Lagoona Blue

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Lagoona Blue

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El sol caía sobre el lago de Monster High, iluminando el agua con tonos dorados que destellaban en la superficie como un millar de estrellas. Lagoona Blue nadaba con agilidad entre las olas, su risa suave se mezclaba con el sonido del agua. Junto a ella, T/n la observaba desde la orilla, sus ojos brillantes reflejaban la luz del atardecer, mientras sus alas de un amarillo intenso se plegaban con suavidad a su espalda, con sus cuatro brazos, siempre había sido el sostén y la calidez en la vida de Lagoona, su refugio fuera del agua.

T/n la admiraba, contemplando cómo su novia se movía con elegancia bajo la superficie. Sin embargo, un pensamiento la carcomía. Cada día deseaba poder seguirla a los confines de los lagos y los océanos, un deseo que ardía en su pecho como una llama inextinguible.

Cuando Lagoona emergió del agua, T/n la recibió con una sonrisa. Se sentaron en una roca al borde del lago, y Lagoona, despreocupada, comenzó a hablar sobre su entrenamiento y sus amigos en la escuela. Pero T/n apenas podía concentrarse. Miraba a Lagoona, intentando reunir el valor para decir lo que había decidido.

Finalmente, tomando una profunda bocanada de aire, T/n habló.


—Lagoona... He estado pensando en algo —Empezó, con voz suave, pero tensa.


Lagoona se detuvo, girándose hacia ella con curiosidad. Los ojos de T/n reflejaban una determinación que no había visto antes.


—Quiero usar un hechizo. Un antiguo conjuro de cambio, uno que... —Hizo una pausa, insegura, pero luego continuó— Uno que me transforme en un monstruo de agua dulce. Así podría estar contigo bajo el agua, sin límites.


Al escuchar aquellas palabras, la expresión de Lagoona se oscureció. Sintió cómo su corazón se aceleraba y, al mismo tiempo, caía en un profundo pozo de preocupación. Los hechizos de cambio no eran cosa de juego; sabía que podían desdibujar la esencia misma de quien los usara. Se volvió hacia T/n, sus manos húmedas tomaron las cuatro manos de ella con una mezcla de firmeza y ternura.


—¡Por supuesto que no! —Respondió Lagoona, con un tono que denotaba no solo sorpresa, sino un miedo real, profundo—No puedes hacer eso, T/n. No tienes que cambiar quién eres para estar conmigo.


Los ojos de T/n parpadearon, sorprendidos por la intensidad de la respuesta. Durante días, había pensado que esa era la solución perfecta; pero ahora, al ver la preocupación en el rostro de Lagoona, sintió sus dudas hacerse más fuertes.


—Pero, Lagoona, solo sería un cambio pequeño —Insistió T/n, tratando de sonar tranquila, aunque el tono de su voz temblaba— Lo hago porque quiero estar contigo en cada lugar, en cada rincón del lago, sin que tengas que preocuparte por llevarme a la superficie.


Lagoona la miró a los ojos, con una mirada profunda y llena de amor.


—Cariño, ¿no entiendes? —Dijo con voz suave, pero firme— Yo te amo exactamente por lo que eres. Tus alas, tus antenas, esa luz que solo tú tienes. Todo lo que haces me recuerda por qué me enamoré de ti, y si cambias eso... temo que pierdas esa chispa tan tuya, esa que ilumina cada lugar al que vamos.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora