Jackson Jekyll

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Jackson Jekyll

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Era medianoche, y Jackson Jekyll, el chico con un pie en el mundo de los humanos y otro en el de los monstruos, se encontraba empujándose torpemente por la escalera de su propia casa. El aire nocturno estaba frío, y aunque parecía un joven con la confianza suficiente para pasar sus días entre monstruos, hoy la situación le sacaba de su zona de confort. Cada paso era un pequeño desafío: sus pies resbalaban levemente sobre los escalones, y sus manos se aferraban a la barandilla como si fuera la única cosa que lo mantenía anclado a la realidad. Había un leve temor en su rostro mientras subía, la verdad es que Jackson tenía miedo a las alturas. Pero más allá de eso, su mente estaba llena de una creciente preocupación, pues se encontraba fuera de lugar.

La razón de su incomodidad era simple: no estaba allí por una razón normal. Había prometido estar en la ventana de T/N a las 7 p.m., como parte de un acuerdo, pero ahora, a las 2 de la madrugada, era tarde. Tan tarde que había perdido la noción del tiempo, distraído por cosas que no entendía bien.

Mientras se acercaba a la ventana de la chica sirena, su corazón latía con fuerza. Cada paso más cerca de su objetivo le hacía sentir que algo dentro de él se rompía. No solo había fallado en cumplir con su promesa, sino que algo más, algo de su interior, lo inquietaba, como si el destino estuviera jugando una cruel broma con él. Pero lo peor de todo, pensaba, era lo que vendría después. T/N seguramente lo había esperado, y aunque había intentado no hacerlo, no podía evitar sentir que algo había cambiado. Su alter ego, Holt Hyde, siempre parecía ser la chispa detrás de sus momentos más arriesgados, pero no esta vez. Esta vez, era él mismo, Jackson Jekyll, quien debía enfrentar las consecuencias de su impuntualidad.

Se detuvo frente a la ventana. Su respiración estaba algo acelerada, pero no podía dejar de mirar al interior. En la luz tenue de la habitación, T/N, la chica sirena con el alma pura y compasiva, le esperaba. Ella estaba parada allí, mirando por la ventana, sus ojos llenos de una mezcla de comprensión y algo más, algo que no alcanzaba a entender completamente.

Con un suspiro de alivio, Jackson finalmente dio el paso que lo llevó al interior de la habitación. T/N, que había abierto la ventana para que él pudiera entrar, lo observó en silencio. Sin embargo, no pudo evitar notar algo que la dejó preocupada. Su cabello, usualmente bien cuidado, estaba completamente desordenado y despeinado, como si hubiera corrido por la noche. Su teléfono móvil, un accesorio constante en sus manos, yacía roto en su bolsillo, como una herida invisible.


—Lo siento—Dijo Jackson, con un tono genuinamente arrepentido—De verdad, no sé qué me ha pasado esta noche. Me siento como si el tiempo se me hubiera escapado, y...—Su voz se fue apagando, y una incomodidad evidente se coló en su rostro mientras se encogía de hombros.


T/N lo miró con una comprensión serena. Ella sabía que Jackson no era de los que dejaban las cosas al azar, y aunque la puntualidad no era su fuerte, siempre le preocupaba cumplir con sus compromisos. Pero este era un Jackson diferente, uno que se sentía más distante, más ajeno a su propio ser. Había algo en su expresión que lo hacía lucir vulnerable, casi como si hubiera tenido que enfrentarse a algo que no quería entender.


—Hey, no te preocupes tanto, Jackson—Le dijo T/N suavemente, mientras le daba un leve toque en el hombro—Todos tenemos días raros ¿No? No tenías que venir a estas horas, pero... estoy contenta de que estés aquí. Lo importante es que lo hiciste.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora