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El Waterbomb festival estaba siendo un éxito, eras la próxima en salir después de Enhypen, quienes, desde bambalinas, los veías romper el escenario con sus actuaciones, en verdad sabían ganarse al público, así como su líder te había ganado.
Pero eso nadie lo sabía, ni siquiera el resto de su grupo, eran un nuevo romance en ascenso que debía ser secreto hasta que ambos se sintieran seguros de lo que tenían para evitar que los malos comentarios los separen.
La música se detuvo y sus agradecimientos se hicieron escuchar, bajaron del escenario y observaste cómo tu pareja iba completamente empapado, lucía demasiado sexy ante tus ojos, el cabello mojado, la camiseta de igual manera que se apegaba a su cuerpo mostrando su preciosa figura hizo que te mojaras ahí abajo. Él notó la forma en la que lo mirabas y sonrió altanero, aquella sonrisa se borró al ver como ibas vestida. Tu conjunto se trataba de una camisa corta y un short de tela de color blanco que transparentaban tu bikini rojo bajo este, demasiado sexy para que otros miren a su mujer.
Y así fue cuando en el escenario, fuiste la sensación al estar mojada luciendo como una bomba sensual para todos los fans e incluso para los idols invitados.
Al terminar, te cubriste con una gran toalla y te dirigiste a tu camerino, haciendo una parada en el baño porque te urgía.
No había nadie, ningún alma rondando por esa zona, y te pareció raro cuando sentiste una presencia detrás tuyo, giraste sobre tus talones y te encontraste con nadie más y nadie menos que tu pareja.
Aún vestía la ropa empapada de agua, pero el cabello estaba ligeramente seco. Tus ojos recorrieron su rostro y torso marcado por la camiseta, bajaste más la vista terminando en su evidente bulto bajo sus pantalones.
— ¿Fuiste tú la que escogió tu atuendo o fue tu staff? — preguntó repentinamente queriendo ocultar su tono celoso sin éxito.
— ¿Te molesta que me haya vestido así? — respondiste con otra pregunta.
— No... tal vez, preferiría que te vistieras así solo conmigo.
— Ja, que celoso y posesivo eres.
Te burlaste y notaste en sus ojos cuanto quería ver bajo la toalla que cubría tu cuerpo.
— Yo no soy celoso...
— Sí, claro...
Respondiste mientras entrabas al baño con intenciones a que te siga los pasos. No duró ningún minuto cuando lo hizo.
— Mucho menos posesivo.
Te apoyaste sobre los lavamanos mirándolo divertida.
— Entonces no debería molestarte cómo me visto para un festival donde termino completamente mojada, empapada de agua y notándose un sexy bikini color rojo que hace resaltar mi piel. — agregaste los detalles para molestarlo más.
— Bueno, en verdad es sexy... ¿puedo verlo? — preguntó.
Asentiste, pero antes de quitarte la toalla miraste bajo los cubículos para asegurarte que no había nadie ahí.
— Cierra la puerta con seguro.
No tardó en obedecer.
Alejaste la toalla de ti para luego sacarte la ropa mojada y quedar solo en aquel conjunto rojo que cubría tus pechos y zona v, además de cubrir tu abdomen en tiras cruzadas conectándose entre sí. Observaste su labio ser aprisionado entre sus dientes mientras se acercaba a ti con su erección entre sus piernas.
— Eres... una diosa. La mujer más hermosa y sexy que mis ojos hayan visto, es normal ser celoso y posesivo por ti.
— Entonces demuéstrame que tan posesivo puedes ser. — lo alentaste abriendo tus piernas ante él.
Rápidamente llegó hasta ti y se colocó entre tus piernas, rozando su dureza en tu feminidad. Sus manos tomaron posesión de tus caderas generando más presión entre sus pelvis y se frotó contra ti, gimiendo por lo rico que se sentía.
— ¿Quieres que te demuestre que eres solo mía? — asentiste embobada por querer tener tus labios sobre los tuyos y su verga metida en lo profundo de tu cavidad. — Te lo mostraré, amor.
Sus labios se estamparon con los tuyos y los chupó con fervor, su mano se posó en tu entrepierna y acarició el área volviéndote sensible rápidamente.
Te giró sobre el lavabo empujando tu torso hacia delante, observando por el espejo lo rápido que desvistió su polla para acomodar tu bikini hacia un lado dejando tu zona sin intrusos y penetró tu interior.
Agarró tu cintura y empezó a machacar tu pequeño coño con fiereza, tus nalgas rebotaban contra su vientre mientras miraba por el espejo tus tetas saltar y tus lindas expresiones llenas de placer al sentirlo abrirte deliciosamente al tomar posesión de tu cuerpo.
No podías callar tus gemidos al tenerlo abusando de tu agujero con gusto, tocaba tu punto tan correctamente que en cualquier momento te correrías.
Sus manos subieron por tu torso hasta llegar a tus pechos, sacó a ambos del bikini y los cubrió con sus palmas para apretarlos a su antojo mientras sus embestidas no paraban.
Todo tu cuerpo se movía con sus estocadas y la sensación de tener su glande besando tu cérvix hizo que soltaras un delicioso squirt sobre su miembro mojando el piso del baño. Incluso con la llegada de tu orgasmo no se detuvo hasta que consiguió el suyo derramando su semen en tus nalgas.
— Puedo hacer eso y más, amor. — sonrió divertido depositándote un beso en la cabeza abrazando tu cuerpo por detrás.
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