Monster High - One shots

Deuce Gorgon

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Deuce Gorgon

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La luz suave que entraba por los altos ventanales de la biblioteca de Monster High iluminaba los pasillos llenos de estanterías llenas de libros, muchos de ellos encuadernados con cubiertas tan raras como los propios monstruos que los leían. Las estanterías crujían suavemente, como si la propia biblioteca estuviera viva. El ambiente estaba impregnado por el sonido del murmullo suave de las páginas pasadas, las conversaciones silenciosas de los estudiantes y, por supuesto, el ocasional zumbido de los ordenadores que brillaban con información misteriosa.

T/N, la chica monstruo mariposa, flotaba tranquilamente entre los estantes. Sus alas iridiscentes, que cambiaban de color a medida que se movía, emitían un resplandor tenue, casi como si fueran una extensión de su propia energía. Estaba buscando un libro raro sobre insectos en la sección de biología, o al menos eso era lo que pensaba. Estiró sus manos hacia el estante más alto, el libro en cuestión justo fuera de su alcance. Aunque sus alas le daban una movilidad impresionante, no eran lo suficientemente fuertes para sostenerla a la altura exacta que necesitaba.

Con una ligera mueca de frustración, T/N dio un pequeño salto para alcanzar el libro, pero aun así no logró agarrarlo. Sus ojos brillaban con una mezcla de determinación y un toque de exasperación.

—Aún no lo consigo...—Murmuró sin darse cuenta de que no estaba sola en ese rincón de la biblioteca.

De repente, sintió una ligera presión en el aire detrás de ella, una presencia familiar que la hizo sonreír sin pensarlo. La sensación de calor, de una energía que siempre la tranquilizaba. No tenía que mirar para saber quién era.

—Buenos días, mi princesa... —La voz profunda de Deuce Gorgon resonó suavemente en el aire, un tono juguetón pero cargado de cariño. Su risa quedó suspendida en el aire por un segundo ante de que continuara, acercándose a ella con su paso seguro—¿Quieres ayuda?

T/N se giró, sus ojos brillando como si fueran mariposas atrapadas por la luz del sol. Deuce estaba allí, como siempre: alto, imponente, con su piel de escamas verdes brillando ligeramente a la luz de la biblioteca. Pero lo que realmente llamaba la atención de T/N no era su apariencia física (aunque, claro, Deuce siempre lucía increíble). Era el modo en que se acercaba a ella, con esa sonrisa traviesa que a veces hacía que T/N se sintiera como si fuera la única persona en el mundo para él.

—No puedo alcanzar este maldito libro—Dijo T/N riendo ligeramente, aun extendiendo los brazos como si eso fuera a hacer alguna diferencia—Lo intenté, de verdad.

Deuce se inclinó un poco hacia adelante, sus serpientes en la parte superior de su cabeza moviéndose al ritmo de su actitud relajada, como si también estuvieran jugando. Algunas de ellas incluso sacaron la lengua, como si estuvieran esperando para hacer algo travieso, igual que su dueño. Deuce sonrió más ampliamente y extendió la mano hacia ella, tomando con facilidad el libro que T/N intentaba alcanzar.

—Te lo dije—Dijo Deuce con un tono suave pero burlón—¿Por qué no me pediste ayuda desde el principio, princesa? —Sus ojos verdes brillaban bajo las lentes oscuras de sus gafas de sol, que se movían ligeramente hacia abajo, revelando un atisbo de su mirada petrificadora, una mirada que, aunque la temía, también la encontraba fascinante.