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Hyunseok:
Los vecinos sin duda se quejarían ante la bulla que hacían dentro de la habitación, los gemidos o, mejor dicho, los gritos de placer que pegabas eran fuertes.
Tampoco es que podías evitarlo, Hyunseok estaba dándote tan duro y delicioso como te gustaba cada que lo hacían y está en especial estaba mucho más intenso el sexo.
Tal vez es porque te disfrazaste de conejita playboy, teniendo apenas un brasier pequeño que apenas te cubría el pecho, un short o mejor dicho una tanga que dejaba mucho a la imaginación con un ligero pompón como cola y sin faltar unas orejas de conejo. A estos acompañándolos unas medias de encaje y unos tacones negros altos. Te veías como los mil demonios, a Hyunseok obviamente le encantó, pero no le gustó la idea de que vayas así a la fiesta de disfraces de su amigo. Así que te dijo.
— Mm mm. No iras así a la fiesta, ponte algo que te cubra más, Haneul. — dijo mientras se ponía en la cabeza la corona de Loki.
La cosa estaba que en verdad no querías ir a esa fiesta, te pusiste ese "disfraz" para lograr prender a tu novio, ya que hace días no lo habían hecho y lo necesitabas, lo necesitabas duro, fuerte y brusco. Y qué mejor manera que excitarlo y cabrearlo. Así que, en vez de hacerle caso, lo contradijiste.
Logrando tu cometido, siendo está la razón por la cuál ahora estabas empotrada sobre la mesa de noche, recibiendo alegremente el pene de tu novio en tu cavidad, sintiendo cómo te llenaba y entraba bruscamente en ti, haciéndote gritar por más y haciendo saber a los vecinos lo bien que follaba tu querido novio.
Jaesung:
Halloween era un día muy especial para ambos, se conocieron ese día, se casaron ese día y ahora están celebrando su primer aniversario en la noche de brujas.
Ambos habían salido con amigos a pasear por ltaewon vestidos de Calavera y Malaria. El disfraz perfecto para ese año. Llegaron a un bar en el cual se relajaron un poco hasta que un idiota se insinuó contigo, propasándose al tocarte el trasero. Jay al ver esto hizo que el hombre terminara en el suelo y al volver a casa estaba cabreado.
— Bebé, ya no estés enojado, ya pasó y me defendiste. Todo está bien. se sentó en el sofá mientras tú dejabas tus tacones en la entrada.
— No, Haneul. Ese idiota te tocó como si nada, inclusive sino fueras mi esposa él no tendría por qué haberte tocado así. — respondió furioso con el ceño fruncido, había algo en él que causaba que te mojaras cada que lo veías en ese estado, eso quería decir que lo necesitabas ahí mismo y el sentimiento se multiplicaba al verlo vestido como la muerte.
Te acercaste a él y sentaste a horcajadas sobre él. Posicionando tu palpitante y húmeda vulva en su miembro vestido. En su mirada pudiste observar que notó tu intención.
