A Sam le estaba costando no lanzarse delante de aquellos demonios para patearles el trasero por lo que le estaban haciendo a su chica. "Es parte del plan" se recordó. En un principio se había negado, pero Liz casi le había saltado encima soltando cosas como "Soy tan buena cazadora como tú" y "Ahórrate esos micromachismos para la cama". A veces odiaba que la rubia tuviese salidas para todo.Sabía que Liz estaba fallando lo justo como para sufrir los mínimos golpes y arañazos para dar el pego a la hora de que la presentasen delante de Emma. Tenía que parecer que le habían derrotado para llegar hasta ella. Liz giró la cara lo suficiente para que el golpe no le diese de lleno en la sien y fingió caer inconsciente a los pies de los dos demonios.
Tenían suerte de que no pudiese perder el tiempo para encargarse de ellos el mismo.
Después de aquello, él y su hermano vieron como la levantaban del suelo y la llevaban al interior de la fábrica arrastrando los pies por el asfalto.
...
-¡Vamos! Si ella está aquí, el ángel y Sam Winchester deben estar rondando los alrededores.
El demonio que le había llevado hasta allí torció el gesto, confuso. Aquella no era la respuesta que había esperado.
-Hemos revisado todo el terreno.
-¡Es un Winchester! ¡¿Por qué todos parecéis empeñados en minusvalorarlos?! ¡Todos Fuera! ¡YA!- Exclamó con voz sobrenaturalmente gutural. Liz se encogió en su asiento sorprendida por aquel sonido y fingiendo despertar a consecuencia del mismo. Los tres demonios que había en la habitación se pusieron en guardia y salieron de allí corriendo. Emma se acercó con prisa a la rubia, cogiéndola del brazo e incorporándola cabreada.
-¿Qué estas haciendo aquí?- Dijo pegada a su oído. - ¿Dónde están?- No hizo falta que Liz le contestase a la pregunta. Oyó un alarido conjunto y un haz de luz cruzo el resquicio que quedaba entre la puerta y el suelo. Emma gruño cabreada, si habían matado a todos los demonios, como ella realmente pensaba, habían tirado todos sus planes por la borda.
-¡SAM!- Gritó Liz llamando la atención de la pelirroja de nuevo hacia ella. Se colocó con rapidez detrás de ella, usándola como una mezcla de rehén y barrera. Si querían pelea la iban a tener. Sacó la primera hoja del bolsillo de su chaqueta, poniéndola en el cuello de Liz y esperando mientras oía los pasos del que supuso que sería el castaño a través del pasillo.
La puerta se abrió con un estruendo al chocar contra la pared tras el impulso de Sam, que entró a la habitación como un elefante, quedándose estático ante la imagen que tenía delante. Emma vio pasar corriendo a alguien detrás de él en dirección al final del pasillo, supuso que Castiel, en busca del resto de demonios que pudiesen quedar por el pasillo. Se sorprendió al no encontrar resto alguno de sangre en Sam, sin entender cómo se habían deshecho de los demonios tan rápido.
-Ah, ah...- dijo en modo de advertencia dando un par de pasos hacia atrás cuando el castaño hizo un movimiento para acercarse.- Un paso más y no me ando con tonterías, Sam. Demasiado que no le he atravesado la garganta aún.- Un par de golpes le hicieron virar los ojos hacia la puerta, sabía que los pocos que quedasen estaban cayendo como moscas.- Dile a Castiel que pare y venga aquí. Vamos a solucionar esto de una vez por todas.
-Emma, baja eso. Venimos a hablar.
-Si solo hubieseis venido a hablar no os habríais desecho de todos mis demonios.
-Emma, suéltala.- Ordenó otra voz desde la entrada. La boca de la chica se abrió ligeramente ante la imagen, sin comprender nada.
Estaba igual que lo recordaba antes de que las criaturas de la oscuridad le atravesasen el pecho. Salvo por un par de arañazos que cubrían su ropa. Estaba aún cubierto en algo de sangre, al contrario que Sam. Sus ojos verdes la miraban brillantes, entre tristes y acusadores. Su pelo tenía aquella pequeña cresta que siempre se hacía con un poco de agua. Se sorprendió viendo a Liz apartarse de ella lentamente y con cuidado, sin darse cuenta había soltado el agarre, dejando caer sus manos a ambos lados de sus caderas mientras observaba anonadada.
Su abdomen brillaba bajo la sangre que formaba un sigilo, y Emma pudo advertir la palma de su mano manchada totalmente de aquella misma sustancia procedente de un gran corte.
Aquello no podía ser, no sabía cómo se las habían apañado para hacerlo pero era imposible. La única opción plausible era que su cuerpo estuviese poseído por algún tipo de demonio que no estuviese en su equipo. Sintió la ira subiéndole desde el pecho, ¿cómo podía atreverse Sam dejar que usasen el cuerpo de su propio hermano de aquella manera? Y probablemente con el único propósito de desestabilizarla. ¿Y cómo se le había ocurrido a un demonio ocupar su cuerpo, sabiendo quién era ella y el riesgo que corría al hacerlo? El cuerpo de Dean.
Lo haría pedazos si hacía falta con tal de hacerle pagar por aquello.
Desapareció de su sitio, situándose detrás de aquel individuo que fingía ser Dean. Se colocó detrás de él, poniéndose de puntillas para llegar a la altura de su oído, al igual que había hecho con Liz.
-Traje de carne equivocado, hijo de puta.- Dijo dejándose llevar por la furia. Su voz llamó la atención de todos, haciendo a Liz y Sam girarse rápidamente en dirección al mayor de los Winchester.
-¡EMMA, NO! ¡ES ÉL, MÍRALE, PODRÍAS VER SU VERDADERO ROSTRO SI FUESE UN DEMONIO!- La aludida ya había plantado una de sus manos sobre el hombro izquierdo del rubio, tratando de sujetarle, mientras la otra se había quedado congelada en el aire con la primera espada en dirección al corazón del chico ante la advertencia de Sam.
Se descubrió respirando a grandes bocanadas, agitada. Su corazón, que últimamente parecía no alterarse por nada, latía frenéticamente en su pecho. ¿Cómo era aquello si quiera posible? Aprovechó el agarre que ya tenía sobre su hombro y, con fuerza, le dio la vuelta, situándole de cara a ella.
Él casi parecía expectante, observándola, tratando de adivinar su reacción. No tenía intención de hacerla nada. De hecho se había quedado quieto ante la amenaza de la primera espada, contemplándola. Parecía increíble como después de todo aquel tiempo seguía volviéndose casi loco cada vez que estaba en su presencia. Notó la misma urgencia que había sentido el día del cementerio por abrazarla. Pero si ella quería matarlo, no iba a frenarla. Si la había perdido, no quería hacer otra cosa. Se arrepintió al momento cuando la imagen de Dianna acudió a su mente y sabiendo lo catastrófico que habría sido aquello si su hermano no hubiese intervenido.
Vio el rostro de Emma transformarse de ira a confusión, de confusión a enfado, a esperanza y por último a tristeza.
Y al momento había desaparecido en frente de él.
HOLA CARACOLAS!
A ver os cuento, me voy de viaje en menos de una hora, y no iba a poder publicar hasta el miércoles, así que si no me he equivocado, he subido cinco capítulos para compensar, uno por día!
Como siempre espero que os esté gustando!
Un besazo!!!
Lara
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BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO
Fanfic❝Saving people, hunting things. The family business.❞ ( temporada diez en adelante ) cover by winchesterxflares