Kieran Valentine

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Kieran Valentine

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En una noche en la que la luna se elevaba con majestuosa plenitud, un suave viento acariciaba las hojas de los árboles en un jardín encantado, donde las flores brillaban con un fulgor casi sobrenatural. Se encontraba una elfa de cabello dorado y ojos que reflejaban la luz de las estrellas, su risa melodiosa resonaba entre los pétalos mientras recogía flores, ajena a la oscuridad que se acercaba.

Desde la distancia, Valentine, un vampiro de porte aristocrático y mirada perspicaz, observaba con una sonrisa traviesa en sus labios. Había viajado por siglos, enfrentándose a lo inexpugnable; pero nunca había conocido a una criatura tan encantadora. Había fracasado anteriormente en su intento de conquistar a Draculaura, la vampiresa de su propia especie, pero la idea de rendirse no estaba en su naturaleza. Con un giro de su capa, se acercó sigilosamente, como un depredador en su hábitat.

Valentine no era un vampiro cualquiera; su arrogancia era tan evidente como el brillo en sus colmillos; sin embargo, había en él un aire romántico, un encantador que sabía usar su ingenio y su elocuencia a su favor. Se detuvo en la entrada del jardín, respirando el dulce aroma de las flores mientras su mirada se posaba en la elfa.


—¿Qué belleza se atreve a adornar este jardín en la noche más oscura? —Preguntó, su voz un susurro suave como la seda, mientras se acercaba lentamente.


T/n, sorprendida, se volvió hacia él. La luz de la luna iluminaba su rostro, revelando un leve sonrojo en sus mejillas. Nunca había visto a un vampiro tan apuesto, y la curiosidad y el nerviosismo se entrelazaron en su corazón.


—Soy T/n —Respondió, intentando mantener la compostura—Estoy recogiendo flores para el festival de primavera.


Valentine sonrió, un gesto que mostraba sus colmillos con un toque de provocación. Se acercó más, el brillo en sus ojos provocando un destello en el aire.


—Las flores son hermosas; pero no se comparan con la gracia de su recolectora ¿Acaso no siente la necesidad de adornar su belleza con una joya tan exquisita como usted misma?


T/n titubeó, mirando hacia el suelo, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. El halago del vampiro la desarmaba; sus palabras eran como un hechizo.


—No soy tan especial —Murmuró, luchando contra la timidez que la invadía.


Valentine dio un paso más cerca, su presencia envolvente como una bruma de misterio.


—No subestime el poder de lo que es único. Cada flor tiene su encanto, pero la verdadera magia se encuentra en la autenticidad de su ser.


El viento susurraba entre las flores, como si también estuviera cautivado por la escena. T/n se atrevió a mirarlo a los ojos, donde una chispa de travesura brillaba. No pudo evitar sonreír, su nerviosismo transformándose en una suave chispa de confianza.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora