BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDO

CAPÍTULO 21: Silampa part 2

Estaba en la cama, con las mallas puestas otra vez en caso de que tuvieran que salir a buscar al silampa. Cuando la puerta se abrió, Sam y Dean aparecieron, con este último aflojándose la corbata del traje.

—¿Y bien?— Sam asintió. Así que la pelirroja se incorporó de la cama y salió de la habitación para esperarlos fuera mientras se cambiaban.

Decidieron ir los tres en el coche de Dean, no querían perderla de vista.

—¿Cómo se supone que vamos a encontrar sus huesos?

—Es un fantasma, estará rondando su tumba — aseguró Sam —. Cualquier zona de tierra removida podría ser. Además llevamos el EMF, se volverá loco cuanto más cerca estemos.

Dean condujo hasta la zona en la que se habían producido las desapariciones, aunque cuando estuvieron cerca la niebla lo había llenado todo y era difícil ver más allá de un metro desde su posición. Salieron del coche en un lugar en la que la niebla era totalmente espesa. Emma se pegó a la espalda de Sam lo máximo posible intentando no perderlos de vista, hasta llegar a la parte trasera del coche para poder sacar las armas.

El castaño le dio una barra de hierro y cada uno de ellos cogió una escopeta que estaba cargada con cartuchos de sal. Sacaron un par de botellas de alcohol de quemar, algo de sal y un par de palas.

—¿En serio?— preguntó con la barra de metal en la mano —. Vosotros vais en plan comando y yo con una vara — ambos pusieron los ojos en blanco y siguieron andando. Emma bufó detrás de ellos y los siguió —. Va a ser difícil encontrar tierra removida con toda esta humareda — comentó por lo bajo al lado de Dean.

El EMF emitió un pequeño sonido que hizo a Sam empezar a andar hacia la orientación en la que había señalado. La pelirroja sintió como la adrenalina comenzaba a hacer efecto.

Aquello le encantaba. Notaba el latido del corazón en sus oídos y todos los sentidos estaban totalmente alerta. De repente sonó como si una rama se rompiese, haciendo que la chica agarrase la mano de Dean. Ambos giraron sus cabezas en dirección al sonido.

—¿Habéis oído eso? — preguntó soltándolo mientras abría y cerraba la mano varias veces, cualquier contacto con él le provocaba un cosquilleo que en ocasiones le preocupaba más que todo lo que sabía que se le venía encima.

Dean asintió y cuando volvieron a girar en dirección a Sam, el rubio salió disparado por el aire.

—¡Dean! — gritó el hermano menor.

De repente y de la nada, Emma tenía a Margery delante de ella y al momento también estaba saltando por los aires. Una vez aterrizó en el suelo escuchó un disparo y supuso que sería Sam, al fin y al cabo era el único que había quedado en pie.

Un gritó la sacó de su trance y cogió la barra que estaba a su lado, incorporándose y corriendo en dirección al grito.

—¡Hija de puta!— estaba claro que era Dean, tenía a la mujer delante.

Emma se acercó a ellos intentando hacer el menor ruido posible, con la barra de hierro alzada. No sirvió de nada, la mujer se giró y fue en su dirección, lanzándola de nuevo con un simple gesto de su mano.

—¡Joder! — exclamó desde el suelo a un par de metros —. ¡¿Es que no sabe hacer otra cosa que no sea mandarnos por los aires?!—Sam pasó por su lado y recogió la barra hierro. Llegó hasta donde estaba Margery y azuzó la vara contra ella, haciéndola desaparecer como el humo.

—Eso nos da algo de tiempo — comentó Sam ayudando a su hermano a levantarse del suelo.

—¡Oye devuélveme mi barra!—pidió la pelirroja a unos metros de ellos.