Monster High - One shots

Venus McFlytrap

◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

Venus McFlytrap

◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

Venus McFlytrap estaba corriendo por los pasillos de Monster High, su paso largo y enérgico resonando en las paredes del instituto mientras las plataformas de sus tacones de espinas golpeaban el suelo con un sonido agudo. Llevaba varias bolsas de semillas colgadas sobre sus brazos, sus macetas cuidadosamente colocadas sobre las yemas de sus dedos para no arruinar la tierra que contenían. La chica planta, con su piel verde brillante y su cabello largo y desordenado, azotado por el viento, se veía decidida y enfocada. A pesar de la velocidad, su rostro no reflejaba agotamiento, sino más bien una energía incansable que era su sello personal.

El sol estaba bajo, comenzando a ponerse sobre el horizonte, proyectando largas sombras sobre los pasillos de Monster High. Venus no se detenía, ya que su cita con T/n, la hija del Silbón, era lo que la motivaba a ir más rápido. Había estado organizando una actividad de plantación de árboles y flores en el campo de baloncesto, y aunque su entusiasmo por la causa ecológica era inquebrantable, hoy había un toque de esperanza en su pecho. Sentía que finalmente, por primera vez, podía hacer algo verdaderamente grande, algo que impactara a los demás estudiantes, que los inspirara a cuidar lo que tan desesperadamente necesitaba ser protegido: la naturaleza.

Llegó al campo de baloncesto, donde un espacio vacío había sido preparado para plantar. Venus había trabajado con dedicación para crear este pequeño jardín dentro de la escuela. Era su manera de recordarle a todos lo que estaban perdiendo, lo que podrían salvar si solo pusieran de su parte. Con un rápido movimiento, dejó las macetas sobre la tierra y comenzó a sacar las bolsas con las semillas, organizándolas de forma meticulosa. En sus ojos brillaba esa chispa que siempre acompañaba sus proyectos: la urgencia de hacer lo correcto, la necesidad de salvar el planeta antes de que fuera demasiado tarde.

A lo lejos, vio a T/n acercándose, y su corazón dio un pequeño vuelco. T/n, la hija del Silbón, era tan misteriosa como su tono de voz. Con sus dos metros de altura y su habilidad única para generar una melodía en una escala ominosa, T/n no pasaba desapercibida. La silueta de la chica destacaba contra el cielo crepuscular, su andar solemne como el de alguien que estuviera en total control de la situación. Venus no podía evitar sentirse un poco intimidada, aunque confiaba en su presencia. Después de todo, la razón por la que habían quedado era muy importante.

—¡Hola T/n! —Venus levantó la mano y sonrió mientras la hija del Silbón se acercaba.

T/n, con su expresión seria, asintió, cruzando los brazos sobre su pecho. Su mirada, oscura pero penetrante, fijó sus ojos en Venus, observando sus preparativos. La melodía que solía seguirla, las notas de su tonada ominosa, flotaba sutilmente en el aire, como un eco lejano. Venus siempre encontraba un extraño consuelo en esa música. La capacidad de T/n para cambiar el ambiente con su voz, para transformar la atmósfera, le parecía casi tan poderosa como las habilidades que ella misma tenía para influir en las mentes de los demás.

—Gracias por venir—Dijo Venus, su voz llena de gratitud y energía—Sabía que podrías entender lo importante que es esto. No solo para mí, sino para todos. Necesitamos más manos, más corazones comprometidos con la causa.

T/n miró alrededor, evaluando el terreno. Un espacio bastante grande, pero también muy vacío, una pequeña representación de la lucha que Venus libraba a diario. El mundo estaba lleno de árboles y plantas, sí, pero también estaba lleno de personas que no parecían interesarse en preservar lo que les daba vida.