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Verlo en la pista te quitaba la respiración, cuando él entraba todos salían para poder verlo patinar. Su pelo bailaba con el viento mientras su cuerpo seguía un ritmo tan suave y a la vez magnífico cuando hacía sus giros y saltos.Era innegablemente el rey del hielo.
Después de que terminara con su entrenamiento, todos los demás fueron llamados para el suyo en conjunto, sin embargo, el profesor indicó que ese día Sungmin lo ayudaría con sus entrenamientos.
Estabas nerviosa porque él los vería patinar, sobre todo a ti, que estabas captando mucho la atención en la academia debido a que sin duda tenías un talento nato, así que ya te dabas una idea de que se concentraría en ti.
Todos se movían de un lado para el otro tratando de que les salgan sus giros y saltos sin chocar con el uno con el otro, observabas a los demás mientras descansabas parada a un costado hasta que él se acerca a ti.
—Interesante manera de practicar. —cruza los brazos observando a los demás.
—Solo estoy descansando un rato.
—Se descansa cuando terminas el entrenamiento completo. —gira a verte. —Además, creo que deberías mejorar tus saltos, podrías practicarlos conmigo...
Lo miraste divisando aquella sonrisa pícara en su rostro, conocías la intención con la que lo decía, él siempre era así a solas contigo.
—Yo creo que mis saltos están bien, olvidas que tengo talento nato, no por algo dicen que si te vas yo sería su salvación.
Mientras tú sonreías risueña, la sonrisa de él se había desvanecido dando pase a una mirada seria con sus ojos penetrantes en ti.
—Si yo digo que deberías practicar tus saltos eso harás. —se acercó a tu cuerpo agachándose a la altura de tu oreja para susurrar. —Te quedas después de la práctica. —dijo para luego irse a orientar a los demás junto con el entrenador.
Después de un par de horas más, todos estábamos en la habitación donde se encontraban nuestros casilleros, riéndonos sobre nosotros mismos y nuestros errores para luego darnos consejos en cómo mejorar entre todos, el ambiente era tan agradable hasta que Sungmin entró y de pronto, todos se callaron.
Sabías que él notaba siempre esos cambios en los demás, así como sabías que, aunque te dijera que no le importaba sí lo hacía, pero para los demás era inevitable tenerle miedo y respeto al mismo tiempo.
Sonrió suavemente a todos dirigiéndose a su propio casillero, tú lo miraste de reojo mientras te atabas las agujetas de tus botas. Pronto todos se pusieron de pie y se despidieron empezando a irse cada uno a sus casas.
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UNHOLY • hot stories
Fanfiction* Contenido adulto/smut * Contenido soft * Lean bajo su responsabilidad, encontrarán historias +18