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Jackson Jekyll
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El primer día de Jackson Jekyll en Monster High no estaba yendo como él había imaginado. Se encontraba en el pasillo principal, un lugar lleno de estudiantes monstruosos que se deslizaban, caminaban o volaban con gracia. La mayoría de ellos parecían tener una presencia imponente, un aura de rareza que los hacía destacar en un lugar lleno de criaturas con poderes sobrenaturales. Y ahí estaba él, Jackson, con su apariencia "Normal", su camiseta amarilla, su suéter de tablero de ajedrez verde, negro y gris, y su cara llena de incomodidad. Todo lo que podía hacer era ajustar sus gafas y caminar con la esperanza de pasar desapercibido.
Pero no tenía suerte.
Un grupo de chicos, tres gárgolas de gran tamaño, se aproximaron a él con sonrisas burlonas. Jackson, que preferiría evitar el conflicto, intentó apartarse, pero pronto se vio empujado hacia un casillero, sus gafas volando de su rostro y sus libros desparramándose por el suelo con un ruido sordo.
—Miren esto, chicos... —Dijo uno de los más grandes, una gárgola con alas grises y una cara llena de muecas, mientras se inclinaba hacia Jackson, que se encontraba en el suelo, tratando de recoger sus cosas—El nuevo quiere encajar, pero parece más una broma ¿Eh? ¿Qué haces aquí, chico? Este lugar no es para humanos.
Jackson, sin poder evitarlo, bajó la mirada hacia sus libros rotos y sus gafas quebradas. Un nudo de frustración se formó en su estómago, pero lo que más le molestaba era la sensación de ser tan... insignificante. Como si, por más que intentara ser parte de este mundo de monstruos, jamás podría realmente ser uno de ellos.
—Déjenlo en paz—Una voz firme y decidida cortó el aire, causando que las gárgolas se detuvieran de inmediato. Era una voz que, aunque suave, no dejaba lugar a la duda.
Desde el otro lado del pasillo, una figura oscura se acercaba rápidamente. Jackson levantó la vista, aún con los ojos nublados por las lágrimas de frustración. La chica que se acercaba era algo inusual: un murciélago con alas negras extendidas y ojos que brillaban con un verde brillante. Su cabello era largo y caía en cascada como una sombra, y su actitud era tan audaz como su apariencia.
La chica murciélago caminó hacia las gárgolas con un paso firme, y con un gesto de su mano, las criaturas se detuvieron, desconcertadas.
—¿Es que no tienen nada mejor que hacer que molestar a un chico que apenas acaba de llegar? —Les dijo, su voz ahora cargada de desdén.
Las gárgolas rieron entre ellas, sin embargo, no parecían dispuestas a desafiarla. Aparentemente, la chica murciélago no era alguien con quien se pudiera jugar tan fácilmente. En un parpadeo, una de las gárgolas, más alta y musculosa, intentó ignorarla, pero la chica murciélago se acercó con rapidez, agarrando su brazo con una fuerza inesperada.
—Te lo voy a decir una sola vez. Si vuelves a tocar a Jackson o a cualquier otra persona, la próxima vez no seré tan amable—Su voz era baja, pero la amenaza era clara. La gárgola no se movió, los ojos de la chica murciélago brillaban con una intensidad que le hizo temblar.
El aire se volvió tenso por un momento. Jackson miró a la chica, con el rostro entre sorprendido y agradecido. Él no la conocía, ni entendía muy bien qué hacía una chica como ella dispuesta a defenderlo, pero había algo en su postura y en su mirada que le daba una sensación de alivio. Finalmente, la gárgola levantó la mano, alzando las alas y susurró algo bajo su aliento.
—Tienes suerte... —Dijo la gárgola, retrocediendo junto a sus compañeros.
La chica murciélago no respondió, pero no les quitó la mirada hasta que finalmente se alejaron, sabiendo que, por el momento, no valía la pena seguir con la pelea. Luego, se volvió hacia Jackson, que todavía estaba sentado en el suelo, tomando sus gafas y libros.
—¿Estás bien? —Le preguntó, con una sonrisa que era mucho más cálida de lo que su apariencia podría sugerir. Había una suavidad en sus ojos que contrarrestaba su actitud de hierro.
Jackson asintió lentamente, todavía sorprendido por lo que acababa de ocurrir.
—Sí... gracias. No sabía que... —Empezó a decir, mientras se levantaba y se acomodaba las gafas con manos temblorosas—No sabía que alguien iba a... ¿Ayudarme?
La chica murciélago se encogió de hombros.
—No es nada. Los matones como ellos siempre están buscando a alguien para acosar. Alguien tiene que ponerles en su lugar de vez en cuando.
Jackson, por fin poniéndose de pie, se pasó una mano por la nuca, algo avergonzado por la situación, pero al mismo tiempo agradecido.
—¿Sabes? Creo que me voy a acostumbrar a este lugar... espero.
Ella soltó una pequeña risa, y por un momento, los dos se quedaron allí, en silencio, compartiendo un momento de comprensión mutua. Jackson miró a su alrededor, todavía sintiendo esa diferencia entre él y el resto, pero la presencia de la chica murciélago, tan diferente, tan firme, le dio una extraña sensación de seguridad.
—Soy T/N —Dijo ella, extendiendo una mano—Y si alguna vez necesitas ayuda de nuevo, ya sabes dónde encontrarme.
Jackson la miró y, por primera vez desde que llegó a Monster High, pudo sonreír genuinamente.
—Gracias, T/N. Soy Jackson—Tomó su mano con firmeza, sintiendo una conexión que jamás habría esperado encontrar en un lugar como este.
Aquel primer día en Monster High había comenzado con el pie izquierdo, pero con un pequeño gesto de bondad, Jackson ya no se sentía tan solo. Al menos, ahora sabía que, a pesar de las diferencias, había algunos monstruos que sabían lo que era ser un aliado.
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Monster High - One shots
Fanfiction¡Bienvenidos a este one-shots de Monster High! Espero que les gusten estás minis historias de cada uno de estos personajes. ¡Espero que le gusten!