MAKNAE LINE | Clows

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Maratón 🎃



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Warning: overstimulation, double penetration, threesome, foursome.





Los pies no te daban más, tus músculos ardían y sentías los pulmones a punto de colapsar

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Los pies no te daban más, tus músculos ardían y sentías los pulmones a punto de colapsar. El cansancio estaba apoderándose de tu cuerpo y solo rogabas de que te quedara energía y un poco de adrenalina más para poder seguir corriendo.

Podías escucharlos siguiéndote a pasos rápidos, querías perderlos, pero estando en medio del bosque en la oscuridad no sería tan fácil, es por eso mismo que no divisaste el desnivel del piso y caíste rodando entre la tierra y hojas secas.

Los escuchaste reír mientras tú te quejabas de dolor. Se deslizaron hasta ti y los tres te apuntaron son sus linternas.

—Ratoncita, ¿por qué te fuiste?

—Mira lo que ocasionas.

—Debes estar herida.

—Hay que llevarla de vuelta a la casa.

—Yo la cargo. —el más alto le dio su linterna a uno y se inclinó tirando de ti con facilidad para colgarte sobre su hombro.

Los otros dos lo ayudaron a subir la pequeña colina y caminaron de vuelta a la cabaña que tenían mientras platicaban de tu patético intento de escape burlándose de ti.

Una vez dentro de la casa, aseguraron la puerta y el alto te depositó sobre el sofá.

—Sabes que tendrás un castigo por lo que acabas de hacer, ¿cierto?

Miraste al chico con aquella horrible máscara de payaso que tenía dibujada una sonrisa colmilluda y grande.

—Por favor, déjenme ir, tengo dinero puedo darles el monto que quieran, pero no me hagan daño.

—Oh, la niña quiere sobornarnos, no va a funcionar, ratoncita. No queremos dinero.

Observaste temerosa a quien tenía la careta más tierna de los tres, su voz sonaba tan sarcástica y a la vez dulce que no combinaba para nada y te hacía sentir confusa e insegura.

El tercero que parecía más un payaso triste se acercó poniéndose de cuclillas frente a ti tomando tu rostro en manos mientras movía tu cabeza para encontrar algún rastro de sangre. Inspeccionó tus brazos y piernas con algunos que otros rasguños y tierra por la caída. Se puso de pie metiendo sus dedos entre tu cabello palpando tu cabeza.

—Felizmente estás bien, solo tienes algunos raspones. —agarró tu barbilla para obligarte a mirarlo a través de la careta. —Fuiste una ratoncita muy mala, nos costó traerte hasta aquí y además tuvimos que volver a perseguirte otra vez en una sola noche.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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