Acumulaba corazones rotos en cada relación que tenía. Cada chica se había encargado de romperlo en mil pedazos cada que volvía a confiar en una, estas lo engañaban, mentían y lo usaban. Tomaban ventaja del buen corazón que tenía y eso lo dejaba hecho añicos, y con el rostro con marcas de haber llorado de amor por cada una de ellas.Desde niño siempre fue objeto de burla de las niñas por no ser delgado, cuando creció se propuso bajar de peso teniendo la ilusión que así estaría con la chica de sus sueños, pero la primera lo rechazó, la segunda lo usó, la tercera lo engañó y así haciendo la lista larga de chicas que rompieron las buenas intenciones y el amor que el chico quería otorgar.
Juró que nunca volvería a amar a alguien más, no podía dejar que otra chica lo rompa... sin embargo, encontró el amor en un lugar sin esperanza.
Estaba rota de mil formas, no confiaba en ninguna persona, le habían hecho un daño irreparable, y cómo querían que estuviera si fue abusada desde pequeña varias veces por la persona que se supone debía protegerla y cuidarla, es lo que un padre debería hacer. Pese a que aquel hombre ya se encontraba tras las rejas, el daño ya estaba hecho y los traumas eran tratados más no desaparecerían nunca.
Temía a cualquier contacto de cualquier persona, inclusive de su madre, que al saber la atroz situación después de años de sufrimiento, lo único que hizo fue llorar porque su esposo iría a la cárcel. No quería creer lo que le había hecho a su propia hija, sus abuelos fueron los que denunciaron, después del acontecimiento su madre solo se dedicaba a proveerla de dinero para sus terapias y cosas que necesitaba, pero el apoyo y amor de una madre ya no estaba, podía contar con su abuela, pero su madre... era otra cosa. Estaba tan rota por fuera como por dentro, que no creería que encontraría el amor en un lugar sin esperanza.
Fue difícil acercarse a ella la primera vez, el chico no entendía porque no dejaba que nadie la tocara, evitaba los pasillos de la escuela cuando estaban llenos de adolescentes en ellas. Sin embargo, esa vez estaba apuraba y no se dio cuenta que derribó una hoja de su cuaderno, el chico lo vio y lo tomó, la siguió hasta dar con ella, la agarró del brazo para voltearla y entregarle la hoja de la forma más amable posible, pero esto no salió bien, pues la chica volteó asustada y gritó.
— ¡Suéltame, no me toques! — los pasillos se quedaron en silencio al igual que él y ella continuó con su antiguo camino, alejándose del chico lo más rápido posible.
Jinwoo no podía dejar de pensar en ese acontecimiento el resto del día, era la primera vez que se fijaba tanto en su callada compañera de aula, pues nunca antes le había prestado atención. La miraba a ella y miraba la hoja que se le había caído, estaba llena de pequeños dibujos, eran hermosos, pero te generaban un sentimiento de tristeza y melancolía. A la salida, decidió demorarse un poco más en arreglar sus cosas tal como ella hacía.
— Haneul. — la chica giró lentamente la cabeza hacia donde la habían llamado y comenzó a arreglar rápidamente sus cosas asustada, haciendo al chico fruncir el ceño de confusión. — Eh, tranquila, no te haré nada. — se acercó a ella haciendo que retrocediera y parara. Levantó la mano izquierda en señal de tranquilizarla. — Tranquila, tranquila, no te haré daño, quiero pedirte perdón por lo de antes, no pensé que te molestaría en verdad y solo... — esta vez levantó la mano derecha la cual sostenía la hoja de dibujos de la chica. — quería devolverte esto.
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UNHOLY • hot stories
Fanfiction* Contenido adulto/smut * Contenido soft * Lean bajo su responsabilidad, encontrarán historias +18