CAPÍTULO 28: Awake --> Final

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No quería abrir los ojos. Imágenes de lo que había hecho durante esos meses no paraban de abalanzarse en su mente, tan claras como si las estuviese haciendo en ese mismo momento. Aunque el sentimiento que le producían era todo lo contrario al gozo.

"-Quiero que me lo prometas"

"No, no, no".

"-Si algún día me convierto en eso necesito que lo hagas"

"Por favor, no"

"Gracias por tu ayuda, ya te llamaremos" decía con el corazón de la chica entre sus manos, ni si quiera se había aprendido su nombre.

Abrió los ojos sin atreverse a hablar y todo pareció silenciarse a su alrededor mientras el eco de las imágenes iba desapareciendo.

-¿Gin?- oyó que alguien la llamaba a su lado. No era alguien, era él.

Dean había notado el cambio de respiración en la chica. Había permanecido inconsciente horas, y él la había acurrucado contra su pecho, pensando que aquello le ayudaría cuando abriese los ojos. Pero Emma había dejado de respirar en el mismo momento en el que él la había llamado. La melena pelirroja volvía a estaré extendida sobre su pecho, como unos meses atrás, para ella. A él le habían parecido siglos. Se incorporó ligeramente pero de forma rápida para observarla, aun echada sobre él. Temió que estuviera muerta hasta que la vio parpadear.

-Vas a tener que respirar, ya no eres inmortal. -Le dijo tratando de despejar la tensión. Se sintió como un imbécil cuando la notó comenzar a temblar y se dio cuenta estaba llorando. La abrazó contra él con fuerza, obteniendo resistencia por su parte. Comenzó a darle golpes entre sollozos y Dean solo oía negaciones por parte de la pelirroja, acompañados por "quítate" o "apártate" entre las lágrimas. Por un momento se planteó hacer lo que le pedía, cambiando de opinión al respecto. Si la dejaba irse en aquel momento probablemente todo estaría perdido. Supo que había hecho lo correcto cuando la chica le paso una mano por la cintura, atrayéndole contra ella, aun llorando y sintiendo sus uñas clavándosele a través de la camisa. No supo cuánto estuvieron así, ella llorando, a ratos dormida, a ratos despierta, pero siempre abrazados.

Se atrevió a hacer un movimiento cuando noto que la chica había normalizado su respiración y se mantenía "estable". Incorporó otra vez su cabeza para observarla. Emma miraba la pared en frente de ella, los ojos completamente rojos.

-Emma- la llamó. La pelirroja saltó levemente, como si la simple mención de su nombre la asustase.

Aún estaba sorprendida por cómo se veía todo. Recordaba que cuando se había levantado siendo un demonio todo parecía muy brillante, como si la hubiesen quitado un velo de los ojos. Ahora todo aquello parecía un sueño del que no quería recordar los detalles, tapado con una neblina, y esto parecía lo más real que había sentido nunca. Era consciente de una de las manos de Dean alrededor de su cadera y la otra cogiéndole de la mano.

Su temperatura, cada respiración de él era como un cosquilleo para ella, como si su piel estuviera alerta e irritable ante cualquier tacto. Levantó la mirada viendo su rostro, siendo consciente de la cantidad de pecas que lo cubrían, las pequeñas arrugas que remarcaban las esquinas de sus ojos, el ceño fruncido y sus ojos verdes mirándola con preocupación. Separó la mano que había mantenido alrededor de su vientre mientras que con la otra seguía agarrando la mano de él, y la llevó hasta su rostro. Aquello pareció sorprenderle, pero cuando la chica se incorporó un poco más hasta quedar a la altura de su cara y empezó a tocarle el rostro con los dedos, recorriéndolo todo, se quedó quieto.

Era consciente de que habían pasado por la primera fase de desahogo y aquella era otra que tendrían que atravesar igualmente. Y no le disgustaba, después de tantos meses ese mínimo contacto con ella le parecía un milagro. La observaba los ojos azules que parecían volver a brillar ante la tenue luz de aquella habitación mientras ella lo observaba como si fuese un descubrimiento.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora