Monster High - One shots

Elissabat

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Elissabat

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El castillo Stoker se alzaba sobre las montañas, su silueta recortada contra la luna llena, creando un aura siniestra que solo podía ser apreciada por aquellos que compartían el mismo linaje oscuro. Dentro de las frías y majestuosas paredes del castillo, Elissabat Stoker se encontraba sola, apartada de la corte y de los demás miembros de la familia. Los ecos de los planes de su tío, Lord Stoker, aún resonaban en su mente; pero había algo que ella ya había decidido, un sentimiento de desesperación que se transformaba en determinación.

—No voy a ser una marioneta más de este juego de poder, T/N—Dijo Elissabat con voz decidida, mirando a su amiga y confidente que había estado observando desde las sombras. Aquel tono grave y desafiante que siempre acompañaba las decisiones importantes estaba presente.

T/N, una vampira de ojos oscuros y mente aguda, nunca había sido alguien dado a mostrar emociones con facilidad. Pero en ese momento, al escuchar a Elissabat, algo brilló en su mirada, una mezcla de comprensión y cuidado. Era evidente que su lealtad hacia ella iba más allá de la simple obligación.

—Lo sé, Elissabat—Respondió T/N suavemente. Se acercó, sus pasos fueron tan silenciosos como el viento—No lo harás. Ya lo has decidido ¿Verdad?

Elissabat la miró fijamente, como si por un segundo, dudara. Pero luego, su expresión se endureció de nuevo.

—Sí. Esta noche, me voy, me llevaré el Corazón de Vampiro y nunca volveré. No puedo dejar que Stoker utilice mi vida para sus planes de dominación. No quiero ser la figura que él utilice para gobernar. No quiero... ser su marioneta, ni la de nadie.

T/N no dijo nada por un momento. Sabía que no era fácil tomar esa decisión. Elissabat estaba sacrificando mucho, y aunque su amiga no se lo expresara directamente, T/N entendía lo que realmente significaba para ella escapar. No solo estaba dejando atrás la vida que le habían impuesto, sino todo lo que conocía, incluidas sus raíces.

—Te apoyaré, Elissabat. Lo sabes ¿Verdad? —Dijo T/N al fin, con firmeza—Desde que llegué a tu vida, juré no dejarte sola. Y no lo haré, aunque tengamos que escondernos en el fin del mundo. Aunque tengamos que dejarlo todo atrás.

Elissabat esbozó una leve sonrisa, agradecida pero también sorprendida por la sinceridad de las palabras de T/N. A lo largo de los años, había aprendido a confiar en ella más que en nadie, pero ese apoyo incondicional la tocaba profundamente.

—Gracias T/N—Dijo ella, su voz un poco más suave—No sé qué haría sin ti.

Y así, bajo la luz de la luna, las dos vampiras tomaron la decisión que cambiaría sus destinos para siempre.

...

El sol no se veía en Hauntlywood. La ciudad estaba sumida en una niebla perpetua, donde los reflejos de las luces de neón se mezclaban con las sombras. Elissabat, ahora conocida como Verónica Von Vamp, caminaba por los pasillos del set de grabación, su figura elegante y llena de misterio. A pesar de su fama, el temor de ser descubierta seguía acechando en cada rincón de su mente.