Heath Burns

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Heath Burns

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El Día de San Valentín había llegado a Monster High, y con él, un aire electrizante de romance que se filtraba en cada rincón de la escuela. Los casilleros estaban adornados con cartas rosadas y rojas, mientras que el suave aroma de flores y chocolates llenaba los pasillos. Todo esto pasaba desapercibido para Heath Burns, quien tenía la mente demasiado ocupada planeando el momento perfecto. Hoy, se decía, finalmente se atrevería a confesar sus sentimientos a T/N, la Dríada que hacía que su corazón-y a veces literalmente su cabello-estallara en llamas.

Heath, como elemental de fuego, no era precisamente conocido por su discreción o habilidad para mantener la calma. Si algo lo definía, era su impulsividad, su torpeza y su capacidad innata para meterse en problemas, incluso cuando intentaba ser encantador. Pero hoy, estaba decidido a demostrar que podía ser romántico, cuidadoso y quizás, solo quizás, alguien digno del corazón de T/N.

Heath había pasado toda la semana organizando su confesión. Quería que todo fuera perfecto. Había comprado un ramo de flores con pétalos delicados que parecían haber sido arrancados directamente de un jardín encantado. Pasó horas eligiendo una caja de chocolates en forma de corazón, asegurándose de que fueran de la mejor calidad. Añadió un peluche de un pequeño dragón de ojos grandes, algo que pensó que le recordaría a él, pero en una versión más adorable. Finalmente, escribió una carta con tanto esmero que había quemado las primeras tres versiones por accidente, hasta que logró controlar sus nervios y terminó con algo que reflejaba su verdadera intención.

Esa mañana, después de repasar su plan al menos diez veces frente al espejo, llegó temprano a Monster High y colocó cuidadosamente el paquete en el casillero de T/N. Las flores sobresalían ligeramente, y el peluche estaba perfectamente visible. Se tomó un momento para admirar su trabajo, luego se escondió detrás de un bote de basura cercano para observar.

El sonido de pasos suaves lo hizo contener la respiración. Allí estaba T/N, caminando por el pasillo con su característico aire de serenidad. Como una Dríada, parecía traer consigo la esencia misma del bosque: su cabello largo brillaba como si estuviera bañado en la luz del sol, con pequeñas hojas adornando sus mechones, y sus ojos reflejaban una calma que hacía que todos los que la miraran se sintieran en paz. Pero para Heath, ella era mucho más que eso. Era la chica que lo hacía querer controlar su fuego, la persona que le recordaba que podía ser algo más que un alborotador impulsivo.

T/N se detuvo frente a su casillero y notó el paquete. Parpadeó, claramente sorprendida, y luego su rostro se iluminó con una sonrisa tan cálida que Heath sintió que su cabello chisporroteaba aún más.


—¿Qué es esto? —Susurró mientras tomaba las flores con delicadeza, como si fueran un tesoro. Sus dedos acariciaron el peluche, y al ver la carta, sus ojos brillaron de curiosidad.


Heath se inclinó un poco más desde su escondite, su corazón latiendo con fuerza. Las llamas de su cabello parpadearon, casi apagándose por los nervios. 


"Vamos, T/N, léelo... por favor, léelo..." Pensaba, casi mordiéndose los dedos de la emoción.


T/N abrió la carta y leyó en voz baja.

"Querida T/N,
Tú eres la calma en mi tormenta, la raíz que me ancla y la luz que hace que mi fuego arda con más fuerza, pero de manera controlada. Cada vez que te veo, siento que quiero ser mejor, que quiero ser alguien que merezca tu atención.
¿Me darías la oportunidad de llevarte a una cita? Quiero mostrarte cuánto significas para mí.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora