¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba enamorado de todas sus características tan lindas que lo hacían ser él. Desde que tenía memoria, siempre me había gustado, crecimos como vecinos y amigos gracias a nuestras madres, pero al ser más grandes nos fuimos distanciando al estudiar en otras escuelas.
Él había adquirido un nuevo grupo de amigos, era popular y querido por todos y todas, yo era más reservada en mi centro de estudios, aun así había veces que nos veíamos por las tardes para pasar el rato juntos y recordar viejos momentos.
Sin embargo, eso ya no pasaba desde que comenzó a salir con Victoria, una chica demasiado aclamada — en su escuela y también en la mía —, por su belleza y dinero, era un año mayor que nosotros, eso no importó cuando se hicieron pareja.
Nunca había entendido por qué ella era popular cuando siempre humillaba a todos con su actitud altanera y de bruja, me dolía el pecho cuando lo miraba estando junto a ella, él merecía más que una tóxica relación con una chica como ella. Porque sí, su relación no era tan bonita como todos decían, muchas veces los había visto discutir desde mi ventana y era tan molesto ver la forma en cómo lo trataba.
Yo nunca lo trataría así, pero la vida no siempre te da lo que quieres.
Es así como un día en la madrugada, vi llegar su tan lujoso carro desde mi ventana, ya que me desvelaba por un trabajo que tenía que presentar. Los observé salir del vehículo, ella del lado del piloto como siempre. Su esbelto cuerpo rodeó el auto hasta su lado, sus manos se apoyaron en su cintura y ella enrolló las suyas por su cuello, y se besaron.
Pude sentir el pinchazo en el corazón al ver esa escena, pero lo peor aún no llegaba cuando él colocó su cuerpo sobre el capó del vehículo distrayéndose en su cuello con besos, las piernas de ellas abrazaron su cintura y lo empujó más contra su cuerpo.
Solo podía imaginarme a él y a mí en esa situación, pero no podía seguir viendo aquella cosa y volví a concentrarme en mi trabajo. Pasó como un minuto y la curiosidad me ganó, volví a observarlos y me encontré con ellos discutiendo sobre algo. Hasta que Victoria le tira una cachetada a Nakyum y rodea su auto furiosa para subirse en el y partir de ese lugar, dejándolo a él mirando por donde se fue, y luego, entró a su casa.
Al día siguiente por la tarde, me encontraba en el porche de mi casa sentada en el banco colgante leyendo un libro, disfrutando de la tranquilidad del día hasta que escucho a alguien salir de su casa, siendo él quien iba a regar su jardín sin camiseta.
Estuve leyendo un párrafo por varios minutos sin entender lo que quería decir por estar concentrada en no ser obvia y no mirarlo.
— Hey, Haneul — alcé el rostro y lo vi sonriéndome.
— Hola, Nakyum.
Escaló el porche para estar a mi lado y sentarse junto a mí en el banco.
— ¿Cómo has estado? Hace tiempo que no nos hablamos.
