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La necesidad de querer tener mi propio dinero me había llevado a buscar empleo en mi ciudad, no me convencía ninguno de atención al cliente, eran muy aburridos para mí, hasta que encontré un anuncio solicitando niñera.
Era perfecto, me gustaban los niños y usualmente tenía mucha energía que podría gastar con ellos, cuidarlos era fácil después de haber crecido como la nieta mayor de mis abuelos.
Así que ahora me encontraba frente a la casa de la dirección que me dieron. La fachada era muy linda, por esta y su tamaño, podría decir que era una familia bastante acomodada.
Al tocar el timbre esperé unos segundos hasta que se abrió mostrándome a un chico bastante lindo quien se sorprendió al verme.
— Hola. — No emitía ninguna palabra. — Vengo por la entrevista para niñera.
Parpadeo varias veces y asintió frunciendo el ceño. — Sí, claro. Pasa, te llevaré con mi madre.
Era muy serio, además de ser muy grande para necesitar niñera, me imaginé que tendría hermanos menores.
Mientras me guiaba a través de la casa, observaba todo a su alrededor, las decoraciones, la estructura, el piso, nos topamos con la sala donde pude observar aquellas pequeñas criaturas haciendo lo que supuse tarea para la escuela, ambos me miraron por unos segundos y volvieron sus vistas a los libros. Recorrimos más pasillos hasta llegar frente a unas dos grandes puertas de madera. El joven golpeó unas veces, dentro de la habitación se escuchó un pase. Abrió las puertas revelando su interior. Una oficina con varios estantes de libros, en el medio un gran y sofisticado escritorio donde se encontraba sentada la madre.
— Mamá, vino la chica que dijiste, para el puesto de niñera.
La vista de la señora puesta en su computadora se alzó mirando a su hijo y después a mí, recorriendo su vista desde mis pies hasta la cabeza, sintiéndome intimidada por segundos.
— Gracias por atenderla, cariño. Puedes irte. — lo dijo sin mirarlo, este solo asintió y se fue del lugar. — Pase señorita...
— Kim... Kim Haneul.
— Tome asiento. Bien, creo que podría empezar diciéndome cuántos años tiene y si estudia, es soltera, casada, si tiene hijos o no y por qué está aplicando para este puesto. — lo rápido que lo dijo más esa cálida sonrisa a pesar de lo fría que parecía me bajó un poco los nervios.
— Sí, claro. Tengo 19 años, estoy estudiando psicología yendo por mi tercer año, soy cien por ciento soltera, no tengo hijos, estoy buscando empleo para comenzar a ganar algo de dinero por mí misma.
— Entonces este sería su primer trabajo... — asentí. — ¿Ha tratado con niños antes?
— Sí, toda mi vida me han gustado los niños, soy hija única y la primera nieta así que cuando mis tíos tenían sus hijos siempre fui yo quien cuidaba de ellos y me encantaba, aún me encanta porque muchos siguen pequeños, soy buena tratando con ellos.
