Abbey Bominable

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Abbey Bominable

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Era un día cualquiera en Monster High, y los pasillos se llenaban de murmullos, risas y el bullicio habitual de los estudiantes. Los lockers se abrían y cerraban con fuerza mientras las luces fluorescentes brillaban, reflejando una paleta de colores que variaba desde lo sombrío hasta lo brillante, dependiendo de los gustos y la energía de cada monstruo. T/N, un hada con el cabello azul claro brillante y la piel blanca como la nieve, con unas hermosas alas brillantes, caminaba por el pasillo principal de la escuela, absorta en sus propios pensamientos.

Llevaba una pequeña mochila de tela brillante, y su vestido de tonos plateados caía suavemente sobre su figura. Los ojos de T/N brillaban con una ligera chispa mágica, y cada vez que un rayo de luz pasaba sobre su cabello, éste destellaba con un resplandor fugaz. Todo parecía en calma, y T/N se encontraba tranquila, disfrutando de la serenidad momentánea.

Pero, de repente, un bullicio rompió la calma.

Un grupo de chicos se acercaba corriendo por el pasillo, con una energía desbordante. Eran algunos de los estudiantes más alborotados de Monster High, conocidos por sus bromas y travesuras. Pero hoy, no eran solo los chicos quienes se notaban; su carrera frenética los llevó a una velocidad peligrosa, y sin previo aviso, uno de ellos tropezó con el pie de T/N. El impacto fue inmediato.

— ¡Ay! —Exclamó T/N, mientras su cuerpo flotaba brevemente en el aire, antes de caer con un suave "Plaf" sobre el suelo de los pasillos.


El grupo de chicos, que no se había detenido ni un segundo en su carrera, siguió adelante sin darse cuenta de lo sucedido. T/N, algo atónita por el golpe, intentó reincorporarse, pero una fría presencia se aproximó rápidamente hacia ella.


— ¡¿Estás bien?! — Una voz profunda y segura preguntó.


T/N levantó la mirada y vio a Abbey Bominable, quien, con su altura imponente, se encontraba frente a ella. Sus ojos violetas, brillantes como cristales de hielo, la observaban con preocupación. Abbey era un espectáculo en sí misma, con su piel azul clara que parecía reflejar la luz de una forma casi mágica, y su cabello largo y blanco que fluía con mechas de colores pastel en tonos de rosa, púrpura y azul.

La figura de Abbey era impresionante, y su estampa de fuerza era inconfundible. T/N sintió una sensación de calidez al ver que alguien tan imponente se preocupaba por ella. Abbey extendió su mano hacia T/N, ofreciéndole su ayuda. La frialdad de su mano contrastaba con la calidez del contacto, pero T/N no dudó ni un segundo en tomarla.


— Gracias, Abbey —Dijo T/N, mirando sus ojos violetas con gratitud.


Abbey, sin mostrar signos de prisa, tiró con suavidad, levantando a T/N con facilidad. T/N sintió la fuerza detrás de ese gesto, como si Abbey pudiera levantar cualquier cosa sin esfuerzo. Sus colmillos pequeños asomaban entre su sonrisa, dándole un toque feroz a su belleza gélida.


— Chicos estúpidos —Murmuró Abbey, su tono bajo pero cargado de desdén— Más estúpidos que un yak después de ser esquilado.


T/N rió suavemente ante la comparación, la imagen de un yak perdido en su propia torpeza siendo esquilado era tan absurda que no pudo evitarlo. Abbey, al ver que T/N se recuperaba del choque, le ofreció una sonrisa cálida.


— No te preocupes, no son nada. Estás bien ahora ¿Verdad? —Preguntó Abbey, fijándose en cómo T/N se sacudía el polvo de su vestido, aún con una sonrisa en el rostro.


T/N asintió, tomando un momento para observar a Abbey más de cerca. La chica tenía un aura de fuerza, pero también de una calma impresionante, como si nada la hiciera tambalear. Eso hizo que T/N se sintiera más tranquila.


— Estoy bien. Gracias a ti, por supuesto —Dijo T/N sonriendo de nuevo.


Abbey asintió con la cabeza, y su mirada se suavizó un poco. A pesar de su aspecto intimidante y su aire de misterio, había algo acogedor en ella, como si su fuerza no fuera más que una parte de su identidad. No estaba allí para imponer respeto, sino para simplemente ser quien era.


— No es nada. No me gustan los tipos que corren por los pasillos sin mirar por dónde van —Dijo Abbey con un tono casual, antes de mirar en dirección a los chicos que ya se habían alejado— Algunos deberían aprender a tener más cuidado.


T/N se sentó en una de las bancas cercanas, aún recuperándose del pequeño sobresalto. Mientras lo hacía, Abbey se quedó a su lado, su presencia reconfortante, como un manto de hielo que, en lugar de congelar, ofrecía calma. T/N miró a Abbey una vez más.


— ¿Eres siempre tan... fuerte? —Preguntó, genuinamente curiosa.


Abbey soltó una risa ligera, sus colmillos asomando nuevamente, pero sin ningún rastro de agresividad.


— Mi familia tiene una tradición de fortaleza —Dijo su tono más relajado ahora— Soy un poco más... física que la mayoría de los chicos de aquí, pero no te preocupes, no suelo pelear. Solo uso mi fuerza cuando es necesario.


T/N asintió, sorprendida por la humildad de Abbey. Con su tamaño y poder, podría fácilmente intimidar a cualquiera, pero Abbey parecía estar más interesada en disfrutar de la compañía de los demás y hacer el bien de manera silenciosa. Era una calidad que T/N apreciaba mucho.


— ¿Cómo te estás adaptando a Monster High? —Preguntó Abbey, interesada, cambiando el tema con una mirada atenta.


T/N suspiró, mirando a su alrededor. Las luces brillaban sobre las paredes y los estudiantes seguían pasando sin detenerse. Era un lugar fascinante, pero a veces el bullicio y las diferencias culturales la hacían sentir fuera de lugar.


— Es... un poco difícil, a veces. Estoy acostumbrada a un ritmo más tranquilo, pero aquí todo es tan... intenso —Admitió T/N, con una ligera sonrisa en sus labios— Aunque... creo que mis amigos me están ayudando mucho.


Abbey asintió, comprensiva.


— Es difícil al principio, lo sé —Dijo Abbey— Pero todos somos monstruos aquí. Es un lugar para encontrar lo que te hace único. Y si alguna vez necesitas ayuda o alguien con quien hablar, yo estoy aquí.


T/N sonrió ampliamente, agradecida por las palabras de Abbey. Sentía que, aunque era nueva en Monster High, ya no estaba tan sola como al principio.


— Gracias, Abbey. De verdad.


Las dos se quedaron allí, compartiendo un momento de tranquilidad en medio del bullicio de Monster High. A pesar de ser tan diferentes, algo en sus corazones se había conectado: la fuerza de Abbey, que no buscaba aplastar, y la suavidad de T/N, que no necesitaba más que compañía para sentirse segura.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora