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Reacciones cuando los llamas "Daddy".
Hyunseok:
Tratabas de llamar su atención, pero simplemente sus ojos no miraban nada más que su computadora donde estaba jugando toda la tarde. No sabías que hacer hasta pensaste en algo.
Te paraste de su cama y avanzaste hasta él una vez más, bajaste sus audífonos para ponerlo en su cuello y también pasar tus brazos sobre este, besaste su mejilla y sensualmente dijiste en su oído.
— Daddy, tu baby necesita de tu atención.
Giró su rostro hacia ti, tenía una expresión divertida plasmada en el. — Daddy... ok baby. — pausó su juego y se levantó de su silla para alcanzarte y abrazar tu cintura. — Daddy pondrá toda su atención en ti ahora. ¿Sí? — dijo para darte un tierno beso.
Jaesung:
Cocinaba tranquilamente el almuerzo, pero tu estómago ya parecía un león por el hambre que tenías. Te paraste y lo miraste cocinar un rato, pensaste sobre un último video que viste llamado Reacción de mi novio al llamarlo DADDY, y decidiste ponerlo en marcha.
Solo para molestarlo un poco más te acercaste a él y le diste una nalgada en ese lindo trasero que guarda tu chico, quien en respuesta brincó. Pasaste tus brazos por su cintura y lo apegaste con fuerza a ti, cosa que él también lo hacía cuando cocinabas tú.
— Mmhh... Daddy tengo hambre. — besaste su espalda y sentiste que vibraba por su risa.
— A Daddy ya no le falta mucho, preciosa. — tu estómago sonó. — Dile a tu león que tu Daddy te dará de comer en unos minutos más. — dijo y te besó la frente.
Jaehyun:
Estaban besándose con pasión sobre tu cama, su lengua ultrajaba con fervor tu cavidad bucal y rozaba con la tuya de una manera deliciosa.
Sus labios se separaron de los tuyos para bajar a tu cuello y comenzar a succionar en él, dejando marcas que amabas, te hacía sentir tan excitada que en eso soltaste un gemido.
— Oh, Daddy. - Jaehyun se alejó un poco de ti y te miró sorprendido.
— Vaya, no creí que escucharte decir eso me pondría más duro de lo que estoy. Sigue llamándome así y te haré ver las estrellas. — dicho esto su boca se dirigió a tus pechos para jugar con ellos y llevarte al límite.
Sungmin:
El chico llegaba de trabajar, todo el día bailando, cantando, y tomando una que otra lección era agotadora y lo sabías. Muchas veces, al llegar él a casa decías cualquier tontería para poder sacar una sonrisa de su rostro, era muy lindo ver como de su rostro cansado salía una bella sonrisa.
