Clawdeen Wolf

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Clawdeen Wolf

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Un grupo de chicas, unidas por la amistad y la pasión por la moda, recorría cada rincón de las tiendas del centro comercial, sus ojos brillando ante las nuevas colecciones que adornaban los escaparates. La variedad de colores y estilos las hipnotizaba: blusas de seda en tonos pasteles, vestidos vaporosos que parecían danzar al compás de la brisa, y pantalones de corte impecable que prometían realzar la figura de cualquiera.

Cada vez que se probaban una prenda, todas se animaban con exclamaciones de aprobación. "¡Te queda perfecta!" o "¡Es exactamente tu estilo!", aunque no faltaban las risas y los comentarios juguetones. Las chicas se probaban atuendos en los vestidores, compartiendo sus impresiones y risas, creando un ambiente de complicidad que hacía que el tiempo se desvaneciera.

Las bolsas de compras, repletas de tesoros, comenzaban a pesar en sus manos delicadas. Con una sonrisa arrogante que tenía la princesa momia, les ordenó a sus sirvientes que se encargaran de las cargas, aliviando así a sus amigas del peso de las compras. Después de un día lleno de emoción, el grupo decidió buscar un lugar para descansar.

Se sentaron en uno de los comedores del centro comercial, el aire impregnado de aromas tentadores que provenían de las distintas opciones gastronómicas. Las risas resonaban mientras compartían anécdotas e historias, disfrutando de la compañía inigualable que solo la amistad puede ofrecer. Las chicas se sintieron como reinas en su pequeño reino de diversión y complicidad. Sin embargo, esa atmósfera de alegría se vio interrumpida de repente por un sonido penetrante, un tono de teléfono que resonaba de manera escalofriante y extraña en medio de la bulliciosa conversación. Las miradas se encontraron, llenas de confusión y sorpresa, cada una preguntándose en silencio de quién era ese sonido perturbador, mientras cada chica revisaba su bolso en busca de la fuente de aquel eco inquietante.


—Creo que es el mío...—La loba saco el aparato de su teléfono para prender la pantalla—es un mensaje.

—¿Acaso pusiste ese tono para los mensajes? —Mira con confusión la momia.

—No, no entiendo él porque suena así.


Clawdeen se encontraba en un torbellino de emociones, su mente albergaba preguntas que danzaban como sombras a su alrededor. Había revisado la configuración de su teléfono, convencida de que aquel tono que había sonado era completamente normal, pero el cosmos parecía conspirar para arrojarla en un mar de incertidumbres. Sin tiempo para reiniciar su dispositivo, su mejor amiga, Draculaura, le había arrebatado el teléfono con la curiosidad brillando en sus ojos como un faro en la oscuridad.


—¡Mira esto! —Exclamó la vampira, mientras Clawdeen la observaba con fruncido ceño, sintiendo que la invasión a su privacidad le erizaba la piel. Pero la emoción en la voz de Draculaura no dejaba espacio a la duda.


El mensaje que había captado la atención de la vampira le erizó la piel a Clawdeen: "Hola, mi hermosa loba, te ves radiante como siempre y me encanta verte como te emocionas al ver las ropas de cualquier estilo, eres única". Un ardor en sus mejillas la traicionó, y antes de que pudiera replicar, el grito eufórico de su amiga resonó por todo el lugar, convirtiéndola en el centro de atención de todos los monstruos presentes.

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora