Monster High - One shots

Clawdeen Wolf

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Clawdeen Wolf

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Era un día caluroso de otoño en Monster High, la luz del sol se filtraba tímidamente a través de las ventanas del dormitorio de Clawdeen Wolf, quien se encontraba acomodando su armario, decidiendo cuál de sus prendas más llamativas usar para el día. La escuela había comenzado con una energía electrizante, llena de estudiantes de todas partes del mundo monstruoso, cada uno con sus historias y particularidades.

Clawdeen se sentía poderosa y llena de energía esa mañana. Había corrido a toda velocidad por el campus, como le gustaba hacer, sintiendo el viento fresco acariciando su rostro mientras su melena se agitaba detrás de ella. Se sentía en su mejor momento, dispuesta a afrontar cualquier desafío que la vida le presentara.

Sin embargo, había algo en el aire que no lograba identificar. Un pequeño hormigueo en su interior, algo que la inquietaba, pero no sabía qué. No era hasta que su teléfono comenzó a vibrar con un mensaje de texto que finalmente entendió la fuente de esa extraña sensación.

Mensaje de Ghoulia: "Clawdeen, ¿sabías que T/n está en Monster High? La han asignado a tu cuarto. Creo que va a ser... interesante."

El nombre de T/n apareció en la pantalla como una flecha directa al corazón de Clawdeen. Su mandíbula se tensó de inmediato, sus dientes afilados rechinando como si quisieran morder el aire. No era solo el hecho de que T/n fuera una vampira, ni que había sido su exnovia... era que la idea de compartir un espacio con ella la hacía hervir de furia. Y ahora, leer ese mensaje de Ghoulia la había dejado completamente fuera de sí.

—¡NO PUEDE SER! —Rugió Clawdeen, saltando del sofá en un suspiro de furia. Su corazón latía desbocado y su cuerpo se tensó como si fuera a lanzarse a una pelea ¿T/n en su cuarto? ¿Después de todo lo que había pasado entre ellas? ¿Después de todo lo que le había hecho? ¡Era imposible!

Clawdeen apretó los puños, los colmillos afloraron al instante, y el brillo furioso en sus ojos reflejaba toda la rabia que sentía. Tomó su tacón más alto, uno con un diseño feroz que había comprado recientemente, y sin pensarlo, lo lanzó al aire con la furia de un huracán. El tacón voló a través de su dormitorio, esquivando muebles y adornos hasta estrellarse contra la pared opuesta, dejando una marca visible en la pintura.

Con un gruñido bajo, Clawdeen se dirigió a su habitación sin perder tiempo. No iba a permitir que esa situación se quedara sin resolver. El pasillo parecía un túnel oscuro mientras caminaba hacia allí, la furia creciendo dentro de ella como un fuego que no podía apagar. El sonido de sus garras afiladas arañando el suelo de piedra le parecía casi armonioso en su estado actual, un sonido que la acompañaba mientras su mente trabajaba a toda velocidad.

Cuando llegó a la puerta de su cuarto, se detuvo un momento. Su respiración era pesada, su pecho se elevaba y caía rápidamente; pero, antes de entrar, Clawdeen detuvo su furia un segundo. Pensó en cómo había sido su relación con T/n intensa, volátil, pero también llena de momentos... especiales. Sin embargo, la forma en que terminó todo aún la molestaba, y el hecho de que T/n volviera a su vida tan repentinamente, como si no hubiera pasado el tiempo, la hacía sentir como si todo su pasado no tuviera sentido.