Gory Fangtell

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Gory Fangtell

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Era un día típico en Monster High, la peculiar escuela donde monstruos de todas partes del mundo convivían bajo el mismo techo. Las nubes grises cubrían el cielo, formando un manto que mantenía a raya al sol, creando un ambiente ideal para los vampiros como Gory Fangtell, quien avanzaba por los pasillos con su característico porte altivo. Su cabello corto, negro y violeta, perfectamente estilizado, brillaba tenuemente bajo la luz fluorescente, y sus ojos burdeos observaban a los demás estudiantes con una mezcla de curiosidad y desdén.

A su lado, caminaba T/N, su novia, una vampira de expresión neutral que parecía indiferente al caos habitual del instituto. Aunque rara vez demostraba sus emociones, su sola presencia tenía un efecto calmante en Gory, quien encontraba en ella un contraste intrigante y, a su manera, reconfortante. Vestida con su uniforme de Belfry Prep, Gory irradiaba una elegancia que destacaba entre la multitud, ajustándose su corbata a rayas negras y blancas mientras hablaba con su tono melódico y cortante.

—¿Has notado lo desesperada que parece Cleo últimamente? —preguntó Gory, haciendo una pausa para mirar su reflejo en las puertas metálicas de los casilleros. Con un gesto delicado, acomodó un mechón rebelde de su cabello antes de volverse hacia T/N—. Parece que no puede decidir si quiere ser reina o una simple diva de pasarela.

T/N no respondió de inmediato. Su mirada se mantuvo fija en Gory, sus ojos transmitiendo una calma que podía interpretarse como desapego, pero que Gory sabía que era mucho más profundo. 


Finalmente, con una voz baja y medida, respondió—Quizá Cleo solo está haciendo lo mejor que puede. No todos nacen con la misma... gracia natural que tú.


El comentario, aunque neutral, arrancó una sonrisa satisfecha de Gory, quien lo interpretó como un cumplido a su superioridad. Sin embargo, no pudo evitar soltar un suave suspiro de exasperación.


—Supongo que tienes razón, como siempre. Pero hay algo tan... tedioso en verla intentar y fallar constantemente.


Más tarde, en la clase de Historia de los Monstruos, el aire estaba cargado de tensión. El profesor estaba explicando las alianzas entre clanes monstruosos durante la Edad Oscura, pero la atención de la clase estaba dispersa. Gory, sentada elegantemente en la última fila, no podía resistir la tentación de hacer un comentario mordaz cada vez que surgía una oportunidad.


—Y por supuesto, algunos clanes simplemente eran incapaces de mantener el poder. Supongo que eso explica por qué ciertas familias han quedado en el olvido —Dijo con una sonrisa venenosa, mirando casualmente hacia Cleo, que estaba sentada en la primera fila.


Cleo se giró lentamente, con una expresión que combinaba incredulidad y enfado.


—¿Perdón? —Respondió, con una sonrisa tensa que no alcanzaba sus ojos.


Gory inclinó ligeramente la cabeza, fingiendo inocencia.


—Oh, no era nada, querida. Solo un pensamiento sobre cómo la historia siempre favorece a los verdaderamente memorables.


La atmósfera en la clase cambió. Clawdeen, sentada cerca de Cleo, no pudo contenerse y soltó una risa sarcástica.


—¿Sabes? Hay algo increíblemente aburrido en tu necesidad de ser tan molesta, Gory.


Draculaura, intentando calmar las aguas, levantó las manos.


—Chicas, por favor. Estamos aquí para aprender, no para discutir.


Pero Gory no era de las que retrocedían fácilmente. Justo cuando estaba a punto de responder con algo aún más mordaz, T/N intervino, colocándole suavemente una mano en el brazo. El gesto, aunque pequeño, tuvo un efecto inmediato. Gory cerró la boca y frunció ligeramente los labios, claramente conteniendo sus palabras.

—No vale la pena —murmuró T/N, con una mirada tranquila que parecía apaciguar incluso la tormenta de emociones de Gory.

Aunque claramente molesta por no poder continuar, Gory se recostó en su asiento con un suspiro dramático, cruzando las piernas mientras lanzaba una mirada de desdén hacia Cleo y Clawdeen.


...


Esa noche, después de que las clases terminaran, Gory y T/N se encontraron en el patio trasero de la escuela. Las sombras de los árboles se alargaban bajo la luz de la luna, y el aire fresco estaba cargado con el aroma de la tierra húmeda. Gory, sentada en uno de los bancos de piedra, se quitó los tacones con alas de murciélago y los dejó a un lado, relajándose ligeramente.


—¿Crees que soy demasiado dura con ellos? —Preguntó de repente, su voz suave pero cargada de inseguridad.


T/N, que estaba sentada a su lado, ladeó la cabeza, observándola con una expresión pensativa.


—Creo que tienes tus razones para ser como eres —Respondió después de un momento—Pero también creo que no necesitas demostrarle nada a nadie. Eres suficiente tal como eres.


Por un instante, la altivez de Gory se desmoronó. Sus ojos burdeos se suavizaron mientras miraba a T/N. Nadie más veía ese lado vulnerable de ella, ese lado que temía mostrar incluso a sí misma.


—A veces me pregunto cómo puedes soportarme —Dijo de repente, rompiendo el silencio. Su voz, normalmente cargada de sarcasmo, tenía un tono más suave, casi vulnerable.


T/N la miró, su rostro neutral como siempre, pero con una chispa de algo indescriptible en sus ojos.


—Porque veo algo en ti que los demás no ven —Respondió finalmente. Luego, con un gesto inesperadamente tierno, tomó la mano de Gory—Y porque sé que detrás de toda esa fachada hay alguien que siente más de lo que admite.


Gory parpadeó, sorprendida por la respuesta. Por un momento, su actitud altiva se desmoronó, revelando una expresión de desconcierto y gratitud. Sus dedos se entrelazaron con los de T/N, y aunque su orgullo le impedía decirlo en voz alta, sabía que esas palabras significaban más de lo que podía expresar.

El momento fue interrumpido por el sonido de risas provenientes de la entrada del jardín. Cleo, Clawdeen y Draculaura pasaron hablando animadamente, sin notar a la pareja. Gory las observó con su mirada crítica habitual, pero esta vez no dijo nada. En cambio, volvió su atención a T/N, quien le devolvió una pequeña sonrisa.


—Supongo que no soy tan insufrible después de todo —Murmuró Gory, tratando de recuperar un poco de su actitud confiada.

—Eres insoportable, pero esa es parte de tu encanto —Respondió T/N, con un brillo travieso en sus ojos.


Por primera vez en todo el día, Gory soltó una risa genuina, una que solo T/N parecía capaz de provocar. Juntas, se levantaron del banco y regresaron al interior de Monster High, demostrando que incluso la más altanera de las vampiras podía encontrar consuelo en alguien que la comprendiera por completo.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora