CAPÍTULO 44: No home

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Dean comenzó a abrir los ojos, le costaba mover la boca y notaba toda la cara tirante. Se pasó la mano por encima del rostro, intentando quitarse lo que tuviese encima y que no le dejaba gesticular, pero un grito le hizo incorporarse de golpe y mirar a su alrededor desorientado.

Estaba en una habitación con las paredes llenas de tablones de madera cubiertos de sigilos. Parecía una cabaña. Había una cocina abierta conectada a la sala en la que él estaba. También identificó varias puertas que supuso que darían a un baño y una habitación, aunque no sabía a cuál de los dos daba cada una. Se levantó como un huracán del sofá raído en el que se encontraba cuando oyó el siguiente grito identificando de quien venía y salió corriendo en dirección a la puerta tras la que lo había oído.

Se paró en seco, encontrándose con Castiel sujetando a Emma, sin nada más que el sujetador y los pantalones que había llevado durante ese día cubriéndola. Su hermano limpiaba unas heridas que Emma tenía en el hombro. Un olor nauseabundo inundaba la habitación, y sabía que provenía de aquellos orificios que la pelirroja tenía. Echó a un lado a su hermano acercándose a ella. Le apartó el pelo de la cara notando el sudor que recorría la frente de la chica, que temblaba bajo sus manos. De las heridas parecía salir sangre mezclada con un líquido de color negruzco.

—¿Qué le ocurre?— preguntó preocupado mientras Sam le quitaba de en medio otra vez para intentar seguir limpiándole.

—Cas no puede curarla con esto.

—¿Qué es? ¿Veneno?

—No lo sabemos— la chica gruñó y después soltó otro gritó, haciendo que Dean cruzase la habitación para ponerse al otro lado de la cama.

Intentó cogerle una mano, pero Emma tenía los puños cerrados con tanta fuerza que parecía imposible moverla.

—Gin— la llamó con la voz rota—. Sam, dijo que era el único capaz de matarla— dijo volviendo a tocar la frente de la chica.

El menor de los Winchester observó a su hermano preocupado y después dirigió una mirada apesadumbrada a Castiel.

—Inténtalo otra vez— pidió al ángel— . No puedo limpiarlo mejor— los Winchester se apartaron de la chica mientras Castiel se aproximaba a la herida de su hombro, manteniendo las manos por encima de las úlceras que la criatura le había hecho.

Sus manos comenzaron a brillar con intensidad, obligando a Sam y Dean a cubrirse los ojos. El líquido negruzco que quedaba pareció emerger de la herida, cubriendo la piel de la chica que rodeaba las heridas como si fuese agua, a la vez que los bordes de esta parecían aproximarse y comenzaban a sanar. En unos segundos un grupo de cicatrices blancas cubrían la tez perlada de sudor de Emma.

QSe quedaron observándola después de aquello, Dean volvió a acercarse sentándose al lado de ella en la cama. Volvió a coger la mano de la chica, que parecía más relajada. Un tinte verdoso teñía su cara, pero había dejado de convulsionarse y no gritaba. Aquello era un gran paso.

—¿Dónde estamos?— preguntó Dean sin dejar de mirarla.

—En una de las cabañas de Bobby.

—¿Habéis protegido todo esto?

—Es lo primero que hemos hecho. Cas te ha arreglado la nariz, te la habías roto— Dean asintió recordando la patada que le habían dado.

—¿Qué coño era eso Cas?— preguntó observando por primera vez al ángel sin apartarse de Emma.

—Os lo dije, la verdadera Oscuridad.

—Sí pero, ¿a qué nos enfrentamos exactamente? ¿Es un demonio de alto rango?— insistió Sam

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora