Invisi Billy

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Invisi Billy

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Invisi Billy disfrutaba de la tranquilidad del teatro de Monster High mientras limpiaba y organizaba los equipos. Era uno de sus lugares favoritos en la escuela, un rincón donde podía trabajar sin ser visto, crear efectos especiales que iluminaban el escenario, y poner toda su creatividad al servicio de los demás sin ser el centro de atención. Amaba la magia del detrás de escenas, donde podía hacer que cada obra, musical o presentación cobrara vida en un espectáculo impresionante sin que nadie supiera que él era el responsable.

Mientras limpiaba el polvo de unas cajas, un sonido suave y quebrado llegó a sus oídos, rompiendo la calma. Era un llanto, casi ahogado, que venía de una esquina del escenario. Curioso y preocupado, Billy se detuvo y, casi por instinto, activó su invisibilidad. Caminó en silencio, siguiendo el sonido hasta que encontró a T/N, una chica-gatuna a la que había visto en los pasillos, pero con la que apenas había intercambiado palabras.

T/N estaba sentada en una caja de utilería, con las rodillas abrazadas y la cabeza gacha, tratando de contener el llanto. Su aspecto era inusual, incluso en una escuela llena de monstruos y seres fantásticos. Tenía el rostro adornado con cicatrices finas y antiguas, que contrastaban con la suavidad de su piel y su aspecto felino. Esas cicatrices parecían hablar de una historia dolorosa que no muchos conocían, y Billy no pudo evitar sentir un nudo en el estómago al verla tan vulnerable.

Decidió hacerse visible, sabiendo que aparecer de la nada podría asustarla. Desactivó su invisibilidad a una distancia prudente y, con voz suave, rompió el silencio.


—Hey... ¿estás bien? —preguntó, tratando de no sonar intrusivo.


T/N alzó la mirada, sorprendida de encontrar a alguien ahí. Sus ojos aún brillaban con lágrimas, y por un momento pareció considerar esconderse. Sin embargo, al ver el rostro amable de Billy, exhaló con resignación y se limpió los ojos.


—Ah... lo siento —Murmuró, evitando su mirada—No quería que nadie me viera así.


Billy sonrió con ternura, intentando hacerle sentir que no había nada de qué disculparse. Se sentó en el borde del escenario, a unos pasos de ella, dejando suficiente espacio para que no se sintiera intimidada.


—No tienes que disculparte —Dijo con un tono cálido y sincero—Aquí nadie te va a juzgar. A veces, el teatro es el mejor lugar para... desahogarse. Es como si el silencio aquí guardara los secretos.


Ella esbozó una sonrisa ligera, aunque la tristeza aún nublaba sus ojos. Miró hacia abajo, jugando con sus manos mientras hablaba.


—Es solo que... a veces es demasiado. Las miradas, los susurros... todos ven las cicatrices y creen que saben todo sobre mí. Ni siquiera se molestan en conocerme.


Billy asintió, comprendiendo bien la frustración que T/N expresaba. Sabía lo que era sentirse diferente, percibir que la gente te juzga sin conocerte realmente. Aunque él podía volverse invisible cuando quería, entendía que ella no tenía esa opción; sus cicatrices estaban allí, y no había manera de ocultarlas.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora