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Para muchos fue una lástima cuando te embarazaste a los dieciséis, sin embargo, tu esposo y tú supieron salir adelante, aunque eso ahora significaba que casi no lo tenías a tu lado por todo el trabajo que tenía y su puesto hacía aún más difícil las cosas porque tenía que volar a otras ciudades por mucho tiempo, dejándote, criando a un niño a ti sola.
Volver a dar a luz diecisiete años después era una locura, pero al menos tenías algo de apoyo con tu hijo mayor, quien te acompañó en todo proceso de embarazo. Iba contigo a las consultas, te mimaba, cumplía tus caprichos cuando tenías antojos extraños, y también estuvo junto a ti cuando tuvieron que intervenir quirúrgicamente en el parto por algunas complicaciones. Ahora te ayudaba a cargar muchas veces con el cansancio de los primeros meses de la bebé.
— Hola mami. — Jaehyun volviendo de la escuela, saludó entrando al cuarto de la pequeña humana donde tú estabas sentada en una mecedora dando de lactar a tu hija.
— Hola mi amor. ¿Cómo te fue hoy?
Sus ojos inevitablemente fueron a parar en tu seno en boca de Somin, la bebé estaba dormida y ya no chupaba nada de ti.
— Me fue bien, como siempre.
Se puso de cuclillas frente a ti para verla más de cerca y con su dedo jaló la boquita de su hermanita para liberar tu pezón.
— Oye, eso fue algo rudo. — bromeaste.
— Ya no está tomando nada, no es bueno dejarla así. Dámela, la pondré en la cuna.
— ¿Y tú qué sabes sobre si es bueno o malo?
— Porque yo sé cosas, voy a estudiar. — ambos rieron entre dientes para no despertar a la pequeña.
Jaehyun la puso delicadamente en su cunita, y cogió un pañuelo. Se acercó a ti otra vez observando tu teta con una ligera gota de leche saliendo del pezón, toda el área a su alrededor estaba brillante y algo hinchada debido a la succión de Somin y eso solo hacía resaltar tu seno.
Pasó el pañuelo por este limpiándote, ya te había visto en horribles ocasiones y no te daba vergüenza que tu hijo hiciera eso. Pero no contabas con que luego de hacerlo, acercara su boca a tu seno para envolverlo entre sus labios iniciando una succión para sacar leche.
— Jae~. — gemiste en asombro ante su actitud.
Sin querer, tu entrepierna empezó a palpitar y soltar unas gotas de flujo al ver sus bonitos labios alrededor de tu pezón y sentir su lengua lamer su dureza.
