las manos de la rubia que ahora volvía a estar a su lado y observaba al hombre delante de ellos de la misma manera que Castiel.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora