Draculaura

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Draculaura

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En la oscura y misteriosa noche de Halloween, Monster High brillaba con un ambiente vibrante y lleno de vida. Las calabazas talladas iluminaban el camino, y las risas de los estudiantes resonaban en el aire. En medio de este bullicio, se encontraba Draculaura, una encantadora vampira con un corazón tan dulce como su apariencia. Su cabello negro caía en suaves ondas, con mechas rosas que resaltaban su estilo único. Vestía un hermoso vestido de moda Gothloli, que combinaba delicados encajes y telas negras con toques de rosa, mientras que sus dos coletas, adornadas con lazos, se movían alegremente a su paso.

Draculaura era conocida por su naturaleza amable y coqueta, siempre con una sonrisa brillante y un destello de emoción en sus ojos. A pesar de su encanto, era propensa a distraerse fácilmente; a menudo se encontraba perdida en sus pensamientos o hipnotizada por pequeños detalles que la rodeaban, lo que a veces la llevaba a situaciones cómicas.


—¡Chicas! ¡No puedo esperar a que T/N me lleve a la cena esta noche! —Exclamó la vampira, su voz llena de entusiasmo.


Clawdeen, la mujer lobo de pelaje suave y ojos brillantes,  Frankie Stein la hija del famoso monstruo, intercambiaron miradas cómplices, sabiendo lo mucho que Draculaura adoraba a su pareja.

De repente, un elegante automóvil negro se detuvo frente a la escuela. Era T/N, una vampira de porte aristocrático y elegante, con una apariencia que parecía sacada de un cuento de hadas, su vestimenta era un homenaje a épocas pasadas, con un abrigo de terciopelo oscuro y una camisa blanca impecable. Al salir del coche, se inclinó con un gesto caballeroso.


—Mi dulce Draculaura ¿Estás lista para una velada especial? —Su voz era suave y llena de encanto, lo que hizo que el corazón de Draculaura latiera más rápido.

—¡Sí! —Respondió ella con alegría, aunque su atención rápidamente se desvió hacia una nube de murciélagos que revoloteaban cerca—¡Mira, T/N! ¡Son tan adorables! —T/N sonrió con ternura, apreciando la forma en que su amada encontraba maravillas en los pequeños detalles del mundo.


Mientras caminaban hacia el automóvil, T/N le ofreció su brazo, y Draculaura sintió una oleada de calidez. El trayecto hacia el restaurante vampírico fue un viaje de risas y anécdotas, en el que Draculaura compartió historias de sus travesuras en la escuela, mientras T/N la escuchaba atentamente, sin perderse ni un detalle.

El restaurante estaba situado en un lugar apartado, rodeado de árboles antiguos que susurraban secretos. La entrada, adornada con luces tenues, daba paso a un interior elegante, decorado con candelabros que brillaban como estrellas. A pesar de la sofisticación del lugar, había una atmósfera acogedora. T/N y Draculaura se sentaron en una mesa apartada, donde podían disfrutar de la compañía del otro sin distracciones.


—¿Te gustaría pedir algo, querida? —Preguntó T/N, mirando el menú con interés. Draculaura, aunque emocionada, sabía que debía ser cuidadosa debido a su elección vegetariana.

—Oh, T/N, recuerda que soy una vampira vegetariana ¡No puedo soportar ver carne! —Dijo con un ligero puchero en los labios.

—Por supuesto, mi amor. Pediré lo mismo para mí—Aseguró ella, dándole una sonrisa tranquilizadora. La amabilidad de T/N siempre hacía que Draculaura se sintiera segura y valorada. Mientras esperaban la comida, ella no pudo evitar derramar su bebida accidentalmente sobre la mesa.

—¡Oh, no! ¡Soy un desastre! —Exclamó, su rostro se ruborizó al darse cuenta de lo que había hecho. Las lágrimas comenzaron a brillar en sus ojos; pero antes de que pudiera sentirse mal, T/N la miró con ternura.

—Cada accidente trae consigo una historia que contar, querida. No te preocupes por eso.


Las palabras de T/N hicieron que el corazón de Draculaura se llenara de gratitud.


—Eres tan comprensivo, T/N—Dijo su voz suave—Siempre sabes cómo calmarme.


Clawdeen y Frankie, que se encontraban en una mesa cercana, no pudieron evitar sonreír al ver a su amiga tan feliz. Observaban cómo T/N se inclinaba hacia Draculaura, compartiendo risas y miradas cómplices. Era un espectáculo que iluminaba la noche.

Después de una cena deliciosa, T/N tomó la mano de Draculaura y la condujo hacia el jardín del restaurante, un espacio mágico lleno de luces parpadeantes y fragancia de flores nocturnas. Allí, bajo el manto estrellado, él se detuvo y miró profundamente a los ojos de Draculaura.


—Eres la luz en mi vida oscura—Le confesó con sinceridad.


Draculaura sintió cómo su corazón se llenaba de amor.


—Y siempre estaré aquí para ti, incluso en los momentos más torpes—Añadió ella con una sonrisa, recordando sus pequeños accidentes de la noche.


Mientras disfrutaban de la suave música de fondo, un camarero se acercó con una gran caja envuelta en un papel brillante que reflejaba la luz de las velas.


—Disculpen Un regalo para la señorita Draculaura—Anunció con una reverencia, colocando la caja cuidadosamente sobre la mesa. Los ojos de Draculaura se abrieron de par en par, llenos de sorpresa y curiosidad.

—¿Para mí? —Preguntó, su voz llena de asombro y alegría. T/N sonrió con complicidad, disfrutando del momento mientras los labios de Draculaura se curvaban en una sonrisa iluminada.

—Ábrelo—La animó, su mirada cargada de emoción.


La vampira con manos temblorosas, Draculaura desató el lazo de seda que adornaba la caja y retiró el papel brillante, revelando una caja negra decorada con intrincados detalles dorados. La expectativa llenaba el aire mientras, con un suave crujido, levantaba la tapa. Dentro de la caja, un hermoso collar de piedras preciosas brillaba como un trozo de la noche estrellada. Cada piedra, con su tono profundo, reflejaba la luz de manera hipnotizante.


—¡Es precioso! ¡No sé qué decir! —Exclamó, tocando el collar con reverencia, como si temiera que fuera un sueño.

—Quería que tu belleza brillara aún más esta noche—Le susurró T/N, su voz suave y llena de amor. La sinceridad de sus palabras hizo que Draculaura se sonrojara, y su corazón latía con fuerza ante la dulzura de su pareja.


Justo entonces, el camarero regresó con otra caja, esta vez más pequeña pero igualmente intrigante.


—Y también esto, de parte de la casa—Dijo colocando delicadamente una elegante caja de terciopelo negro en la mesa. Draculaura, intrigada, abrió la caja con cuidado.


Dentro, un ramo de rosas rojas resplandecía con una intensidad que parecía desafiar la oscuridad misma. Los pétalos eran de un rojo profundo, casi hipnótico, como si estuvieran tejidos con la esencia del amor y la pasión. Draculaura la miro con lagrimas en los ojos para luego lanzarse a la vampira dándole varios besos por todo su rostro, causando que sonría por el cariño y amor que le da su pareja, deseando mentalmente que su amor por Draculaura nunca se apague. 

Monster High - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora