Dos

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El club Dreamers tenía diversas salas con suficiente espacio para un grupo grande de personas, había karaoke, comida, bebidas, música y mujeres bonitas que el club tenía como damas de compañía. Todos sabían de la existencia de esos tipos de clubs, la sociedad se empeñaba en ignorar algo que era evidente a la vista, las mujeres del club eran muy atractivas además de jóvenes, Oh Sehun era el dueño del lugar, todo para él era un sucio negocio, eso lo había aprendido JooHee cuando entró a trabajar allí.

Conversar con las otras chicas estaba prohibido, tampoco es que hubieran muchas ganas de iniciar una conversación, las demás vestían también con ropa provocativa para que los clientes se volvieran locos por ellas, todo aquel que quisiera un servicio extra o "atención extra" tendría que pagar un poco más, muchas veces ocurría que los hombres prometían pagar más y acababan pagando menos si no quedaban "satisfechos", parte de esas ganancias debía ir a Sehun al ser el dueño.

Le encantaba decir que gracias a él esas mujeres tenían un trabajo.

—Lianna, el jefe quiere hablar contigo—avisó una de las chicas en el pasillo.

"No me extraña"

Se dirigió a la oficina de Sehun encontrándolo esta vez detrás de su escritorio con su teléfono mirando algo en su laptop.

—Me dijeron que querías...

—Te dije que debías tocar. Sal y toca.

JooHee rodó los ojos obedeciendo. Cuando Sehun la dejó entrar ella cerró detrás de sí, esa noche tenía un vestido color vino ceñido al cuerpo, se formaba una bonita figura a su cuerpo delgado, aquel maquillaje en su rostro volvía más hipnotizante sus ojos azules, JooHee tenía una apariencia atractiva e incluso algo exótica, sus piernas largas resaltaban más con sus tacones. Su cabello iba recogido en una coleta alta, a Sehun no le gustó.

—Te he dicho que a los clientes les gusta más el cabello suelto en mis chicas.

Escucharlo llamarla suya era...asqueroso. JooHee deshizo la coleta permitiendo que su melena oscura cayera por su espalda y hombros, Sehun sonrió complacido levantándose de la silla. Era de un buen físico que encantaría a cualquier chica que no lo conociera, porque por dentro era un asco de persona. Su cabello corto siempre iba bien peinado, solía vestir formal la mayor parte del tiempo, sabía que era un hombre activo en el gimnasio, le gustaba el golf demasiado también.

—Hay clientes que debo atender, ¿Qué querías?

—Lianna, a veces siento que olvidas que soy tu jefe y debes brindarme respeto.

"Y aquí vamos"

—Sé que ayer...

—No puedes abandonar tu trabajo—rodeó el escritorio para recostar su cintura brevemente de éste, se cruzó de brazos mirándola.

—Se presentó una emergencia. Debía ir al hospital, HeeJin estaba ardiendo en fiebre...

—¿Por qué no das esas niñas en adopción?, estaría mucho mejor.

—Volveré al trabajo.

Apenas dio la vuelta, Sehun jaló de su mano atrayéndola a él, su mano libre se posó en su cintura.

—Fui muy paciente contigo cuando estabas embarazada de la pequeña HeeJin, ¿No crees?—sonrió ladinamente—Pensé en echarte a la calle...

—Pero no lo hiciste porque te dejé cogerme durante ese tiempo—se alejó. Le daba asco de sólo recordarlo.

—Piénsalo, sin esas niñas tu vida sería mucho mejor.

—¿Por eso querías hablar conmigo?

—No quiero más emergencias—advirtió.

—Tengo dos niñas en casa, Sehun, dependen de mí si se enferman o...

—¿Quieres una buena vida para ellas?—se colocó derecho, acomodó algunos mechones de JooHee susurrando al estar cerca—Dáselas a una familia que si pueda ser lo que ellas merecen, que no se conformen con una madre prostituta.

JooHee sintió ardor en sus ojos, eso dolía. Le hizo sentir por el suelo, tragó con dificultad retrocediendo de nuevo.

—No volverá a pasar.

Y Sehun sonrió.

—Perfecto. Ya puedes irte.

Y no dudó en hacerlo. La chica salió de la oficina con un nudo en su garganta, sabía que era una pésima madre, sabía que era una mujer usada por todos, sabía que estaba sola en todo eso y sabía que salir de ese mundo no era sencillo. Sehun le colocaría muchas excusas para dejarla ir.

Tuvo que olvidar todas esas preocupaciones cuando vio un grupo de hombres entrar al club y ser dirigidos a una de las salas VIP. Eran al menos diez hombres jóvenes, JooHee miró la señal de Katie, quien coordinaba el lugar de las chicas. Era difícil tener que hacer algo que no quería, era difícil tener que sentarse al lado de un hombre que sólo terminaría queriendo algo más.

Recordó la pregunta de HeeRan, ¿Estaba cansada?, sí. Mucho.

Eran diez hombres en la sala VIP con séis mujeres atractivas de vestimenta provocativa, la música del karaoke dio inicio cuando algunos quisieron cantar, JooHee no podía hacer su mejor trabajo como siempre, las palabras de Sehun se repetían en su mente, ella no entregaría a sus hijas, las amaba y haría cualquier cosa por ellas, no eran objetos que podía desechar. Sirviendo algunos tragos descubrió que uno de los chicos la miraba, le tomó segundos identificar quien era.

—¿Puedes llevarme a este hospital?—revisó en su teléfono el mensaje que Nayeon le había enviado—Es urgente, por favor, te pagaré.

La miró de pies a cabeza causándole nervios para luego terminar aceptando arrojando el cigarro al suelo para pisarlo con su bota.

—Sube—indicó con voz un poco ronca.

"Es el chico de la moto"

El contacto visual se mantuvo unos minutos que parecieron eternos, JooHee parpadeó varias veces fingiendo ignorar ese hecho. Antes de que alguien más pudiera decirle algo prefirió salir de la sala.

—Tengo que calmarme, no puedo dejar que me perturbe—habló consigo misma caminando de un lado a otro—Sehun no tiene razón, soy una buena madre, yo sé que lo soy, nadie puede juzgarme eso.

—¿Estás bien?

Dio un respingo ante la voz. Al voltear encontró al chico de la moto, tenía las mangas de su suéter subidas hasta los codos, algunos mechones de su cabello tocaban su ceja de una manera delicada, el piercing en la comisura de su labio inferior y en su ceja le daba cierto aspecto de chico malo, ni hablar de sus tatuajes.

JooHee había estado tan preocupada por HeeJin anoche que no había puesto atención por completo a la persona que la ayudó. Una vez la dejó en el hospital ella le pagó...y él se negó.

—Ah, sí, todo bien. ¿Necesitas algo?—fingió su mejor sonrisa.

—Es la segunda vez que te veo preocupada y ansiosa por algo. ¿De nuevo tienes una emergencia?

—¿Disculpa?

—JungKook, ¿Qué haces aquí?—TaeHyung se asomó por la puerta, al ver a la chica sonrió divertido golpeando su espalda—Ya, te lo dije, que pícaro eres.

—Será mejor volver con los demás—Y ella pasó al lado de ambos queriendo ignorar lo sucedido, segundos antes.

Los hombres siempre eran iguales.

Foto en multimedia de nuestro Jk uwu

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Exótico +18 • JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora