Frankie Stein

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Frankie Stein

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La tarde en Monster High estaba llena de emoción. El gimnasio, adornado con banderas de colores brillantes y el logo de Monster High en el centro de la cancha, vibraba con la energía del gran evento. Hoy no solo se jugaba un partido de baloncesto monstruoso entre el equipo de chicos y el equipo de chicas, sino que todo el instituto estaba al borde de la locura. Las gradas estaban llenas de estudiantes de todas las criaturas y especies: vampiros, momias, licántropos, y hasta fantasmas, todos unidos por un único propósito: animar a sus equipos favoritos.

Frankie Stein, la hija del monstruo de Frankenstein, estaba más nerviosa que nunca. Sus ojos heterocromáticos, uno verde y el otro azul, brillaban con una mezcla de emoción y ansiedad. A pesar de ser solo unos pocos días de vida, su aspecto era el de una adolescente perfectamente formada, con el cuerpo de una chica atractiva, equilibrada, y enérgica. Su largo cabello blanco con rayas negras, similar al de su madre, la Novia de Frankenstein, caía en ondas suaves sobre sus hombros, cubriendo parcialmente su frente, donde un clip de pelo mantenía una de las franjas de su flequillo hacia un lado.

Frankie estaba lista para algo muy importante. Era una de las porristas del instituto, y hoy tenía que darlo todo, como siempre lo hacía, pero hoy había algo especial en el aire. El equipo de baloncesto de chicos, donde jugaba su novia T/N, se enfrentaba al equipo de chicas en un partido de exhibición. Frankie no solo estaba emocionada por el juego, sino también porque su novia, T/N, era la capitana del equipo de chicos y, aunque todos la admiraban por su habilidad y liderazgo, para Frankie, T/N era mucho más que eso. Era su amor, su amiga, su compañera, su todo.


—¡T/N, tú puedes hacerlo! —Pensaba Frankie mientras tomaba su posición al lado de sus amigas Cleo, Draculaura y Clawdeen, listas para animar al equipo con su mejor energía monstruosa.


La cancha estaba llena de emoción. T/N, con su actitud segura y su camiseta con el número 13 -Para ella, tenía un significado especial- se encontraba en el centro del equipo. Su mirada decidida indicaba que estaba lista para llevar a su equipo a la victoria, pero el equipo de chicas no se quedaría atrás. Era un partido feroz, pero no solo físico; también estaba lleno de coraje, de pasión, y de los lazos inquebrantables de amistad que los estudiantes de Monster High compartían.

El sonido de la bocina retumbó en el aire, y el balón fue lanzado al aire, dando inicio al partido. En las gradas, el ruido era ensordecedor: gritos, aplausos y porras llenaban el ambiente, mientras las porristas comenzaban a hacer acrobacias en el aire, levantadas por las manos firmes de sus compañeros. Frankie no podía evitar sonreír mientras las chicas hacían saltos y piruetas impresionantes, pero su mirada siempre regresaba al campo, donde T/N hacía su jugada con una agilidad impresionante.


—¡Vamos, T/N! ¡Hazlo por nosotros! —Gritó Frankie, su voz llena de entusiasmo, mientras agitaba sus pompones en el aire.


Sus amigas se unieron con sus propias porras, levantando la moral de todo el instituto. Cleo, con su elegancia real de princesa momia, hacía malabares con las vendas de su atuendo, mientras Draculaura, la vampira de piel rosada, realizaba figuras aéreas que deslumbraban a los espectadores. Clawdeen, por supuesto, estaba en su elemento, dirigiendo a todas con su increíble energía lupina.

T/N estaba a punto de encestar un tiro crucial cuando el equipo contrario, un grupo de chicas monstruosas como una sirena, una medusa y una chica lince, intentaron bloquearla con un movimiento sincronizado. El tiempo parecía detenerse por un momento mientras T/N, con la calma de una capitana nata, driblaba hábilmente el balón, esquivando a las chicas con un movimiento fluido y perfecto. Frankie veía todo con el corazón en la garganta, esperando que T/N lograra el tiro.

Con un grito de victoria, T/N saltó para realizar un tiro espectacular. El balón voló hacia el aro en una trayectoria perfecta, y en un instante, todo el gimnasio quedó en silencio. ¡Bum! El balón tocó la red con un sonido claro, y el público estalló en vítores.


—¡Sí! ¡Lo hiciste, T/N! —Gritó Frankie, saltando en el aire con sus amigas, las cuales la rodeaban en una demostración de alegría colectiva. El equipo de chicas, aunque impresionado, aplaudió el esfuerzo de su oponente. Pero todos sabían que la victoria estaba más cerca que nunca para el equipo de T/N.


Cuando el partido terminó, el equipo de chicos salió victorioso, pero era claro que la verdadera victoria de Frankie era ver a su novia, T/N, abrazándola con una sonrisa orgullosa. Con su pelo rubio brillante y su mirada de confianza, T/N la tomó de las manos y la miró con cariño.


—Lo hice gracias a ti, Frankie—Dijo T/N con una risa suave—Sabía que si te veía a ti, tendría toda la energía que necesitaba.

Frankie sonrió, su corazón latiendo con fuerza—¿Y si te digo que te amo mucho más que a este juego?

T/N se inclinó hacia ella, besándola suavemente en la mejilla—Lo sé, Frankie y yo también te amo más de lo que imaginas.


Los dos se abrazaron en medio de los gritos de sus amigos, quienes los rodearon para felicitarlos. La victoria era tanto para el equipo como para su relación. En ese momento, Frankie sintió que todo estaba en su lugar. No importaba que fuera un monstruo creado con partes de otros, ni que su vida fuera tan corta. Lo que importaba era que estaba rodeada de amigos, amor, y una energía inagotable que la impulsaba a seguir descubriendo el mundo, un paso a la vez.


—¡Viva Monster High! —Frankie levanto los pompones con una sonrisa triunfante—¡Hoy celebramos nuestra amistad, amor y todo lo monstruoso que somos!

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora