Operetta

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Operetta

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Cuando las clases terminaron y los pasillos de Monster High comenzaron a vaciarse, T/N recogió sus cosas con calma, disfrutando del silencio que se asentaba en el lugar. Pero justo cuando cerraba su casillero, sintió un toque suave en el hombro que la hizo girar.

Allí estaba Operetta, su amiga, con su inconfundible estilo rockabilly que siempre llamaba la atención. Su cabello pelirrojo perfectamente estilizado brillaba bajo la tenue luz de los pasillos, y sus ojos brillaban con entusiasmo. Llevaba algunos libros bajo el brazo y una bolsa colgaba despreocupadamente de su hombro.

—¡Ah, te encontré finalmente! —Exclamó con su característico acento sureño, que siempre tenía un tono cálido y encantador. Se detuvo frente a T/N, enderezándose y sonriendo de manera amigable—. Estaba muriéndome por preguntarte algo, cariño.


T/N arqueó una ceja, curiosa, pero devolvió la sonrisa.


—¿Qué pasa, Operetta?


La fantasma de la ópera alzó los libros ligeramente antes de apoyarlos contra su cadera.


—Estaba pensando... hace mucho que no hacemos algo divertido juntas ¿Qué te parece si vamos a la ciudad? Hay un par de tiendas de discos que me tienen intrigada. Quizá encontremos algunas joyas escondidas.


Los ojos de T/N se iluminaron ante la idea. Conocía bien la pasión de Operetta por la música, y cualquier salida con ella garantizaba una experiencia única.


—Suena genial —Respondió T/N sin dudarlo—Me encantaría ir.


Operetta le devolvió una sonrisa aún más amplia y radiante, dejando salir un suspiro exagerado de alivio.


—¡Sabía que dirías que sí! Bien, déjame ir a guardar estas cosas en mi casillero y nos vamos.


Las dos caminaron juntas hacia la salida de Monster High, charlando animadamente sobre las clases y las últimas novedades. Operetta siempre tenía algo interesante que decir sobre las grabaciones que hacía en las catacumbas, aunque a menudo minimizaba sus talentos con falsa modestia.

Una vez fuera, ambas tomaron el bus que las llevaría a la ciudad. Operetta pasó buena parte del trayecto mirando por la ventana, tarareando una melodía que parecía estar componiendo en su cabeza. De vez en cuando, miraba a T/N con una sonrisa cómplice.


—Sabes, T/N, tienes buen ojo para la música. Quiero que me ayudes a elegir algunos discos esta vez. Mis instintos son buenos, pero siempre es divertido tener otra perspectiva.


T/N asintió, aceptando el reto con una sonrisa.


—Cuenta conmigo. Aunque no prometo ser tan experta como tú.


—No seas modesta, cariño. Tienes buen gusto, lo sé.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora