Catrine DeMew

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Catrine DeMew

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La gata francesa se encontraba pintando una la enorme luna que estaba presente, trazando cada línea con su lápiz sin quitarle algún detalle, dejándolo tal cual como estaba, escuchando como la gente paseaba por las calles, lleno de un aroma suave y dulce de perfume que se escuchaban todos los monstruos que se encontraba en tendencia, el viento de la noche moviendo su cabello corto con elegancia mostrando sus colmillos gatunos satisfecha por haber terminado otra pintura; pero una pintura amarilla la mancha por completa junto al arte que había hecho, haciendo que suelte un gruñido de molestia, se levanta buscando al responsable de haberle hecho eso y se fija en un figura femenina a los lejos pintando un mural con sus propias manos ensuciando el piso de la calle, con los audífonos puestos escuchando música alta, bailando al ritmo de la música sin prestar mucha atención a su alrededor sino en terminar su obra maestra.

—¡Oye! ¡Mira lo que hiciste! —Grita la gata francesa acercándose a la causante con pasos firmes resonando el sonido de sus tacones con demasiada fuerza hasta podría decirse que se le iba a romper el talón de la punta, ¡sin escuchar alguna respuesta se darse cuenta que la chica la seguía ignorando se enojó más— ¡Grrr! —suelta un enorme gruñido de enojo mostrando aún más sus colmillos.

La francesa le quita los audífonos de la monstruo, haciendo que esta pare de hacer lo suyo y se fije en la gata quedándose algo embobada al verla, le parecía muy linda y con esa expresión en su rostro, la hacía sonrojar más sus pensamientos de llenaron de corazones al ver a la gatuna manchada de su pintura, le parecía una hermosa obra de arte, tenía ganas de hacerle una obra de arte con esa imagen que se estaba proyectando en su vista e inconscientemente suelta una sonrisa boba.

—Bonjour ma belle ¿En qué puedo servirle? —Sale de sus pensamientos para darle atención a la chica que se encontraba mirándola con un tic en el ojo y mostrando sus colmillos con mucha molestia.

—¡Mira lo que hiciste! —La gata empieza a dar vuelta mostrándole a la chica lo que le había hecho—¡Hasta arruinaste mi obra de arte! —Le muestra la pintura que había hecho hace unos minutos que ahora se encontraba arruinada por la pintura.

—¡Oh! Perdona ma belle —Le extiende una toalla llena de pintura seca—Tal vez esto te sirva para quitarte esa pintura; sin embargo, te ves hermosa así—Antes de que la gata francesa le reclame un flash le impacta la vista haciéndola cerrar sus ojos rápidamente—Listo un recuerdo tuyo, perdón por lo que hice tu pintura no era con intención, me concentro mucho en realizar mis obras de arte y se me olvida todo lo que se encuentra al mi alrededor.

La gata había aceptado la toalla quitándose un poco la pintura en su cuerpo, de igual forma tendría que tomar una ducha completa para quitar ese color y ve mejor a la causante de esto, una hermosa gárgola de piel gris de cabello negro largo con líneas azules en los mechones, ojos azules oscuros con una braga negra completa y brazaletes en sus dos brazos hecho a mano. Después de escanearla por unos breves minutos, se enderecha y acomoda su vestido.

—La próxima fíjate a tu alrededor—Se da vuelta para irse de ahí.

—¡OYE! ¿Cómo te llamas? —Grita la gárgola haciendo que esta pare sus pasos y la mire de reojo, dudando si responder o no.

—Catrine...

La gárgola muerde su labio lentamente viendo como la gata le contestó seriamente con los brazos cruzados, dedicándole una sonrisa leve, viéndola de arriba y abajo.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora